EL TRATO DE NUESTROS PADRES

salí de la oficina de mi padre, quería ir a mi habitación y descansar. mi cuerpo se sentía pesado, mis ojos apenas y podían seguir abiertos. pero recordé que tenía que regresar a mi casa. Deje salir un suspiro cansado, entre en mi habitación solo para tomar un baño. entré cerrando la puerta, tiré sobre la cama mi abrigo y mi bolsa. me saqué los zapatos, "zapatillas" dejándolos tirados en el suelo mientras mis pies descalzos presionaban el frío suelo. caminé hacia el baño. me quité el cubrebocas y los lentes los tire sobre la el pequeño mueble de noche. entré en el baño para quitarme el cansancio y el estrés que llevaba cargando durante tres días. abrí el grifo dejando que la bañera se llenara de agua. esparci unos pétalos de Rosas, agregue gotas de jabón burbujeante. eso lo haría más relajante. Una vez la bañera lista. Me zambullí dentro. el agua tibia era relajante, cerré mis ojos por unos instantes.



En otra parte del estado Z.

Narrativa del autor...

la caravana de autos, estaba rumbo al aeropuerto. Selal, iba de regreso al aeropuerto.

— jefe, ¿cree que los del Estado Z, acepten el contrato matrimonial?. — Robert mencionó mientras conducía.

— tienen que aceptarlo, si el jefe no lo acepta y la hija tampoco, todo depende del anciano.

— pero sabe perfectamente que el joven Erick no le agradará la idea de que lo han comprometido. ¿qué pasa si él llega a hacerle daño a la hija del jefe Dabuc?

— ese asunto lo tendré que hablar seriamente con Erick. no podemos seguir arribando el fuego contra el jefe del Estado Z, o terminaremos perdiendo esta vez. — dijo selal con la voz fría. — ¿está confirmado que mañana regresa al estado S?.

— sí, pero hay un pequeño inconveniente....jefe.

— ¿cual es?

— el guardaespaldas del joven informó que el fue aun burdel, entró a una habitación con dos chicas pero.... las chicas están muertas..

— encárgate de hacer todo necesario para cubrir lo que hizo Erick— frustrado. — m*erda, Erick en verdad se ha vuelto tan problemático. ¿hay noticias de esa mujer?

— sí, está con el jefe de un estado menor.

— más le vale que no regrese nunca al estado S. vámonos.

— si

Erick se había ido al extranjero por un mes. podría decirse que eran como unas vacaciones. sin embargo Erick había optado por la manía de torturar a las mujeres. era una manera de desquitarse con el sexo femenino por lo que le había causado su ex novia. ver sufrir y suplicar a una mujer, para el era algo satisfactorio. golpearlas y torturarlas hasta la muerte, ya era un deporte para el.

Narrativa de Elina.

salí de la bañera tomando una bata para salír del baño hacia la recámara, me diriji al armario para encontrar un atuendo para vestirme. un vestido discreto de clase media, lo utilizaba para no llamar la atención. cuando regresaba a mi identidad como linzy ruran. Después de cambiarme tomé uno de mis tantos bolsos de mi estantería.

tome solo algunas cosas esenciales para mi. pero que no fueran tan llamativas. con lentes oscuros y cubreboca, me dispuse a salir de la mansión para regresar a mi casa en el centro de la ciudad donde Liz me esperaba. al salir me encontré con Javier que estaba verificando los nuevos autos que serían utilizados para la próxima entrega. él estaba tan concentrado en su trabajo qué decidí no molestarle y pasar de largo. pero al parecer él me alcanzó a notar, yo que estaba dirigiéndome al estacionamiento.

—señorita elina. ¿va a salir nuevamente?

— hola Javier, sí, quiero regresar a mi casa. llevo cinco días en la mansión y tal vez ya tengo muchos pendientes acumulados.

— entiendo. en ese caso que le vaya bien señorita.

— gracias Javier.

—vaya, elina es un milagro que andes por aquí, regularmente eres como un fantasma.

una voz fastidiosa inundó el viento a nuestro alrededor. giré la cabeza mirando sobre mis hombros. era Beatriz. la catalogué como casa fortunas, tenía 29 años y estaba tras los huesos de mi padre, que era mucho mayor para ella. pero lo que más me fastidiaba de ella. era que se creía que era parte de la familia. si algo no le gustaba insultaba a los sirvientes. ella era hija de uno de los aliados más leales a mi padre. pero A diferencia del señor Martínez a Beatriz le faltaba la humildad que a su padre le sobraba. lo que me molestaba era que ella menospreciara a los empleados de la mansión. solo por crecer en cuna de oro se sentía superior a cualquier persona de baja cuna. Mi padre no tenía ni el menor interés en ella. y por consideración trataba de ser neutral al tratarla. era una arpía desvergonzada que no ocultaba sus intenciones.

— señorita Beatriz, bienvenida.— habló Javier con suma cortesía.

— sí, ajá, Elina, cuando vas a perder esa mania de relacionarte con los empleados.— Beatriz dijo mirando con asco a Javier. — Y mírate nada más con esa ropa tan barata. ay no qué descuidada eres.

traté de soportarla. pero esa maldita forma de niña fresa me hacía querer romperle el hocico. pero no podía perder la conpostura por alguien tan insignificante como ella. sabía que ella era una doble cara. su apariencia de mujer mimada y esa voz estúpida de niña fresa, con la que hablaba no me convencían del todo. podía ver a través de sus ojos. ella era ambiciosa más allá de los límites.

— Beatriz, qué haces aquí, a estas horas, ¿No crees que es demasiado temprano para venir a ver a mi padre?. él está ocupado y no puede atender a nadie. — dije en descontento.

— Elina, No seas tan celosa. además para visitar no hay horarios, y ahora sí disculpas iré a ver a tu papi.— camina hacia dentro de la mansión, moviendo sus caderas sensualmente.