EL ABOGADO DE MI CORAZÓN

Justo llegaban corriendo unos enfermeros al creer que era por el paciente el grito de auxilio.

-¿Qué le paso?. Pregunto uno de los enfermeros.

-No se... Se tomo el pecho y se desvanecio. Comento afligida la enfermera.

El enfermero fue mas agil escuchando sus latidos y tomandole la presion.

-Es su Corazón. Exclamo afligido.

-LLEVEMOSLA... EL DOCTOR TOSCANA... PREGUNTA POR ÉL. Le grito al otro enfermero que corrio a buscarlo.

La angustia se planto entre el cuerpo médico que le tomaron cariño a Camila por su forma de ser amable y servicial siempre atenta y correcta tratando a todos tan bien. El doctor Toscana era un cardiologo que se encontraba reposando en ese momento en la sala de descanso, cuando ingreso el enfermero que le anuncio lo sucedido, en un hilo de voz con los ojos salidos de su orbita.

- Cambia esa cara hombre... Cualquiera creeria que se murio. Le dijo el doctor dirigiendose a atenderla, llego encontrandola acomodada en la camilla de la sala de emergencia. La evaluo con una paciensia que sacaba de quisio a los demas. Mando a que le hagan los respectibos estudios y despues de unas horas obtuvo los resultados.

-Doctor... Puede decir como esta... Nos tiene pendiendo de un hilo. Le reclamo uno de los enfermeros.

- Nada de que preocuparse... Tranquilo. Les dijo.

-¿Cómo esta doctor?... Vine en cuanto pude. Aparecio el doctor Robles.

-Otro... Cuantos mas admiradores voy a aguantar... Solo dejen que descance... Con lo suministrado va a estar bien. Les respondio pero el doctor en su oficina llamo para informarse mejor de su historial, habia algo que no le cuadraba, por mas que se mostraba despreocupado, la lectura que obtuvo no le gusto. Al recibir la información requerida decidio hacerle un chequeo mas profundo y ver exactamente que tenia, reunio a su cuerpo de ayudantes para trasladarla al area de cardiologia.

-Se ve que es grave... Para que la trasladen hacia ese sector. Exclamo el doctor Robles.

-Doctor... Tengo las máquinas que necesito para su control en ese lugar... No es por nada particular... Es por rutina. Le respondió el doctor Toscana.

-Lo voy a acompañar. Aseguro el doctor Robles.

-Usted es traumatólogo... Ocúpese de su área... Yo me ocupo de la mía... Está en buenas manos... Haga que llamen a su familia... Deben estar con ella. Le respondió el doctor Toscana.

El doctor Robles mascullo entre dientes, conocia a su colega, sabia que no decia toda la verdad, pero que podia hacer, tenia razón, él era traumatologo.

Pasadas unas horas el padre de Camila junto con Marcelo llegaron a verla, al ser notificados de su condición.

-Doctor Toscana... Soy el señor Goicochea padre de Camila Reina. Se presentó ni bien pudo verlo en su oficina.

-Es un placer... La paciente está mejor... Era un coágulo que estaba tapando la circulación en esa zona... Se le hizo la intervención no tan invasiva... Se quitó lo que le afectaba... Que era ese coágulo en una de las venas cavas... Y ahora está estable... Solo está sedada... Esperamos a que despierte. Les aviso a ambos hombres ante él que se los veía muy nerviosos con la situación.

El padre de Camila junto con Marcelo retiraron las cosas de ella y se acomodaron en el departamento de Camila a la espera que despierte.

En el sanatorio el paciente que sufrió el accidente ahora acompañado por un kinesiólogo se paseaba por los pasillos fortaleciendo su andar. Consulto por la doctora que había sido tan amable con él y se había desmayado al atenderlo, por lo que le indicaron donde estaba. En uno de sus paseos fue a visitarla, ella llevaba un par de días de estar dormida. Se tomó la molestia de dejarle presentes a modo de que sepa que la visito, peluches que se conseguían en una tienda en la planta baja del sanatorio. Le habían retirado el vendaje del rostro y las enfermeras suspiraban al ver lo bello que era, tenía una barba de varios días debido a su permanencia ahí, pero eso no le quitaba su atractivo. Debido al accidente que sufrió había tenido un corte en la lengua que se curó luego de un mes y ahora podía expresar en palabras lo que quería. Su voz profunda y grave erizaba la piel de las féminas que se peleaban por atenderlo.

