Para Emma Blake, una joven decidida y de fuertes convicciones, casarse con un hombre como Nicholas Marshall, el imponente magnate empresarial, jamás estuvo en sus planes. Sin embargo, el destino y una jugada cruel del poder los ha unido en un acuerdo imposible de rechazar: un matrimonio por conveniencia que podría salvar la vida de su familia y las finanzas del imperio Marshall.
Nicholas es frío, calculador y tiene una reputación impecable en los negocios, pero detrás de su fachada de acero esconde secretos oscuros y una necesidad insaciable de control. Para él, este matrimonio no es más que un trato, una forma de proteger su legado familiar
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Capitulo 5
La relación entre Emma y Nicholas había tomado un giro inesperado tras su beso prohibido. La tensión en el aire se palpaba, y aunque intentaron mantener las apariencias, el peso de lo no dicho los envolvía como una sombra constante. Emma sabía que había algo más en Nicholas, algo oculto detrás de su poderosa fachada y su encantadora sonrisa, y su curiosidad la empujaba a indagar más en su vida.
Una noche, mientras estaban en una cena formal, Emma notó que Nicholas se había vuelto más distante. Su risa, que antes sonaba sincera, ahora era un eco apagado. Su mirada se perdía en el horizonte, como si estuviera luchando con demonios que solo él conocía. Esa inquietud despertó la inquietud en Emma, que no pudo evitar preguntarse qué secretos guardaba su esposo.
"¿Nicholas, todo está bien?" preguntó Emma, mientras él jugaba nerviosamente con el borde de su copa de vino. "Te noto… diferente."
Él la miró, sus ojos oscuros reflejando una mezcla de sorpresa y desconfianza. "Es solo el estrés del trabajo. A veces, es abrumador." Pero las palabras sonaron vacías, como si tratara de convencerse a sí mismo más que a ella.
Emma decidió presionar un poco más. "Sabes que puedes hablar conmigo. Estamos en esto juntos, y sé que hay más en ti de lo que muestras."
Nicholas se tensó al instante, sus músculos se contrajeron. "No hablemos de eso ahora, Emma. Es complicado." Sus ojos destellaron con una intensidad que hizo que el corazón de Emma latiera más rápido, pero la frustración comenzó a acumularse en su pecho.
"No puedo ignorarlo, Nicholas. Sabes que hay algo oscuro en tu pasado. Y aunque entiendo que no quieras compartirlo, no puedo dejar de sentir que nos afecta a los dos." La sinceridad en su voz resonó en el aire entre ellos, creando un espacio de vulnerabilidad.
Él suspiró profundamente, el peso de sus secretos casi visible en su rostro. "Hay cosas que he hecho… cosas que no estoy orgulloso. No quiero arrastrarte a mi oscuridad."
"¿Por qué no puedo decidir eso por mí misma?" le reclamó Emma, sintiéndose frustrada. "¿Por qué sientes que tengo que ser protegida de tu pasado? Somos un equipo, y si esto va a funcionar, necesitas confiar en mí."
Nicholas la miró, y en sus ojos había una tormenta de emociones. "No es tan simple, Emma. No solo se trata de mí. Hay personas que podrían salir perjudicadas si se enteran de mi historia. Y tú estarías en el medio."
La revelación le dejó un nudo en el estómago. "¿Quiénes son esas personas? ¿Qué has hecho que pueda ponerme en peligro?" La angustia en su voz resonó, y el rostro de Nicholas se oscureció.
"Es un pasado que no puedo cambiar," murmuró, apartando la mirada. "Pero si se descubre, podría poner en peligro no solo nuestra relación, sino también la empresa. Y no quiero arriesgarlo todo por un secreto que no puedo compartir."
La incertidumbre la invadió, y Emma sintió que su corazón se hundía. "¿Realmente crees que podemos construir un futuro juntos si no te abres a mí?" Su voz era suave, pero había una firmeza que no podía ocultar.
Nicholas permaneció en silencio, y en su expresión se leía la lucha interna entre la necesidad de protegerla y el deseo de acercarse a ella. Pero cuando finalmente habló, sus palabras fueron firmes. "Si alguna vez decides que esto es demasiado para ti, entiendo. Solo no quiero que el peso de mi pasado te agobie."
Esa noche, después de la cena, Emma se sintió inquieta. Había algo que la atormentaba; el secreto de Nicholas se convirtió en una sombra que se cernía sobre su matrimonio. A medida que los días pasaban, la tensión entre ellos creció, y la sensación de peligro se hizo más tangible.
Un día, mientras se preparaba para una reunión de trabajo, Emma decidió que ya no podía ignorar las dudas. Necesitaba respuestas, así que hizo lo que consideraba necesario: se sumergió en la búsqueda de información. Una búsqueda que, aunque fuera peligrosa, podría ofrecerle la verdad sobre el hombre con el que estaba casada.
Mientras revisaba los documentos de la empresa y las noticias del pasado, Emma comenzó a juntar piezas del rompecabezas que la llevarían a descubrir los secretos enterrados de Nicholas. Pero cuanto más se adentraba, más se daba cuenta de que había riesgos que podrían cambiar el rumbo de sus vidas para siempre.
Al final del día, Emma sabía que los secretos de Nicholas no eran solo sombras de su pasado; eran obstáculos que amenazaban su futuro juntos. Y, aunque la atracción entre ellos era innegable, el camino hacia la verdad podría ser más peligroso de lo que jamás había imaginado. La oscuridad del pasado estaba a punto de salir a la luz, y su matrimonio por conveniencia se convertiría en un juego mortal de confianza y revelaciones.
