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Sombras De Venganza.

Sombras De Venganza.

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Venganza / Arrogante / Mujer poderosa / Mafia / Traiciones y engaños
Popularitas:136.3k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Marines bacadare

La saga continúa.
Megan logró superar el dolor con la ayuda de su familia, a la que por fin recuperó. Ahora que su amor por Elliott dejó de ser prohibido, está dispuesta a todo por protegerlo a él y a su bebé en camino, y esto solo hace que su camino a la venganza contra Alphonso y la falange oscura se complique más, ya que debe cuestionarse sobre que futuro quiere para su bebé.

Con la constante amenaza de Alphonso y la de un enemigo mayor sin rostro, deberá aliarse con cualquiera que quiera ayudar.
También está la aparición del verdadero padre y hermano gemelo de Elliott, quienes no sabe si son enemigos o aliados; ellos tienen secretos que pueden cambiarlo todo.

Megan deberá enfrentarse a un gran dilema entre su sed de venganza o el amor.
Pero en este juego de sombras y traiciones nada es lo que parece y al final descubrirá que su mayor enemigo no es Alphonso, sino algo más grande detrás de todo.

NovelToon tiene autorización de Marines bacadare para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Jaula de Oro

El eco de sus propios pasos resuena en el largo pasillo de mármol. Viktor avanza con calma, pero en su interior, la furia hierve como lava contenida. Las imágenes de Leila ensangrentada, con su ropa rasgada, casi desnuda y su piel cubierta de moretones, aún abruman sus pensamientos.

La encontró en el bosque muy mal e inconsciente, después del ataque hacia Megan. Sabe que ella no es una mujer débil, pero nadie puede salir ileso de una emboscada como esa; además, reconoció a uno como los hombres de la mafia griega y esa gente es muy peligrosa.

Empuja la puerta con un movimiento firme.

Leila está en la habitación de él; está en su cama, envuelta en sábanas de seda negras, que contrastan con la palidez de su piel. La venda en su brazo derecho resalta contra su piel magullada. Su cabello cae desordenado sobre la almohada, y sus labios están partidos en una mueca de dolor. Pero cuando sus ojos se abren, su mirada está cargada de la misma determinación de siempre y a su nariz llega el olor a whisky y a un perfume ha maderado.

Leila.

"Sigues con vida", murmura Viktor, cruzando los brazos sobre su ancho pecho.

"Lamento decepcionarte", susurra ella con un deje de sarcasmo.

Viktor esboza una sonrisa de lado, aunque no hay humor en ella. Se acerca a la cama y, con movimientos precisos, retira la bandeja de comida intacta sobre la mesita de noche.

"No has comido nada", dice observando el plato lleno y luego a ella.

"No tengo hambre", susurra y es la verdad.

Su mandíbula se tensa. Esa testarudez suya es admirable en el campo de batalla, pero aquí, en su mansión, bajo su seguridad, no va a aceptarla.

"Necesitas recuperarte", dice, con una calma que no admite discusión alguna.

"Necesito salir de aquí ahora, saber cómo está Valeria, los chicos y... Anton, ¿cómo está él?

Viktor se inclinó sobre ella, apoyando una mano en el colchón junto a su rostro. Su cercanía es intimidante, pero su voz es un susurro bajo y controlado.

"Valeria y los que iban con ella están bien y... Anton... "No sé quién es". Ella se echa hacia atrás; no puede ocultar que la altera.

"Anton es el que estaba conmigo". Viktor asiente.

"Ah... "Drako". Ella asiente; cada uno de ellos tiene su verdadero nombre.

"Él está bien, y no puedes salir de aquí".

Los ojos de Leila destellan con ira.

"No soy tu prisionera, copia de coronel". Este se ríe por el apodo, así siempre ella lo llama para molestarlo.

"¿No?" Su mirada se oscurece "peligrosamente". "Porque juro que si no fuera por mí, ahora mismo estarías en una tumba o, peor aún, en manos de algún demente".

Ella aprieta sus labios en una fina línea.

