trama que habla de como se vive la discriminación y como afrontarla
NovelToon tiene autorización de Mauricio Olivo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Desafíos Internos
A pesar del éxito y el reconocimiento creciente de “Voces Silenciadas,” no todo era fácil. Como en cualquier grupo, surgieron tensiones y conflictos internos que amenazaron con descarrilar su progreso. Los miembros fundadores, ahora en roles de mentor, observaron con preocupación cómo los nuevos líderes enfrentaban estos desafíos.Un día, durante una reunión regular, Julia notó que había una atmósfera tensa entre los miembros del comité. Varios de ellos parecían incómodos y evitaban mirarse entre sí. Decidió abordar el tema de inmediato. “He notado que hay algo de tensión en el aire,” dijo con suavidad. “Si hay problemas, debemos hablar de ellos abiertamente.”Miguel, siempre directo, asintió. “Es importante que abordemos cualquier conflicto de manera constructiva,” dijo. “Estamos aquí para apoyarnos mutuamente.”Mariana, una de las nuevas integrantes, levantó la mano. “Siento que no todos estamos siendo escuchados de la misma manera,” dijo con voz temblorosa. “Algunos de nosotros nos sentimos marginados en las decisiones importantes.”El comentario de Mariana desencadenó una serie de confesiones similares de otros miembros. Algunos sentían que sus ideas no eran tomadas en serio, mientras que otros se quejaban de la falta de comunicación y transparencia en el proceso de toma de decisiones.Julia y Miguel escucharon con atención y tomaron nota de cada preocupación. “Gracias por ser honestos,” dijo Julia. “Es crucial que todos se sientan valorados y escuchados. Vamos a trabajar para mejorar nuestra comunicación y asegurarnos de que todos tengan una voz.”Miguel sugirió la creación de un foro interno donde los miembros pudieran expresar sus preocupaciones y sugerencias de manera anónima. “También podemos tener reuniones regulares para discutir estos temas y encontrar soluciones juntos,” propuso.El grupo estuvo de acuerdo y se implementaron los cambios de inmediato. Las reuniones regulares proporcionaron un espacio seguro para que los miembros expresaran sus inquietudes, y el foro anónimo permitió que todos tuvieran una voz sin miedo a represalias.Con el tiempo, la comunicación y la cohesión del grupo mejoraron significativamente. Los miembros se sintieron más conectados y apoyados, lo que fortaleció su capacidad para trabajar juntos hacia sus objetivos comunes.Mientras tanto, “Voces Silenciadas” continuaba con sus proyectos y campañas. Uno de los eventos más importantes del semestre fue un festival de arte inclusivo, donde los estudiantes podían presentar obras que reflejaran temas de diversidad, justicia y empatía.El festival atrajo a estudiantes de todas las edades y disciplinas. Hubo exposiciones de pintura, escultura, fotografía y performance, todas ellas explorando diferentes aspectos de la inclusión. Una de las obras más impactantes fue una instalación interactiva creada por Carlos, un estudiante de arte visual que había sido miembro del grupo desde sus inicios.La instalación de Carlos invitaba a los espectadores a caminar a través de una serie de puertas, cada una representando una barrera diferente que las personas enfrentan debido a la discriminación. Al final del recorrido, los participantes eran recibidos por un mural colaborativo donde podían dejar mensajes de esperanza y solidaridad.“Quería crear algo que hiciera reflexionar a las personas sobre las barreras que otros enfrentan diariamente “Quería crear algo que hiciera reflexionar a las personas sobre las barreras que otros enfrentan diariamente,” explicó Carlos durante la inauguración del festival. “Pero también quería que terminaran la experiencia con un sentimiento de esperanza y la convicción de que podemos superar estas barreras juntos.”El festival fue un éxito rotundo. Los pasillos del instituto estaban llenos de estudiantes, profesores y miembros de la comunidad, todos interactuando con las obras de arte y discutiendo sobre la inclusión y la diversidad. Los paneles de discusión y las charlas inspiradoras completaron la experiencia, creando un ambiente de aprendizaje y reflexión.Una de las charlas más conmovedoras fue la de Laura, la estudiante que había escrito la carta de agradecimiento a “Voces Silenciadas.” En su discurso, Laura compartió cómo el grupo había transformado su vida y la de muchos otros. “Cuando me uní a ‘Voces Silenciadas,’ encontré un lugar donde podía ser yo misma y ser aceptada,” dijo con emoción. “Este grupo no solo me dio una voz, sino que también me enseñó a usarla para el bien de los demás.”Mientras el festival llegaba a su fin, Julia y Miguel reflexionaron sobre lo lejos que habían llegado. Aunque había sido un camino lleno de desafíos, también estaba lleno de momentos de crecimiento y triunfo. Estaban más decididos que nunca a seguir adelante y a enfrentar cualquier obstáculo que se presentara.Sin embargo, no todos los desafíos venían de fuera. En una de las reuniones posteriores al festival, Julia y Miguel notaron que algunos miembros parecían menos comprometidos. Varios habían comenzado a faltar a las reuniones y no respondían a los mensajes. Preocupados, decidieron abordar el problema de inmediato.