Danara, una adolescente de 16 años, se siente atrapada entre sus inseguridades y la presión de encajar en la sociedad. Su vida da un giro cuando conoce a Luca, el nuevo vecino de 18 años, extrovertido y lleno de energía, pero con sus propias inseguridades sobre su futuro. A pesar de sus diferencias, entre ellos surge una conexión especial, pero Danara lucha con sus miedos y la diferencia de edad, mientras que Luca teme no ser suficiente para ella.
A lo largo del verano, ambos enfrentan sus temores, aprenden a confiar el uno en el otro y a comprender sus sentimientos. Sin embargo, con el fin de las vacaciones, deben hacer frente a nuevas responsabilidades: Luca se prepara para la universidad y Danara comienza la secundaria. A pesar de los desafíos del futuro, su relación se fortalece, y juntos prometen seguir adelante, enfrentando lo que venga con valentía y amor.
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capitulo 12
Danara
El día después de nuestra "cita" me sentí como si todo estuviera a punto de explotar en mi cabeza. Mis pensamientos eran un caos, todo se mezclaba: la emoción, la confusión, y esa extraña sensación en el estómago que nunca había tenido antes. Luca había sido claro, pero yo aún no podía procesarlo. La verdad, no entendía lo que sentía. Era como si mi mente y mi corazón no pudieran ponerse de acuerdo.
Él había sido tan sincero cuando me dijo que lo que habíamos vivido no fue solo una salida entre amigos. Pero, ¿yo qué sabía de eso? Nunca había estado con un chico de esa manera. Nunca había tenido una cita, nunca había tenido la oportunidad de experimentar algo tan... real. Y lo peor de todo, Luca era tan diferente a mí.
Él tiene más experiencia que yo, tiene esa facilidad para comunicarse, para ser cercano a las personas. Y yo... yo ni siquiera sé cómo manejar mis propios sentimientos. Y cuando me pongo a pensar en todo eso, siento que soy una niña. ¡Él es mayor! Tiene dieciocho años, y aunque no son demasiados, la diferencia es suficiente para que me sienta insegura.
Cuando nos vimos ayer, sus palabras resonaban en mi cabeza. ¿Realmente sentía lo mismo por mí? ¿O estaba solo siendo amable porque, bueno, soy la vecina con la que se llevaba bien? Él ya ha tenido tantas experiencias con chicas, y yo apenas he tenido una conversación profunda con un chico. Nunca he experimentado lo que ellos llaman "romance", no he sentido esa chispa de la que todos hablan.
¿Qué pasaría si me metiera en este mundo con Luca? Él ha vivido tanto, mientras yo apenas sé por dónde empezar. ¿Me haría sentir tonta por no saber cómo manejar estas emociones? ¿O se cansaría de mí porque no soy lo que él espera? Mis inseguridades se apoderaron de mí una vez más, y no podía detenerlas. Cada vez que pensaba en lo que había pasado, me invadía una sensación de nerviosismo, como si fuera a decir o hacer algo mal.
Fue en ese momento cuando me senté en mi habitación, mirando mi reflejo en el espejo, preguntándome por qué me sentía tan perdida. Me pregunté a mí misma si todo esto tenía sentido. Si me gustaba de verdad Luca, o si solo me estaba confundiendo con todo lo que había sucedido.
Unos minutos después, sonó el timbre de la puerta. Mi corazón dio un salto. Lo supe de inmediato: era Luca. Siempre había sido así, como una presencia que no podías evitar notar, y que, aunque quisiera, no podía dejar de pensar en él.
Fui a abrir la puerta y, allí estaba, con una sonrisa genuina que me hizo sentir un poco más tranquila, aunque mis nervios seguían a flor de piel.
-Hola, Danara -dijo con su tono característico, despreocupado pero tierno a la vez.
-Hola, Luca -respondí, tratando de no dejar que mi voz temblara.