"Yo necesito que tú me salves".

Viktor deja escapar una risa baja y helada.

"Oh, pequeña Lili, creo que aún no entiendes. No se trata de lo que necesites o no. "Se trata de lo que me pertenece", dice y no hay una pizca de humor en su voz.

Un escalofrío recorre su columna.

"No soy tuya, no soy de nadie", habla firme.

Él la observa en silencio durante unos breves segundos, antes de apartarse y tomar asiento en la silla junto a la cama.

"Toma esto", ordena, sirviéndole un vaso de agua y dándoselo.

Leila vacila, pero al final lo toma. El líquido frío le alivia la garganta seca.

"¿Cómo diste conmigo?", pregunta; su voz es más tranquila ahora.

"Fui por ti, Lili, y te vi en muy mal estado". Viktor aprieta los dientes al recordar aquella escena.

Leila suelta un suspiro cansado y cierra los ojos por un instante.

"Esos sujetos nos emboscaron y lanzaron una bomba. No vi cuántos eran. Luché, pero..." Se muerde el labio de abajo, frustrada consigo misma. "No fue suficiente".

Viktor la observa en silencio.

"No fuiste débil, Lili".

Ella levanta su cabeza para mirarlo, sorprendida por sus palabras.

"¿Cómo lo sabes? "No estuviste allí".

"Porque sigues respirando, Lili, esos hombres son unas bestias y por dónde te encontré deduzco que escapaste y te escondiste". Su tono es tranquilo, pero su mirada es intensa. Eso significa que luchaste como un demonio.

Leila baja la vista. Por primera vez desde que despertó en esa habitación, siente algo parecido a seguridad. Pero no puede permitírselo. No con él.

"¿Qué pasó exactamente? ¿Luchaste? ¿Los sacaste?" Indaga con cautela.

Quería ir por Anton, así que comencé a llamar la atención de ellos. Me encontraron y...

—¿Y después…? —pregunta él.

Leila siente cómo la sangre le bajaba a su estómago.

Qué quería saber él exactamente.

"¿Después qué?" —pregunta, su voz congelada luego de no recibir respuesta y eso lo frustra.

Leila se sienta con mucho esfuerzo, jalando la sábana para cubrirse mejor.

"Ya sabes, nada que no haya vivido antes". Le da una sonrisa más falsa que un diamante de plástico.

Viktor se queda de piedra. Un músculo en su mandíbula se contrae.

"No me jodas, Leila", grita furioso.

"No lo estoy haciendo", se encoge de hombros.

"¿Te... tocaron?"

Ella parpadea y lo mira desafiante.

"¿Qué tú crees?

Viktor se inclina hacia ella, sus manos apoyadas en sus rodillas, la mirada perforándola como cuchillas afiladas.

"Dímelo tú". Sus dientes están a punto de partirse.

Leila suelta una risa corta, sin humor.

"¿Por qué? "Para que puedas salir a matar a quien lo hizo".

"Sí", responde con descaro.

Ella presiona sus labios entre sí, desviando la mirada.

"No lo sé, de acuerdo", grita.

"¿No lo sabes o no quieres decirme?

"No lo recuerdo".

Viktor se queda en silencio.

"¿Me mientes, Leila?"

Leila vuelve a mirarlo, sus ojos oscuros llenos de algo indescifrable.

"¿Y si sí, qué con eso?"

"Si lo hicieron, me estás quitando el derecho de destrozar a esos hijos de puta con mis propias manos".

Su voz es baja y peligrosa.

Leila siente un nudo en el estómago.

"No tienes por qué hacer eso".

"Eso no es tu decisión", responde casual.

Ella suelta una carcajada vacía.

"¿Desde cuándo?" Lo enfrenta.

"Desde que me importas, Lili, desde ese maldito beso. Ahora dime".

Un silencio denso los arropa.

Leila empuña las sábanas con fuerza.

"Déjalo, Viktor".

"No".

Ella cierra los ojos un instante.

"No quiero hablar de este tema".

"Pero yo sí, Lili".