“Parece que algunos de nosotros estamos perdiendo el enfoque,” dijo Julia con tacto. “Es importante que hablemos sobre lo que está pasando y cómo podemos apoyarnos mutuamente para mantenernos comprometidos con nuestra misión.”Mariana, quien había sido vocal sobre sus preocupaciones anteriormente, habló nuevamente. “Creo que algunos de nosotros estamos lidiando con el agotamiento,” confesó. “Hemos estado trabajando muy duro y, aunque amamos lo que hacemos, necesitamos encontrar un equilibrio.”Miguel asintió en señal de acuerdo. “Es comprensible sentirse agotado,” dijo. “Quizás podríamos implementar algunas estrategias para cuidar de nuestro bienestar. Tal vez establecer turnos de descanso o delegar tareas de manera más equitativa podría ayudar.”El grupo decidió crear un comité de bienestar para asegurar que todos los miembros tuvieran el apoyo que necesitaban. Organizaron actividades de relajación y talleres sobre manejo del estrés, y fomentaron una cultura de auto-cuidado y apoyo mutuo.Mientras tanto, “Voces Silenciadas” seguía avanzando con sus iniciativas. La campaña de concientización sobre la discriminación en el deporte había sido un éxito, pero ahora querían expandir su alcance a otras áreas. Uno de los proyectos más ambiciosos fue la creación de una serie de documentales cortos que destacaran las historias de personas que enfrentaban discriminación en diferentes contextos.Daniel, con su experiencia en tecnología y medios, lideró el proyecto. Reclutó a un equipo de estudiantes interesados en la producción de video y comenzaron a trabajar en los documentales. La serie, titulada “Historias Invisibles,” se centró en individuos cuyas voces a menudo eran ignoradas por la sociedad.El primer episodio contó la historia de Ana, una estudiante con discapacidad auditiva que había enfrentado numerosos desafíos en su educación. “Quiero que las personas vean las barreras que enfrentamos y cómo, con el apoyo adecuado, podemos superarlas,” dijo Ana durante su entrevista.La serie “Historias Invisibles” recibió una respuesta abrumadoramente positiva. Fue compartida ampliamente en las redes sociales y recibió elogios tanto de estudiantes como de profesores. “Este proyecto ha abierto los ojos de muchas personas sobre las realidades de la discriminación,” dijo el Sr. Martínez. “Es un testimonio poderoso del impacto que puede tener ‘Voces Silenciadas’.”A medida que la serie ganaba tracción, el grupo también comenzó a recibir invitaciones para presentar su trabajo en conferencias y eventos fuera del instituto. Julia y Miguel, junto con otros miembros, viajaron a diferentes ciudades para compartir sus experiencias y aprender de otros grupos que luchaban por la inclusión y la justicia.Durante una de estas conferencias, conocieron a Clara, una activista de una escuela en otra ciudad que había iniciado un grupo similar a “Voces Silenciadas.” Clara y su grupo estaban luchando contra la discriminación racial en su comunidad y habían logrado avances significativos. “Es inspirador ver que no estamos solos en esta lucha,” dijo Clara. “Juntos, podemos crear un cambio real.”La conexión con Clara y otros grupos fortaleció la red de apoyo de “Voces Silenciadas” y les dio nuevas ideas para sus propias iniciativas. De regreso en su instituto, Julia y Miguel compartieron lo que habían aprendido y comenzaron a implementar nuevas estrategias basadas en estas experiencias.Uno de los proyectos más emocionantes que surgió de estas conexiones fue un intercambio de estudiantes entre diferentes escuelas. El objetivo era fomentar la comprensión intercultural y compartir prácticas exitosas de inclusión. Estudiantes de “Voces Silenciadas” viajaron a otras escuelas para compartir su trabajo y aprender de sus pares, mientras que recibieron a estudiantes de otras comunidades en su instituto.El intercambio fue una experiencia enriquecedora para todos los involucrados. “Aprendí tanto de mis nuevos amigos,” dijo Laura, quien participó en el programa. “Me di cuenta de que, aunque nuestras experiencias son diferentes, compartimos los mismos sueños y aspiraciones de un mundo más justo.”Mientras los proyectos continuaban, Julia y Miguel se aseguraron de que el grupo nunca perdiera de vista su misión fundamental. Recordaban a los miembros que cada pequeña acción contaba y que, aunque el camino era largo, cada paso los acercaba más a un mundo inclusivo.