Cira, es la hija de la ex reina de los demonios de fuego y del rey de Belgeun, un reino de la comunidad mágica de Hurmaya. Su madre murió hace años y acaba de morir su padre. Su hermano mayor, ha sido coronado como rey y la ha condenado a vivir sin amor.
Dos hombres se han enamorado de ella, y harán hasta lo imposible para que pueda ser libre de amar.
¿Podrá Cira disfrutar de un amor verdadero con plena libertad?
HISTORIA PRECUELA DE LA COLECCIÓN HURMAYA (Cuarta historia corta)
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12. Tentaciones y planes de liberación
Lo que parecía una lastimadura por golpe en el labio, se volvió algo más complicado, ya que no lograba curarse con tratamientos simples, los empleados del palacio se vieron obligados a comunicar al rey, que debían llamar un médico, porque la herida de la reina no dejaba de sangrar, y podría llegar a infectarse.
Al poco tiempo llegó Lord Zgodan, que es la identidad del príncipe Kobar de los Senmorta adoptó en Pallango, y ejercía la medicina en ese lugar; fue llevado de inmediato a la habitación de la reina, quien estaba con la señora Yu y la dama principal de la corte.
Kobar saludó formalmente y le pidió permiso a la reina para examinarla, ella solo asintió, y luego del primer contacto visual, Viena bajó la mirada, no sabía en quién confiar, si el rey se había atrevido a golpearla, ya no sabía a qué atenerse.
- "Su Majestad, tiene un corte más que un golpe en labio, usted no solo con la puerta, sino con algún vidrio, tengo que sacarle algunas astillas, y hacer una sutura, le aseguro que no dejaré marca", manifestó Kobar.
Viena miró alrededor, se dio cuenta de que nadie le había dicho que fue el rey que la golpeó, tan fuerte que rompió parte de la sortija que llevaba puesto, eso debió haberle cortado, como quisiera regresar a casa pensó, pero quien se enfrentaría a un rey, la única forma de hacerlo era que la familia real de Susumira se pusiera de su lado, pero difícilmente ocurriría con alguien como la reina actual de Susumira.
La joven reina, solo asintió, Kobar tuvo que hacerla aspirar algo que la adormezca, para evitar causarle mayor dolor. Trabajó bajo la atenta mirada de la señora Yu, la dama principal y otras dos damas, tenían prohibido dejar a la reina sola.
Cuando la reina, aún estaba algo adormecida, ingresó el rey Pallango, luego de los saludos protocolares, le preguntó al médico, si la reina ya estaba bien y cuando lograría recuperarse.
- "Fue necesario cerrar la herida, así que tomará su tiempo para que sane, dejaré las indicaciones y visitaré regularmente a la reina, para asegurarme que no vaya a infectarse; si el corte hubiese sido más grande, si le hubiese podido quedar una cicatriz, es importante dejarla descansar, deberá tener mucho cuidado con tocar la zona, por lo menos en dos semanas", explicó Kobar.
- "Está bien, haga su trabajo, y asegúrese de que la reina se recupere", dijo el rey, miró por un momento a Viena y luego salió de la habitación.
Cuando el rey salió, Kobar volvió a mirar a la reina; eso a todas luces había sido un golpe fuerte en el rostro, por las expresiones de todos podía jurar que había sido causado por el monarca; creía que podría ser muy difícil cumplir con la misión de su hermano, pero el mismo rey de Pallango le estaba facilitando el trabajo, una mujer que odia a su esposo, con miedo que la lastime, alejada de su familia y amigos; estaría vulnerable, para caer en la tentación.
Por otro lado, la princesa Cira está en su nuevo jardín y vuelve a leer una de las cartas que le envió Lord Sinloe, "antes de conocerla, los días parecían monótonos y aburridos; ahora parecen tener un nuevo color, porque me imagino que está a mi lado, le hablo aunque no me escuche y la miro aunque no esté ahí, usted ha venido a renovar la vida y eso me hace gratamente feliz", decía uno de sus párrafos. Sonríe, pero luego una lágrima cae por su mejilla, no debe amarlo porque le podía arruinar la vida, ha escrito una carta para declinar su galanteo, pero no se anima a mandarla.
- "No me gusta, verla triste Su Alteza", dijo Lord Myeong acercándose.
- "Querido primo, no me había percatado de su llegada. Lamento estar en estas condiciones", comentó Cira, guardando la carta.
- "Abrazaba ese documento, como quien abraza a alguien a un ser amado. ¿La escribió el hombre que ha logrado enamorarla?", preguntó Myeong.
Cira lo miró sorprendida, pero luego solo suspiró, no sabía en quién confiar, ni con quién hablar, pero Myeong siempre había sido una persona que la estimaba bastante.
- "Si te dijera que sí, ¿qué pensarías?, por favor sé sincero", respondió Cira.
- "Te diría que te asegures que sea un hombre que merezca tu amor, que valore cada cosa de ti y que te proteja hasta con su vida", manifestó Myeong.
- "Creo que es alguien así, solo que, sería yo quien lo lastime y no quiero hacerlo, quisiera poder irme de este lugar, pero sin ser una princesa fugitiva, porque no sería justo que él renuncie a todo lo que ha logrado, y que vivamos todo el tiempo, pensando que talvez ha llegado el día en que nos maten", comentó Cira; Lord Myeong tomó las manos de la princesa, detestaba verla en ese estado.
- "Me gustaría antes de que tome una decisión conocer a ese hombre que cautivó su corazón, sé que la princesa es inteligente, y no se dejaria engañar por un idiota, solo que otros ojos pueden darle todo el panorama, Su Alteza no tenga miedo, estoy tomando acciones para que tenga libertad de amar, para que su hermano no tenga la última palabra y cuente con los medios para pelear su felicidad hasta en los tribunales", expresó Myeong sin dejar de mirarla.
- "No entiendo lo que dice", dijo Cira.
- "Le juro que le daré la libertad que usted merece, en algunos meses le explicaré, por ahora no se niegue a vivir la ilusión de enamorarse, unas cartas no van a matar a nadie; descubra con paciencia y serenidad si realmente es el indicado para usted, por ahora no voy a preguntar su nombre, espero que me lo diga cuando esté lista. Vine a verla antes de viajar, he recibido unas cartas muy importantes, y debo ir de inmediato al reino de Fontana; sé que en algunos días irá con su hermano a ver unos negocios, nos encontraremos allá, y va a ver que en algunos días, voy a darle una gran sorpresa", manifestó Myeong con una sonrisa, y dándole un beso en la mano a la princesa.
Cira desconocía a qué iba Lord Myeong a Fontana, pero después de recibir un pedido especial de la reina Krasa de Fontana, siente que ha llegado el momento de ejecutar el plan que liberará a Cira de la prisión de su hermano. Myeong va a salvar la vida de la mujer que se convertirá en su esposa, para luego poder garantizar la felicidad de la mujer que tanto ama.
Me gustaría saber el orden completo de.las sagas completas
Tambien si nos es mucha.molestia saber si abrá mas cap de la colección de hurmaya todos los reinos