La noche se cernía sobre la ciudad, y Emma se encontraba sentada en su oficina, la luz de la computadora iluminando su rostro tenso. Con cada documento que revisaba, una sensación de inquietud crecía en su interior. Las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar de manera alarmante, revelando la complejidad del pasado de Nicholas.
Emma se detuvo un momento, inhalando profundamente. La brisa nocturna que entraba por la ventana le ofreció un alivio momentáneo, pero no podía escapar de la tormenta que se avecinaba en su mente. Sabía que la verdad que estaba a punto de descubrir podría tener consecuencias devastadoras.
Mientras continuaba investigando, encontró un artículo antiguo que mencionaba un escándalo empresarial vinculado a la familia de Nicholas. Un antiguo socio que había sido encarcelado por fraude, y la repentina caída de una empresa que había sido el orgullo de su familia. Todo parecía entrelazarse de una manera que la hizo temerosa.
“¿Por qué no me lo dijo?” murmuró para sí misma, frustrada. “¿Por qué tengo que descubrir esto por mi cuenta?” Emma se sentía traicionada, no solo por la falta de confianza de Nicholas, sino por la posibilidad de que todo lo que había creído sobre su matrimonio pudiera estar basado en una mentira.
Al día siguiente, mientras se preparaba para el almuerzo con Nicholas, decidió que era hora de confrontarlo. No podía seguir ignorando la inquietud que se había apoderado de ella. Al llegar al restaurante, el ambiente era elegante, pero la tensión que había entre ellos era palpable.
Nicholas estaba sentado en una mesa, luciendo tan impecable como siempre. Sin embargo, la sonrisa que solía adornar su rostro se había desvanecido. Emma se sintió culpable por el peso que traía consigo, pero sabía que debía ser honesta.
“Necesitamos hablar,” dijo, sentándose frente a él. Su voz sonaba firme, pero su corazón latía con fuerza.
“¿Sobre qué?” preguntó él, cruzando los brazos de una manera defensiva. Su mirada era intensa, pero había una sombra de preocupación que no pasó desapercibida para Emma.
“Sobre tu pasado. Lo que encontré… lo que has ocultado.” La tensión en la mesa aumentó, como si la atmósfera se hubiera vuelto eléctrica.
Nicholas se enderezó, su expresión se volvió sombría. “Emma, te dije que no era el momento. No quiero que esto te afecte.”
“¿No quieres que me afecte?” replicó Emma, sintiendo que la frustración brotaba de ella. “¿Crees que puedo ser parte de esto sin saber lo que realmente está en juego? Estoy en este matrimonio, Nicholas. No soy solo una fachada para ti.”
Él la miró fijamente, y en sus ojos había un tumulto de emociones. “No entiendes. Hay fuerzas en movimiento que no puedes ni imaginar. Si se entera la prensa o mis enemigos… podríamos perderlo todo.”
Emma sintió un escalofrío recorrer su espalda. “¿Qué es lo que temes que se revele? ¿Qué es lo que te hace actuar así? ¿De qué tipo de enemigos hablas?”
Con un suspiro, Nicholas pareció dudar. Emma pudo ver cómo luchaba con sus pensamientos, la lucha interna reflejada en su rostro. Finalmente, se inclinó hacia ella, su voz era un susurro. “Hay más en juego que solo nuestra empresa. Mi pasado no es solo un escándalo, Emma. Hay personas que han jurado hacerme daño por lo que sucedió antes de que llegases a mi vida.”
“¿Y por eso me ocultaste la verdad?” Emma sentía que su corazón se hundía. “¿Por qué no me diste la oportunidad de ayudarte? Estoy aquí, dispuesto a apoyarte.”
Nicholas se apartó, su mirada se endureció. “No quiero que seas parte de esto. Quiero protegerte.”
“Pero yo no soy una víctima,” respondió ella, sintiendo que la rabia comenzaba a burbujear en su interior. “Estoy en esto contigo. No puedes seguir ocultando secretos y esperar que todo se resuelva. Debemos enfrentarlo juntos.”
La conversación se tornó tensa y silenciosa. La comida llegó y sus platos se colocaron entre ellos como un recordatorio de lo que estaban tratando de evitar. Pero en el fondo, ambos sabían que el silencio no resolvería los problemas que acechaban a su matrimonio.
Finalmente, Nicholas rompió el silencio. “Si decides quedarte, tienes que estar dispuesta a enfrentar lo que venga. Mi vida no es sencilla, y mis enemigos no tienen compasión.”
“¿Y si decido quedarme? ¿Qué pasará entonces?” Emma lo miró a los ojos, buscando respuestas en su profunda mirada.
“Entonces, te prometo que lucharé para protegerte. Pero tendrás que confiar en mí. Tienes que estar dispuesta a enfrentar cualquier cosa que venga con valentía.” Su voz sonó seria, y Emma sintió un escalofrío ante la determinación en sus palabras.
Con un asentimiento, Emma se dio cuenta de que su vida estaba a punto de cambiar para siempre. Ella estaba dispuesta a luchar, pero sabía que el camino por delante estaría lleno de obstáculos. Sus corazones estaban entrelazados en una batalla que apenas comenzaba, y la verdad sobre el pasado de Nicholas amenazaba con desmoronar todo lo que habían construido.
“Estoy aquí por ti, Nicholas,” dijo Emma, sus ojos fijos en los de él. “No me alejaré. No importa cuán oscuros sean tus secretos. Estoy dispuesta a enfrentarlos contigo.”
Pero, en el fondo, una pregunta resonaba en su mente: ¿podría realmente el amor superar los secretos que amenazaban su matrimonio y poner en peligro sus vidas?