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El Loto Negro —el Renacer De Un Jade—

El Loto Negro —el Renacer De Un Jade—

Status: Terminada
Genre:Completas / La Vida Después del Adiós / Reencuentro / Apoyo mutuo / Amor eterno / Demonios / Reencarnación
Popularitas:1.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Xueniao

Tras haber ganado la guerra entre los tres reinos y revivido al loto blanco, Liú Huó, rey del inframundo , se verá envuelto en una nueva travesía lleno de obstáculos en sus camino.

Nuevos enanemigos amenazara la paz de la corona en busca de venganza y poder. Pero esta ves será la prueba del Loto Blanco, quien tendrá que tomar el poder que por sangre siempre le correspondió y, poner fin a las calamidades de atormentan la tranquilidad y el equilibrio entre los imperios.

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Cuerpo y alma, son solo tuyos.

...⚠️ ADVERTENCIA R18⚠️...

Vi como sus ojos se nublaron en lujuria, aquel gemido ahogado que había salido desde lo más profundo de su pecho, no hizo más que excitarme aún más de lo que estaba. Pero sostuve la respiración dándole una sonrisa para tranquilizar su tensado cuerpo, estaba tortuosamente conteniendo el deseo que provocaban sus respuestas y sus gestos. Su Alteza era sublime, cada parte de él desprendía un deseo oculto que me hacía perder la cordura, pero quería hacer de esta noche una que él recordase siempre. Que recordase y pudiese sentir mis caricias con solo el recuerdo, quería grabarme en cada rincón, en cada milímetro de su piel, quería impregnarme en su alma mucho más allá del deseo carnal que nos sofocaba en este momento. Y me contuve lenta y tortuosamente tallando centímetros a centímetro su cuerpo. Pero ahora me encontraba allí, respirando dificultosamente entre sus piernas, su mirada perdida rogándome porque aliviará, y podía sentí mi boca acumular la saliva en un total acto de deseo a probar hasta lo más íntimo y privado de se Alteza. Pequeños gemidos retumbaron en el silencio de la habitación, su mirada deseosa llenada de bruma, hacían que mi corazón retumbara en las paredes de mi pecho con tanta fuerza que creí que saldría de este.

Deslice mis dedos lentamente rodeándolo, mis manos se movían complete a su disposición, cada movimiento causaba un concierto sonoro magistral que salía de los labios de Alteza. Mis oídos se deleitan felizmente mientras mi lengua trabajaba gustosa saboreando la intimidad palpitante de aquel que era más que un tesoro en mi corazón. Sus pequeñas manos se aferraron a mis hombros con desesperación, sentí como sus uñas se clavaron el mi en un acto desesperado y mi nombre salió de sus labios en gritos sordos cargados de lujurias. Su voz es un hilo de palabras que morían antes de terminar. Su respiración agitada ni siquiera dejaban que formulara alguna demanda antes de acallarlo lanzando un gemido ahogado haciendo que su cuerpo se contrajera. No fue mucho lo que duro el momento antes de que su alteza arqueara de una forma sublime su espalda y en un jadeo insonorizado se liberara de toda aquella presión que causaba su excitación. Le miré fijamente lamiendo mis labios mientras terminaba de tragar la liberación de su alteza en mi boca, fueron unos segundos antes de que se sentara de golpe y me mirara con unos ojos llenos de vergüenza y desesperación que no me dejaron evitar reír y llenar mi pecho de satisfacción. —¿Su Alteza se siente mejor?

Sus ojos se llenaron de lágrimas cálidas y se abrazó a mí escondiendo su cara entre mi cuello mientras negaba fervientemente. —¡No! No estoy bien hasta que A-Huó me tome completamente...

No pude evitar reír ante sus palabras, así como tampoco pude evitar el dolor punzante entre mis piernas. Aquellos gemidos, aquellos actos que su alteza tan libremente me regalaba, era solo una tortura ante el deseo que se arraigaba fuertemente en mi pecho. Me separé lentamente de su Alteza mirándole a los ojos, estos me miraban con el mismo deseo asegurándome que no secarían de reproche hasta tomarle por completo y para ser sincero, no planeaba dejarle ir, no sin antes entregarle todo de mí. —Los deseos de su Alteza, son mis órdenes...

Su cara se volvió aún más roja y su cuerpo tembló ante mis palabras, pero aun así mordió su labio inferior y guio su mano lentamente a mis pectorales. Recorrió lentamente mi cuerpo con sus temblorosas manos.

Sonreí y le besé lentamente tomándome todo el tiempo para saborear sus dulces labios hasta que su respiración rogó por aire. Sus ojos llorosos me miraron con una leve sonrisa en ellos y no pude evitar susurrar con una vos suave en su oído. —Su Alteza puede hacer lo que guste con este.

