Will García, un empresario prestigioso, que en una práctica intenta encontrar la respuesta y la paz que su pasado no le permite encontrar, la desesperación lo llevará a envolverse en un triangulo amoroso, ¿podrá el BDSM sacarlo por completo? o ¿será la culpa quien lo alejé de su verdadera felicidad?.
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Capítulo 6
Will se dirigió a la pared de la exhibición y tomó unas pinzas de pezon*s.
Alicia no lograba ver sus movimientos sin embargo sentía sus pasos firmes.
Will llegó al frente de ella la observó y su pecho quedó apretado con la blusa de colegiala que tenía.
Will con las yemas de sus dedos le acarició la mejilla y empezó a bajar por su cuello era un roce, las yemas de sus dedos solo rozaban la piel no terminaban de tocarla.
Siguió su camino hasta llegar al botón de la blusa, solo tenía dos botones, él los quitó y la blusa se abrió y debajo de la blusa no había nada dejando unos perfectos botones rosados apuntar al aire.
Will sonrió a medio lado, acercó su rostro y la piel de ella olía a un toque de flores y cítricos.
Su aliento rozó los erectos botones y fue subiendo hasta llegar a su cuello.
Alicia apretó fuerte la bola de mordaza que tenía en su boca, como podía su cuerpo resistir a esa seducción si el condenado hombre era un pecado solo verlo.
Will puso las pinzas en cada uno de los puntos rosados, luego camino a su chaqueta y sacó un estuche pequeño y volvió nuevamente al frente de Alicia.
Ella abrió los ojos, ya que nunca había visto ese pequeño estuche.
Will abrió el estuche y sacó una rueda de wartenberg, se acercó al rostro de Alicia, sostuvo la rueda de wartenberg, posicionándose en su mejilla para empezar su recorrido.
Para Alicia fue algo novedoso.
Al ella sentir como las ruedas sensibles, pero a la vez con un filo no dañino, empezaron a recorrer su cuerpo, se erizó al sentir como el objeto utilizado por el hombre, empezó a despertar en ella un deseo jamás experimentado.
Era tan grandiosa la reacción obtenida que sintió una corriente en su centro, que la hizo palpitar del mismo placer.
El filo del objeto hacía contacto con su piel.
Will lo guió desde su rostro pasándolo por su cuello y guiándolo por su pecho arqueado.
Alicia tenía ganas de gritar, de su interior salió ese gemido ahogado por causa de la mordaza.
Will mordió sus labios y mientras exploraba el cuerpo de ella con la rueda, bajó su rostro respirando en su piel, dejando que ese aliento diera las caricias que su piel no daba.
Alicia sintió un fuego en su interior, que la hizo mover sus piernas y la barra separadora se abrió más dejándola más abierta siendo la posición más incómoda para su cuerpo.
Al quedar más incómoda su cuerpo empezó a respirar más agitado.
Will vio que su postura se volvió más erguida y empezó a rozar su aliento por todo su cuello, y llegó a la pinza y con sus dientes jalo una de ellas haciendo presión en el punto rosado de Alicia.
Ella ronroneó, ese jalón fue algo placentero, sentía su cuerpo al límite, cada incomodidad, cada roce, del filo de la rueda, cada roce del aliento del amo, tenía a su cuerpo a punto de explotar.
Will soltó la pinza y se dirigió a la otra haciendo el mismo movimiento.
Alicia sintió un nudo en su garganta por no poder gritar y volvió a mover sus piernas ocasionando que la barra separadora se abriera más llegando a su límite.
Will soltó de un solo, el jalón que ejercía con sus dientes a la pinza, ocasionando que ella gimiera.
Cambió el destino de la rueda pasándola por todo su costado, recorriendo su cintura y caderas.
Alicia sentía que no podía, era incómodo, era maravilloso, era delicioso, era adictivo, todo lo que sentía en su cuerpo en ese momento hizo que olvidara todo el infierno que pasó anteriormente.
¿Qué te detiene?
preguntó Will acercándose a su oído apretando suave su lóbulo y con una de sus manos apretó el muslo de Alicia haciéndola gemir, ese gemido fue suficiente para que su cuerpo empezará a soltar los espasmos contenidos el roce de la piel de él, más el metal frío y filoso de la rueda la hicieron explotar, de una manera desesperante, que su cuerpo no solo quería eso, lo quería a él, quería saber todo lo que él le podía ofrecer.
