James Jones, J.J es un hombre guapo, orgulloso y sexy, hijo único de la famila más rica y poderosa de la ciudad. Acostumbrado a tenerlo todo al precio que sea.
Casandra Howell una joven sencilla, tímida, y solitaria, enamorada desde niña en secreto del joven Jones quien era diez años mayor que ella. Pero Casandra creció con problemas de autoestima debido a que de niña fue obesa, y su hermana mayor Monique en cambio si era una auténtica belleza.
El destino de Casandra pondrá su voluntad a prueba cuando, un día se despierta en la habitación de un hospital y le informan que fue drogada y abusada sexualmente.
Alguien le había robado su virginidad y su inocencia. Y ella no recordaba nada.
Cómo pudo ese encuentro de una noche cambiarlo todo?.
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Capitulo XXII
Casandra no podía quedarse sola en la casa todo el día, hacia buen tiempo así que decidió ir a la playa, quizás el aire fresco, y el hermoso paisaje la ayudarían a mermar un poco el dolor que sentía, se puso un bañador negro de dos piezas, un vestido de algodón turquesa, unas sandalia de tiras, pues aunque solo eran las ocho de la mañana, ya hacía bastante calor, tomó algunas frutas, unas botellas de agua y salió de la casa. No deseaba volver a ver a James hasta meditar bien lo que le iba a decir. Para empezar la noche anterior había resultado un completo desastre. Rezaba para encontrar una solución a su dilema pronto, y sobre todo, para que no llegara a descubrir que estaba enamorada de él.
Desde que conoció a James nunca la había tomado en cuenta realmente, la veía únicamente como un estorbó en su perfecta vida, como hubiera querido ella que por un instante él se despojara de su armadura, y se mostrará cómo realmente era. Por un momento se comportaba como si ella realmente le importara, preocupándose por su seguridad a causa de la tormenta de la pasada noche, pero luego volvía a ser el mismo cretino de siempre, echándole en cara que se acostaria con las mujeres que quisiera.
Casandra ya no quería estar en el medio de esa situación. Si le decía que era culpable, que ella había planeado todo aquello, él quizás la dejaría marchar, pero admitiría él alguna vez lo que le hizo? La joven no sabía cómo salir de esa situación.
Cuando dió la vuelta a un saliente rocoso, se encontró con una hermosa playa, era el lugar perfecto para echarse en la arena y disfrutar del día soleado, a lo lejos vio a dos niños jugando en compañía de un anciano pescador. Casandra puso una toalla, y se tiro en la arena boca arriba, el ruido de las olas al romper en el malecón la relajaban, por un momento solo se concentró en ese terapéutico sonido. Era un día realmente hermoso, y el calor ya la estaba sofocando por lo que decidió meterse en la playa a refrescarse, pidió al océano que le regalara un poco de su fuerza e impetu y su increíble energía. Una ola hizo que perdiera el equilibrio, revolcándola hasta la orilla, la joven se levantó tosiendo y riéndose por lo tonta que se sentía, por suerte para ella la playa estaba casi solitaria, y los niños no le estaban prestando atención, así que su vergonzoso momento había pasado desapercibido o al menos eso creyó.
_ Nunca te había visto reír así_ dijo una voz a su espalda_ Te hiciste daño?
Sorprendida, se dio la vuelta en redondo. James estaba tan guapo que sintió que se le salía el corazón del pecho al verlo. Pero casi instantáneamente se puso en guardia para ocultar sus sentimientos.
_ Aunque lo más probable_ continuó_ Es que nunca haya hecho algo para merecerlo.
Casandra se le quedó mirando, inmóvil, con su hermosa mirada y su pelo reluciente bajo aquel sol de verano. James se pasó la mano por el cabello despeinado por el viento, dándole ese aire misterioso, y sexy.
_ Que haces aquí James? No tienes nada mejor que hacer?_ dijo la joven incómoda. Al ver que él solo permanecía allí mirándola. Casandra pensó que quizás no hubiera sido buena idea ponerse el bañador de dos piezas. Ahora se sentía vulnerable, desnuda, y seguramente el veía que no tenía el cuerpo tan bonito y perfecto, como las mujeres que estaba acostumbrado llevarse a la cama.
_ A veces ni yo mismo sé el porqué digo las cosas Casandra, supongo que me gusta torturarte. Así como me has torturado tú desde que te conocí_ dijo él con la mirada perdida en el mar.
Casandra lo miró sin comprender, pero lo que sí sabía era que tenía que alejarse de ahí cuanto antes. Sin perder tiempo comenzó a andar, pero él le asió de la mano, y empezó a caminar con ella.
_ Que es lo que quieres James?_ le dijo la chica e intento safarse de su agarre pero él la sostenía con fuerza.
_ Solo quiero pasar tiempo con mi esposa_ dijo melancólico.
_ Ahora a que viene eso_ dijo Casandra enfadada.
_ Es que acaso tiene que haber un motivo oculto para que yo quiera estar contigo_ dijo James frunciendo el ceño.
_ Supongo que no_ se atrevió a decir la joven, encogiéndose de hombros_ Y tu amiga?
_ Solo visite a la antigua ama de llaves de la villa Casandra, cuando vengo aquí siempre lo hago_ dijo él_ Me gusta ver cómo se te marcan las pecas en la mejillas cuando te enfandas.
_ Sabes James eres como una quimera para mí_ dijo la chica_ En un momento me odias, y al otro actúas como si...
_ Como si qué? _ la interrumpió él.
_ Olvídalo_ espetó Casandra_ Las rocas de esta playa seguramente tienen más sentimientos por mi que tú_ le acusó cínicamente_ Por otra parte, porque debería importarme que me ofendas o me desprecies, cuando yo estaba dispuesta también a aprovecharme de la situación. No estoy enamorada de ti, ni me importa en lo más mínimo en lo más mínimo lo que hagas, ni con las mujeres que te acuestes_ continuó, incapaz de detenerse_ Me casé contigo por qué me convenía hacerlo punto. Necesitaba que me dejaran en paz y vi la oportunidad de lograrlo; si les daba lo que ustedes querian. Afronte las consecuencias de mis actos, justo como tú lo hiciste.
Se produjo un interminable silencio entre ellos.
_ Que diablos quieres decir?_ estalló al fin James tensando todos los músculos de su rostro.
_ Me refiero a que finalmente me casé con el hombre más poderoso y rico de la ciudad sin yo esperarlo. Solo vi la oportunidad y la usé. Dejar de ser una mujer insignificante. La gente de Snowfiel ahora me comenzará a ver con otros ojos. Ahora soy una Jones, con ropa de marca y casas lujosas. Te creíste el cazador y resultaste ser la presa. El gran James Jones, se dejó embaucar por la invisible Casandra Howell.