En un mundo donde las diferencias culturales pueden ser un obstáculo, dos personas se encuentran Pero su amor está condenado desde el principio. ¿Podrán superar los desafíos y encontrar un futuro juntos?
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Capitulo 21 Cuando El Corazón Habla
Amina entró al apartamento, La noche había sido un torbellino, y mi corazón seguía acelerado por todo lo que había pasado con Emir. Me miró con curiosidad mientras dejaba su bolso sobre el sofá.
—Helena, ¿por qué estás tan pensativa?
—Creo que interrumpí algo entre Emir y tú.
La miré rápidamente, intentando ocultar mi nerviosismo.
—No es nada, no te preocupes —respondí, intentando sonreír.
Amina no parecía convencida. Se sentó frente a mí y cruzó los brazos.
—Helena, puedes confiar en mí. ¿Qué pasó?
Sentí cómo mis defensas caían. Sus ojos reflejaban verdadera preocupación, y, después de unos segundos de silencio, suspiré profundamente y decidí ser honesta.
—Casi hago el amor con Emir —confesé, mirando al suelo —Si no hubieras llegado, tal vez lo hubiéramos hecho.
Amina se quedó boquiabierta por un momento, y luego negó con la cabeza, visiblemente sorprendida.
—Helena, no lo hagas —me dijo con seriedad, aunque su tono no era de juicio, sino de preocupación —Hay cosas que necesitas entender sobre nuestra cultura.
La miré fijamente, esperando una explicación.
—Aquí, en catar, el contacto físico entre un hombre y una mujer que no están casados está mal visto, especialmente en familias como la de Emir, que son muy tradicionales. Es un tema de respeto hacia nuestras creencias. Para nosotros, el matrimonio es sagrado, y cualquier intimidad fuera de él puede tener graves consecuencias, tanto para la mujer como para el hombre.
—¿Entonces nunca podría estar con Emir? —pregunté con un nudo en la garganta.
—No es imposible, pero sería muy difícil. Si realmente se aman, tendrán que enfrentarse a muchas cosas, no solo a las críticas, sino también a las expectativas familiares y culturales. Pero Helena, debes preguntarte si estás lista para eso.
Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, y antes de poder detenerlas, rodaban por mis mejillas.
—Es que estoy enamorada admití
—Lo quiero cerca de mí, Amina, pero no sé cómo manejar esta situación.
Amina me abrazó con ternura.
—Te entiendo, Helena. Amar no siempre es fácil, pero debes pensar con el corazón y la cabeza. Estoy aquí para ti, pase lo que pase.
Un Cumpleaños Inolvidable para Tarek:
Al día siguiente, decidimos hacer algo especial para Tarek, nuestro pequeño paciente que cumplía Nueve años. Desde que lo conocí, había creado un vínculo único con él, y ver su lucha contra la fibrosis quística me conmovía profundamente.
—¿Lista para sorprenderlo? —preguntó Noah, entrando al cuarto de descanso con una guitarra en la mano.
—Más que lista —respondí, mientras ajustaba los últimos detalles del oso gigante que le había comprado.
Cuando entramos a su habitación, Tarek estaba acostado, conectado a su oxígeno, pero sus ojos se iluminaron al vernos.
—¡Sorpresa! —gritamos
Habíamos decorado la habitación con globos, serpentinas y un pequeño pastel. Noah comenzó a tocar la guitarra mientras cantaba una canción que había compuesto especialmente para Tarek.
El niño rió y aplaudió, claramente emocionado.
—Helena, ¿es para mí? —preguntó señalando el enorme oso de peluche que llevaba.
—¡Por supuesto! Pero Noah también tiene algo especial para ti.
Noah se acercó con un coche de juguete grande.
—Espero que te guste, campeón.
Tarek nos abrazó a ambos con fuerza, y luego me miró directamente.
—Ustedes son como mi familia.
La habitación quedó en silencio por un momento, y luego Tarek volvió su atención a Noah.
—¿Sabes, Noah? No te veo solo como mi médico. Eres como un papá para mí.
La habitación quedó en silencio. Noah dejó la guitarra a un lado y lo abrazó con fuerza, dejando escapar algunas lágrimas.
—Gracias, campeón Significa mucho, Tú también eres muy especial para mí.
Observé la escena conmovida, sintiendo cómo el vínculo entre ellos crecía más allá de lo profesional.
Más tarde, cuando todos se fueron, Noah y yo nos quedamos recogiendo los restos de la celebración.
—Hiciste un gran trabajo hoy.
—Tú también, Helena. Eres increíble con los niños.
Sus palabras, y la manera en que me miró, me hicieron sentir una extraña calidez. Había algo en su tono, algo que no podía ignorar.
—Tarek es un niño especial
—Sí, lo es. Y tú también lo eres, Helena. No muchas personas harían todo esto por alguien.
Nos miramos fijamente, por un momento Pero rápidamente desvié la mirada.
Regalos Inesperados:
Esa noche, Amina y Margot vinieron a mi apartamento para una pijamada. Estábamos riendo y compartiendo historias cuando alguien golpeó la puerta. Al abrir, encontré un pequeño paquete junto con un ramo de rosas rojas.
Dentro del paquete había un collar de oro con una nota escrita con caligrafía impecable. La abrí nerviosa y leí un poema árabe que me dejó sin palabras.
Poema de Emir:
"قلبي بين يديكِ كزهرة في الربيع،
يتفتح كل يوم بنوركِ البديع.
لا كلمات تصف حبي ولا ألحان،
أنتِ الجنة التي أسعى إليها بكل زمان."
Traducción al español: poema de Emir
"Mi corazón está en tus manos como una flor en primavera,
que florece cada día con tu luz tan bella.
No hay palabras que describan mi amor ni melodías,
tú eres el paraíso al que aspiro en toda mi vida."
—¡Helena! —exclamó Amina al ver el collar—Esto es precioso.
—Es imposible murmuré —Emir solo es amable conmigo.
—¿Amable?, Replicó Amina, riendo
— Helena, cuando un hombre catarí hace este tipo de regalos, significa algo serio. Tal vez Emir quiere comprometerse contigo.
—Eso no pasará —dije rápidamente, aunque mi corazón latía con fuerza.
Margot, que había permanecido callada, frunció el ceño al ver el collar.
—No sé por qué tanto alboroto, Es feo.
Amina arqueó una ceja.
—Es de oro puro.
—¿Qué hiciste para conquistar a un hombre como Emir? —preguntó Margot, con una mezcla de burla y resentimiento.
—No hice nada —respondí, intentando mantener la calma.
—Claro, solo estás presumiendo tu regalo.
—No estoy presumiendo nada. ¿Qué te pasa?
Amina intervino, molesta.
—Solo estás demostrando tu envidia porque nadie te ha regalado algo así.
Margot se puso de pie, visiblemente alterada.
—¿Así que ahora están las dos contra mí?
De repente, su rostro se puso pálido, y antes de que pudiera decir algo más, se desmayó, dejando el ambiente lleno de tensión.