Will se dispuso a soltar la mordaza para poder escuchar la voz chillona que debería de estar teniendo ella por la acción, al soltar la de su boca ella empezó a respirar rápidamente, su pecho bajaba y subía al compás de su acalorada respiración.
—¡Para por favor!.
Susurró Alicia con un hilo de voz, sintiendo que su cuerpo estaba al límite.
Su voz era ahogada y chillona debido a que su excitación era tanta que sentía que podía correrse, aun sin ser visitada por él.
—Quiero que te corras para mí.
Ordenó Will y empezó a dejar besos húmedos en su cuello y pecho ocasionando que Alicia gimiera.
Su voz, su orden, todo lo de él, se sintió adictivo y su cuerpo obedeció y mientras él dejaba los besos húmedos alrededor de las pinzas ella no soportó más y dio un gemido ahogado en un suspiro dejando que explotara todo el placer que sentía en ese momento.
—¡Buena chica!, no juegues con candela, yo soy amo y ahora soy tu amo.
Dijo Will en su oído.
Alicia se estaba recuperando del orgasmo.
Will se acercó a su rostro.
—¿Deseas algo más versátil?.
Susurró Will.
—A ti.
Contestó ella en un susurró.
—En esa posición o nada.
Dijo Will con una sonrisa en su cuerpo.
Alicia lo miró no creyéndolo,sin embargo, el deseo que sentía era más grande que cualquier incomodidad.
Acepto.
Soltó ella y Will sonrió.
Se puso de pie pasando sus dedos por la intimidad de la amordazada, encontrando su parte intima húmeda a causa de la descarga anteriormente obtenida.
Will quitó las prendas que su cuerpo aún tenía dejando que su hombría saliera.
Alicia arqueo más su espalda. encontrando sus ojos la maravillosa vista, debido a que su proporción era de gran tamaño, verlo desnudo era una obra de arte para cualquier vista.
Will alzó la falda y la ropa interior era tan diminuta que solo basto de un toque fuerte para ser rota.
Pasó sus dedos nuevamente, su cuerpo estaba tan erguido era una magnífica vista para él, busco un preservativo y lo colocó.
Volvió a tocar palpando la zona húmeda y se unió a ella en una sola estocada haciéndola gemir.
Su posición la exponía tanto que sintió la introducción, como jamás lo había sentido.
Will empezó a moverse y ella mordía sus labios.
Will al verla que mordió su labio mientras se adapta a la posición, empezó un juego de movimiento haciéndola arquear cada vez que se unía a ella.
El movimiento dejó de ser incómodo a ser placentero, cuando Will vio placer completamente en sus facciones. Empezó a dar movimiento más rápido enredó una de sus manos en el cabello de Alicia y sus movimientos eran profundos, jalaba su cabello mientras la tomaba.
Alicia daba gritos de placer mientras Will daba perfectos movimientos que la llevaban al cielo y la bajaban a la vez al infierno.
El dolor de las pinzas, la incomodidad de la posición, y el placer de la entrega, era una mezcla, que no se podía explicar con palabras.
Sus gemidos eran reales, salían de muy adentro de ella, no soportaba más y su gemido cambió volviendo a tener un orgasmo, mientras lo tenía Will aceleró sus movimientos, haciendo sus movimientos más severos y certeros.
Alicia sentía su cuerpo colapsar y su cuerpo estaba teniendo calambres y volvió a llegar.
Will al ver que llegó al límite por tercera vez, sabía que su cuerpo colapsaría así que agilizó los movimientos, dejándose llevar por el placer, siendo él esta vez quien encontrará el clímax.
Dejó que su cuerpo descargará unos segundos mientras salían espasmos; salió de ella se quitó la protección y la desecho.
Con cuidado empezó a desatar la correa para que el cuerpo de Alicia fuera bajando lentamente y no se lastimara.
Alicia no sentía su cuerpo, sus ojos pesaban, su cuerpo sintió un cansancio jamás experimentado.
Cuando quedó acostada por completo y sin ataduras,Will la cargó y puso su cuerpo boca arriba en la misma cama.
—¡Casi me matas!.
exclamó Alicia antes de cerrar sus ojos y quedar completamente dormida.