Escuché claramente como la saliva recorrió su garganta al tragar, su respiración soltó un leve gemido cuando mordí su lóbulo y susurro suavemente entre gemidos. —Y-yo también quiero probar a Huó-Er...

Le bese nuevamente acallando sus quejas, guiando dejo escapar pequeños gemidos ahogados entre nuestros labios, le libere deleitándome con el arte que era su mirada en este momento. —Alteza, ya tuve suficiente ¿Por qué no me deja mostrarle el verdadero placer, ahora?

Su Alteza solo asintió perdido entre el deseo. Lo recosté lentamente detallando cada parte de su cuerpo desnudó, no había parte de su cuerpo que no llevara mi marca adornándole aquel blanco lienzo. —Su Alteza es realmente un ser perfecto...

No pude evitar susurrar y me sigo sintiendo con tanta ternura que lleno mi alma para la eternidad. —A-Huó también lo es...

Sonreí ante su comentario y le besé lentamente disfrutando del momento. Deslice mis manos con gracia, separe sus piernas sin romper el beso y guíe con caricias mis dedos hasta llegar a aquella parte donde culminaba el deseo. Su alteza se estremeció simplemente del tacto, separo nuestros labios dejando una hilera muy fina de nuestras salivas uniéndonos y soltó un pequeño gemido que endulzó.

Sonreí complacientemente mientras deslice mis dedos con fuerza dando en el punto dulce, una, dos, cuatro veces y su alteza grito retorciéndose completamente en una sensación de placer extrema. Su respiración estaba completamente hecha un lío, tal como sus pensamientos, y fue entonces que no pude más. Levante lentamente las piernas de su alteza separándolas, él me miro completamente con los ojos aun llenos de lágrimas y yo solo sonreí lamiendo mis labios. —Si su Alteza siente cualquier tipo de dolor, prométame que me detendrá, no importa que, su alteza tiene que prometerme que lo hará sabe

Su Alteza mordió fuertemente su labio inferior y asintió suavemente. —Lo haré, pero sé que A-Huó jamás me hará daño...

No pude evitar sonreír, levante su mentón y deje un pequeño beso en sus labios.

Mis palabras murieron en mi boca cuando su Alteza movió lentamente su cintura en señal de adaptación, lo miré fijamente y no pude evitar sonreír. —Di mi nombre A-Huó, es tan frío si solo me dices Alteza...

Las lágrimas se acumularon en su mejilla y sus caderas se movían lentamente en busca de aquel estímulo que hacía vibrar. Mordí fuertemente entre el cuello de su Alteza y la clavícula, subí besando hasta su oído y lamí lentamente el lóbulo de este mientras susurraba. —Xuě Tiān... Xuě Tiān...

—S-si

Una, dos, tras golpes y la espalda de su Alteza se contrajo, sus ojos blancos y cada fibra de su cuerpo se liberó de una tensión extrema. Y solo falto aquella presión que ejerció su cuerpo al retorcerse para que un solo movimiento más terminara por liberarme dentro de su interior. El cuerpo de su alteza se desvaneció sobre en mío. Pequeños espasmos eran la prueba del éxtasis en su sistema, su respiración era tan compleja que demoro unos minutos en normalizarse, su pecho subía y bajaba repleto en sudor, su blanca piel de porcelana brillaba ante la tenue luz de la luna, de sus ojos aún corrían lágrimas cuando me miro pestañeando un par de veces, no me moví, ni salí dentro de él hasta que estiro sus labios demandando los míos, un suave y gentil beso para sellar por completo la entrega que aquella noche nos dimos mutuamente. Un pequeño sonido hueco sonó cuando salí de su alteza y un pequeño cejo fruncido me miro queriendo protestar. Sonreí y beso su frente tirándome a un lado y atrayéndole a mi pecho. No tardó mucho en envolverse sobre mí rodeándome con sus brazos y piernas, acaricie su cabello y bese su cabeza suavemente. —Te amo, Liu Huó...

Mi pecho se desbordó en ternura y le apreté fuertemente entre mis brazos mientras acariciaba su cabello y su hombro. —Xuě Tiān no tiene que tener duda de que yo lo amo con devoción.

Su pequeña risa se coló por mis oídos y su cabeza se acurrucó en mi pecho frotándose cariñosamente. —No la tengo, no podría...

Nos quedamos unos minutos más entre caricias, besos y palabras endulzadas, luego le tome entre mis brazos y limpie lentamente su cuerpo con adoración. Quedo profundamente dormido mientras lavaba su cabello, así que una ver termine, lo lleve a la cama cubriéndole con mantas limpias y recostándole en mi pecho. No paso más de una hora ante el sonido de las trompetas que daban el aviso unánime a la inminente guerra. —Todo saldrá bien, A-Huó.

Sonreí cuando la vos adormilada de su alteza resonó, asentí levemente y bese su frente preparado para lo que sea que viniese aproximándose en el futuro.

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