De Emperatriz A Princesa

El día pasó volando y la noche por fin llegó, Alana fue invitada a cenar con su familia y por supuesto, decidió aceptar, estando en el palacio creía que estaría más segura ya que tenía el respaldo de su padre, por eso dejó a sus pequeños a cargo de Sara y Agatha, mientras que Yaneth iría con ella para acompañarla. Se vistió con uno de los vestidos que su padre había pedido para ella, era azul, sencillo, y sin ningún tipo de accesorio, ya que solo se trataba de una cena familiar, también optó por unos zapatos sin tacón, a pesar de todo, prefería no tener que torturar sus pies utilizando tacones, lo haría a menos que se tratara de una situación especial o un evento importante, su pelo fue recogido por Sara en una coleta sencilla, pero muy elegante.

—¿Me veo muy sencilla Yaneth?— curiosa, preguntó

—Para nada alteza, está perfecta— seria respondió

Al llegar al comedor, todos estaban reunidos, incluyendo a las prometidas de los príncipes, por supuesto Alana no entendía el porque, pues Jamal apenas tenía 16 años y Kai 15 años, así que no entendía la necesidad de tener que estarlas viendo todo el tiempo y del porque haberlos comprometido tan chicos.

—Buenas noches, me disculpo si tardé— saludó haciendo una reverencia, solo a los emperadores

—Tranquila hija, llegas a tiempo— sonrió amable, —Sirvan la cena— ordenó el emperador

Alana se sentó a lado de su padre, ya que era el lugar vacío. Los lugares estaban distribuidos, el emperador en el centro, a su lado derecho la emperatriz, a su lado izquierdo Alana, a lado de Alana estaba Kai y Alaia, mientras que a lado de la emperatriz estaba Jamal.

—Buen provecho— sonriente, dijo Alana dejando a su familia algo desconcertada

—¿Te gustó la habitación que su majestad eligió para ti?— rompió el silencio la emperatriz, de nombre Emmie

—Me gustó mucho majestad, le agradezco enormemente a mi padre por tal gesto— respondió, estirando su mano para tomar la de su padre en forma de agradecimiento

—Me alegro, quisiera saber si en algún momento, ¿podría conocer a tus hijos?— insegura, preguntó

—Podrá majestad, simplemente por el momento no será posible. Me gustaría tener todo el tiempo disponible con ellos, le aseguro que cuando ya tengan un par de meses más, usted será la primera en poder pasar tiempo con ellos— sin dejar de degustar su cena, respondió

La emperatriz aceptó, asintiendo con la cabeza. Era obvia su reacción a la respuesta de Alana, su expresión lo dijo todo, estaba disgustada.

—¿Siempre te vistes tan mal, nunca utilizas accesorios?— maliciosamente, Alaia preguntó, intentando burlarse de su hermana mayor

—Creo que no tengo nada que presumir, además con mi belleza natural puedo resaltar lo hermosa que soy, no es necesario ponerme nada más para ser yo misma. Creí que está era una cena familiar y no tendría que aparentar ser alguien que no soy, ahora veo que me equivoqué, incluso en las mejores familias hay gente envidiosa que no te deja ser feliz— decepcionada, se expresó

—No quise hacerte sentir mal, es solo que realmente dejas mucho que desear con tu apariencia— replicó Alaia

—No tengo a nadie que deba impresionar, además no voy a permitir que me digas algo así, a pesar de todo fui criada por un archiduque, fui esposa de un emperador, fui una emperatriz, se vestirme, maquillarme y se todo sobre etiqueta, ¿dime qué has logrado tú a pesar de ser una linda princesa?. Por lo que pude investigar solo vas a fiestas de té, cuentas y te enteras de chismes, si te parece mal que no sea como tú, no podré hacer nada al respecto, mi único propósito es servir al imperio a nadie más, con permiso. Gracias por la cena— se levantó de su asiento y haciendo una reverencia, se retiró.

—Alaia levántate de la mesa y retírate a tu habitación, estás castigada. No voy a permitir que tú o alguno de tus hermanos le falten el respeto a mi hija mayor, apenas tienes 13 años, falta mucho para que puedas llegar a ser un poco de lo que es Alana— el emperador, reprendió a su hija menor

—Padre, no es justo que la prefieras a ella. Debería de haberse quedado enterrada y olvidada para siempre— haciendo berrinches, la princesa comenzó a llorar

—Llévenla a su habitación, no podrá salir de ahí hasta nuevo aviso— ahora era la emperatriz la que ordenaba a las doncellas de Alaia, le había enojado que su hija se expresara de esa manera, de alguien a quien buscaron durante tanto tiempo.

—Padre yo…—Kai intentó hablar

—Termina de cenar y te podrás retirar hasta que yo lo haga— estaba realmente enojado, a pesar de no haber tenido la culpa, tuvo que decir eso a su hijo, pues estaba seguro que iría con su hermana pequeña, ya que él era quien los protegía siempre.

Alana había llegado a su habitación y pidió que prepararan su pijama, pues no pensaba salir más de su habitación, las chicas así lo hicieron.

—Vayan a cenar algo, yo me haré cargo de los pequeños mientras regresan— ordenó.

Esto dejó confundidas a sus doncellas, era bien sabido que la servidumbre no cenaba hasta después de que sus señores se durmieran, al igual que debían desayunar o almorzar antes de que comenzaran sus labores diarias.

—Alteza, una disculpa pero no podemos hacer eso hasta que usted se haya ido a descansar— informó Yaneth

—¿Cuándo fue la última vez que comieron algo?— molesta preguntó

—Esta mañana— respondió Yaneth

—Agatha, ve por comida a la cocina, dí que me quedé con hambre y tráela para comer aquí—

—A sus órdenes— obedeció

Al regresar, dejaron la comida que habían traído sobre una mesa lo suficientemente grande.

—Sara, deja a mis hijos sobre la cama— pidió, mientras ella acomodaba varias almohadas alrededor de la misma. —Ahora cenen, las tres. Es una orden, a mí no me sirve gente débil de ninguna forma, ¿cómo quieren protegerme o a mis hijos si están débiles por una mala alimentación?, bajo mi mando eso no va a suceder. Cuando terminen, regresen todo a su lugar, yo pasaré tiempo con los pequeños—

El tono de su voz era serio, pero también de preocupación. Dejó al borde de las lágrimas a las tres mujeres, era la primera persona que en verdad se preocupaba por la gente a su servicio.