Nos quedamos en silencio por un momento, como si ambos supiéramos que algo importante tenía que decirse, pero ninguno de los dos sabía cómo empezar.
Finalmente, fue él quien rompió el silencio.
-¿Puedo entrar? -preguntó, casi con timidez, como si dudara.
Lo dejé pasar, y nos sentamos en el sofá. En ese instante, lo único que quería era saber qué estaba pensando él, pero mi mente no dejaba de dar vueltas. Mi inseguridad me estaba comiendo por dentro, y me preguntaba si él notaba cómo me sentía.
Luca miró al frente por un momento, como si estuviera buscando las palabras adecuadas.
-¿Puedo hablar de algo serio? -dijo finalmente, rompiendo el silencio que se había vuelto incómodo.
Asentí, sin saber si me sentía lista para escuchar lo que tenía que decir, pero al mismo tiempo necesitaba saberlo.
-Sé que esto es raro, y no quiero presionarte, pero... lo que pasó ayer, lo que sentimos... No puedo ignorarlo, Danara. No quiero que pienses que solo lo hice por... no sé, por diversión o algo así. No. Te respeto, mucho más de lo que piensas -dijo, mirando hacia abajo, como si estuviera buscando las palabras correctas.
En ese momento, me sentí más vulnerable que nunca. Él estaba tan seguro, tan claro, mientras yo solo me sentía perdida, como si estuviera demasiado asustada para dar un paso hacia lo que estaba empezando a sentir.
-Luca... -comencé a decir, pero me detuve, sin saber cómo expresar todo lo que había dentro de mí. -Es solo que... no sé si yo soy lo que esperas. Tú eres mayor, tienes más experiencia... y yo... yo nunca he estado en una relación, nunca he... nunca he hecho esto antes -dije, mirando al suelo, incapaz de sostener su mirada.
Luca no dijo nada al principio, solo me miró con esa expresión que siempre tenía cuando no sabía qué decir. Pero luego, se inclinó hacia mí, y tomó mis manos con suavidad.
-No tienes que ser perfecta, Danara. Y yo tampoco lo soy. Pero lo que siento por ti es real. No quiero que te sientas presionada o que pienses que te estoy comparando con alguien más, porque no es así. Cada momento que paso contigo me hace darme cuenta de lo que realmente quiero. Y lo que quiero, Danara, eres tú.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, no de tristeza, sino de algo que no podía comprender del todo. ¿Era esto lo que sentía? ¿Era esto lo que mi corazón había estado buscando todo el tiempo? Sentí un nudo en la garganta, y por un momento, todo lo que había estado pensando se desvaneció.
-Pero yo no sé cómo hacer esto, Luca. ¿Y si lo arruino? -susurré, mi voz temblando por la incertidumbre.
Luca sonrió, esa sonrisa suave y tranquila que siempre me daba paz.
-No lo arruinarás. Y si alguna vez sientes que lo estás haciendo, yo estaré aquí para ti. Porque esto no es un juego para mí, Danara. Lo que quiero, lo quiero contigo. Así, con todo lo que eres.
Sus palabras calaron hondo en mi corazón. Tal vez no tenía todas las respuestas, tal vez no sabía cómo hacer que las cosas funcionaran, pero en ese momento, su sinceridad me hizo sentir que todo era posible. Porque a pesar de mis miedos y dudas, sabía que Luca no estaba aquí para hacerme sentir insegura. Estaba aquí porque realmente le importaba.
Me acerqué un poco más, y aunque todavía sentía un poco de miedo, sabía que era el momento de dar un paso. No importaba cuántos errores cometiera, no importaba si no tenía experiencia. Lo que importaba era que, por primera vez, sentía que podía ser yo misma con él.
-Yo también quiero estar contigo, Luca -le dije en voz baja, pero con total sinceridad.
Y en ese momento, todo lo que había estado buscando, todo lo que había estado sintiendo, finalmente comenzó a encajar.