JULIA

Julia, que fue jalada tan repentinamente, se tambaleó. También se quedó paralizada al ver a la persona que estaba frente a ella. Guapo, esa fue su primera impresión.

"¿Qué haces aquí, Julia...? ¿No se supone que cada dos semanas hay una reunión familiar o una salida familiar...? ¿Pero por qué estás en este mercado nocturno...?", preguntó la persona con una serie de preguntas.

Julia, que no conocía al hombre, se quedó perpleja. También se preguntó de dónde sabía este joven que su familia, la familia Kusuma, estaba teniendo una salida familiar.

"¿Quién eres? ¿Cómo es que me conoces...?", preguntó Julia con curiosidad.

El hombre, o joven, se quedó atónito al escuchar la pregunta de Julia. ¿Qué quiso decir Julia al preguntarle eso y preguntarle quién era? ¿Es que Julia no lo reconocía? Pensó la persona.

"¿No me reconoces, Julia...?", preguntó el joven. Julia negó inmediatamente con la cabeza. Mientras que el hombre suspiró y se sintió frustrado al ver que Julia no lo reconocía.

"¿En serio no reconoces a tu propio hermano, Julia...? Soy Melvin. ¡¡¡El primo que era muy cercano a ti cuando eras pequeña!!!", dijo Melvin mientras golpeaba ligeramente la frente de Julia con su dedo índice.

Al escuchar la declaración del hombre, quien dijo que era su primo. Sobre todo cuando Julia escuchó su nombre. De repente, los recuerdos de Julia se remontaron al pasado.

Sí, Melvin era su primo, el primo que siempre le hacía bromas y la hacía llorar. El primo al que le gustaba tanto molestarla e incluso asustarla.

Al recordar todo eso, Julia volvió a estar alerta. Tal vez su primo volvería a hacerle una broma y, lo que es peor, podría hacerle daño. Por alguna razón, ese mal pensamiento cruzó su mente.

"Así que eres mi primo...? Lo siento, no te reconocí... porque hace mucho tiempo que no nos vemos. En ese caso, disfruta de tu día, hermano. No te molestaré...", dijo Julia haciendo que Melvin pensara de forma ambigua. Julia se apresuró a marcharse, pero Melvin la sujetó de la mano.

"¿Qué pasa, Julia...? ¿Por qué actúas así, manteniendo las distancias conmigo...? ¿Estás pensando que voy a volver a hacerte una broma...?", dijo Melvin mientras entrecerraba los ojos hacia su prima y le sonreía pícaramente.

Al escuchar la pregunta que salió de la boca de Melvin, Julia retrocedió dos pasos. Luego miró fijamente el rostro de su primo.

No sólo Julia miraba a Melvin, Melvin también observaba los movimientos de Julia. Melvin, que estudiaba psicología, sólo con su mirada y sus movimientos podía darse cuenta de que Julia estaba manteniendo las distancias con él. También podía percibir una mirada y una actitud de alerta dirigidas a Melvin y también un rasgo inusual que no solía percibir en Julia.

"¿Qué pasa, Lia...? ¿Por qué me miras así...? ¿He hecho algo malo...?", preguntó Melvin a su prima. Julia, al darse cuenta de que había mostrado una actitud de alerta hacia la familia Kusuma, se puso nerviosa.

"No es nada, primo...", dijo Julia mientras bajaba la cabeza, intentando evitar la mirada de su primo. Mientras tanto, Melvin dio un paso y se paró justo delante de su prima, y luego le preguntó.

"Entonces, ¿qué haces aquí...? ¿No se supone que ahora mismo hay una reunión de nuestra familia en el restaurante Arcoíris...?", preguntó Melvin a su prima.

"Y también te he estado observando, nunca has asistido a nuestras reuniones familiares hasta que has cumplido 17 años. ¿Qué pasa...?", preguntó el primo a Julia. Al escuchar esa pregunta, Julia optó por guardar silencio.

¿Qué iba a decir y a explicar a su primo? Julia sentía que no había nada importante sobre ella que tuviera que decirle a su primo. Julia respiró hondo antes de responder a la pregunta de su primo.

"Por qué me preguntas a mí, hermano...? ¿Por qué no se lo preguntas a la familia Kusuma? Creo que ellos saben la respuesta mejor que yo", dijo Julia en voz baja y sin entusiasmo.

Melvin, al escuchar la declaración de su prima, frunció el ceño. No entendía el sentido ni el objetivo de las palabras de Julia.

"¿A qué te refieres...? ¿Qué quieres decir, Julia...? No lo entiendo en absoluto...", preguntó Melvin a Julia. Julia sonrió con tristeza a su primo.

"¿Tú no lo entiendes? Entonces, ¿qué pasa conmigo...? Para ser más exactos. Te sugiero que le preguntes a la familia Kusuma... Por cierto... ¿pero qué haces tú también en este mercado nocturno...? ¿No es hoy la gran reunión familiar de los Kusuma?", Julia volvió a hacer la pregunta a su primo. Al escuchar las palabras de su prima, Melvin se revolvió el pelo.

"Ay... Tengo pereza de hacer eso... Seguro que la conversación sólo girará en torno a bodas y más bodas. Como ya tengo edad para casarme, me presionan para que me case una y otra vez. Qué pereza... por eso he venido aquí...? ¡Y encima me encuentro contigo! Venga, vamos a tener una cita esta noche hasta que estemos satisfechos...", dijo Melvin mientras bromeaba con su prima. De nuevo, era típico de la familia Kusuma mimar a sus hijas.

"No es necesario, hermano. Vayamos cada uno por nuestro lado. Me preocupa que la gente pueda malinterpretar nuestra relación", dijo Julia a Melvin.

Melvin, que seguía sin entender el sentido de las palabras de su prima, volvió a mirarla. También pensó en cómo iba a entender la gente su relación. Siendo ellos primos de la familia Kusuma.

"Por qué lo dices así... No pasa nada. O es que tienes miedo de que tu novio te vea...?", preguntó Melvin a su prima mientras entrecerraba los ojos.

Pero Julia optó por guardar silencio. Normalmente, si seguía el juego a su primo, el asunto se alargaba y nunca terminaba.

"Oye, aún eres joven para tener novio... y si me encuentro con ese tipo, no dudaré en darle un puñetazo en la cara. ¡Vamos, dime quién es ese tipo...!", exclamó Melvin mientras cerraba el puño y golpeaba con la otra mano.

Julia suspiró, era realmente difícil hablar con este primo suyo.

"Ay... No tengo novio, hermano... Sólo que, hermano, ve tú por tu lado y yo por el mío. Cada uno a lo suyo. Además, todavía dudo de si soy realmente una Kusuma o...". Julia se tapó la boca con la mano.