Se inclina más hacia ella, su rostro muy cerca de sus labios.

"Mírame y dime que no pasó lo que creo que pasó porque estoy que estallo", le susurra, intercambiando su mirada entre sus ojos y labios.

Leila siente que su corazón martilla contra su pecho.

"No tengo por qué decirte o no, copia de coronel".

"¿Porque no quieres, o porque no puedes?" Sonríe Viktor.

La tensión en la habitación se vuelve asfixiante.

Viktor la mira como si intentara arrancarle la verdad con tan solo sus ojos.

Ella lo mira como si no supiera qué verdad decirle.

Finalmente, él se levanta, con su expresión fría e imponente.

"Voy a encontrar a los que hicieron esto, Lili".

Leila no dice nada.

"Voy a averiguar qué te hicieron".

Ella traga saliva.

"No necesito que lo hagas, Viktor, nadie jamás me ha cuidado y no lo he necesitado".

Viktor roza su mejilla con los nudillos; es un tique sorprendentemente suave. Acaricia una de las heridas en su mejilla.

Leila siente un escalofrío recorrer su espalda ante este toque.

"Descansa, Lili", murmura. "Mañana estarás más fuerte".

Leila sostiene su mirada, y por un instante, la distancia entre ellos parece desaparecer.

"No tienes que ser amable conmigo, Viktor".

"Lo sé".

"Entonces, ¿por qué lo estás siendo?

Viktor no responde de inmediato. Sus ojos la recorren, y cuando habla, su voz es apenas un susurro.

"Porque quiero".

Leila siente que su respiración se detiene. Porque quiero. No porque deba, no porque sea su deber. Simplemente, porque él lo quería.

"Los voy a encontrar hermosos Y cuando lo haga… "Desearán estar muertos".

La puerta se cierra tras él, dejando a Leila con un nudo en el pecho.

Ella no le ha dado información a Viktor, pero él la descubrirá. A cualquier precio.

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Edith Villamizar
excelente
Edith Villamizar
Marines gracias me encantó ésta historia, muy hermosa a pesar de las cosas feas que vivieron los personajes principales, supieron luchar y salir victoriosos
Edith Villamizar
Elza ya puedes seguir con tu vida juntos tu esposo, tus hijos y ésa gran familia que tienes
se merecen ser felices después de haber pasado por tantas cosas feas
Edith Villamizar
Que hermanos tan diferentes pero iguales por el amor que sienten por sus esposas
Edith Villamizar
si vas a ser abuelo en vez de padre 🤭
Edith Villamizar
Viktor quizo hacer una gracia y le salió una morisqueta porque ésas mujeres conocen bien a sus hombres
Edith Villamizar
Que hermosura de hombre es Elliot
Edith Villamizar
Bien horrible su muerte pero se lo merecía
Edith Villamizar
buena estrategia para agarrar al enemigo, casi me creí que Elza arriesgaría a sus hijos, sino fuera que se portó tan tranquila en vez de estar dando golpes cuando se llevaron a los bebés
Edith Villamizar
Elliot será tóxico como dicen, pero gracias a él sus pequeños están a salvo
Edith Villamizar
Te felicito Marines, excelentes tus novelas
Gracias
Edith Villamizar
Que inmundos y asquerosos antes de matarlos le fueron hecho las mismas atrocidades que le hacían a los niños
Edith Villamizar
por Dios que basura de personas
Edith Villamizar
Ana no hizo como Elza y sus hermanos de corazón, buscar una nueva oportunidad de amor y dejar el odio atrás
Edith Villamizar
Así tienen que morir aquellos monstruos que abusan de la inocencia infantil
Edith Villamizar
Se merecen ésa familia tan linda
Edith Villamizar
Que bueno es tener un enfermero sexy
Edith Villamizar
Muy hermosos y tiernos los bebés
una gran familia
Edith Villamizar
ay Donovan te descubrieron la mentira
Edith Villamizar
En verdad me había extrañado que ella no estuviera presente en ésa operación , claro que a escondidas de su celoso
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