La salud de Camila se complicó por lo que su permanencia se alargó. Marcelo tuvo que regresar a sus labores. La incertidumbre de lo que le pase a Camila lo tenían pendiente de un hilo.

El cuerpo medicó aconsejo al señor Goicochea que no la mueva de ahí, tenían todo lo necesario para tratarla. Él se quedó en la ciudad por su hija, trabajo a distancia atendiendo los asuntos de su empresa. Lo que más le importaba era su hija. Su actual esposa no estaba muy contenta al respecto. La hijastra más de una vez exclamo su deseo de que Camila muera, ni inconsciente dejaba de robarle protagonismo mascullaba inaudible para no ser regañada, pero en el fondo le deseaba lo peor.

Una noche en un bar que fue junto a unos amigos se encontró con Marcelo y se le cruzó la idea de seducirlo, aprovechar la situación que se lo veía cabizbajo. Saludo amablemente entablando conversación con los hermanos Prietos y dio gracias a Dios cuando Gustavo se retiró por una cita que tenía.

-Así que la vas a ver cada fin de semana. Comento ella como muy conmovida.

-Sí... Ruego que reaccione. Le respondía sin dejar de beber.

-Ya veras que si lo hara... Ella es fuerte... Ya una vez lo hizo... Lo volvera hacer. Fueron las palabras que uso para que crea que compartía la afliccion con él.

Cuando lo vio muy tomado aprovecho a tomarse fotos junto con él como si compartieran una conversación muy íntima. Se ofreció a llevarlo a su domicilio donde lo ayudo a ingresar y se tomó más fotos con él como si estuvieran muy intimos en la cama, siendo que no le había quitado ni la ropa solo lo cubrió con la manta y ella a su lado acostada mirándole el rostro.

"Con esto de seguro se muere esa mosquita muerta", pensó de manera maliciosa sintiéndose orgullosa de su plan.

Al concluir un sin fin de fotos de toda la casa con ella posando en toalla como enseñando donde vivía su novio. Se retiró del lugar con una gran sonrisa en los labios.

Se tomó el trabajo de editar las fotos para que se vean lo más real posible y las subio a sus redes con el titulo "viviendo el sueño junto a mi novio".

*

Marcelo ajeno a lo que se había desencadenado se presentó en su lugar de trabajo a terminar de completar unos informes.

-ERES IMBÉCIL. Ingreso Gustavo insultando, con la vena que le saltaba del cuello.

-¿Qué te sucede?... ¿Por qué te agarras conmigo?. Le pregunto Gustavo desconcertado aún con el dolor de cabeza por la resaca.

-De esto imbécil, de esto te estoy hablando. Le dijo Gustavo enseñándole las fotos donde fue etiquetado junto a la hermanastra de Camila.

Marcelo tomó el celular de Gustavo mirando las fotos sin poder creer lo que las publicaciones revelaban.

-¡¡Esto es mentira!! Esto no pasó así, no tuve nada con ella, no tengo nada con ella. Clamaba Marcelo nervioso a viva voz.

-Pues vas a tener que buscar la manera de solucionarlo... Imagínate si se llega a enterar Camila, lo que puede pasar, no solo Camila su padre si se llega a enterar, antes que ella qué es lo que va a suceder lo que acarrea esto ni idea de la dimensión de las cosas que puede producirse no quiero ni pensarlo. Decía Gustavo tomándose la cabeza él sí estaba más preocupado que su hermano, podían perder a uno de sus clientes que les brindaba grandes ganancias al ser quien les conseguía casos que le generaban ganancias a su bloc de abogados.

-Claro que sé lo que significa esto no solo mi relación con Camila sino también el hecho de toda la confianza que nos tiene el señor Goicochea y de todos los socios que han confiado en nosotros. Exclamo Marcelo pensando una oleada de insultos referentes a Natalia que lo colocaba en esa posición.

Marcelo salió resoplando enfurecido a buscar a Natalia para exigir explicaciónes.

-Hola amor. Lo saludó ni bien lo vio en la entrada de la casa con una sonrisa.

-Déjate de hipocresía Natalia ¿cómo pudiste hacer eso? no tenías derecho no quiero entrar en tu sucio juego. Le reclamo Marcelo molesto.

-No me insultes puedo denunciarte por agravio. Expreso ella haciéndose la ofendida.

-Debes ya borrar todo eso que publicaste de mentiras. Le dijo Marcelo.

-¿y si no quiero? Le dijo ella con una voz coqueta.

- abstenete a las consecuencias. Le dijo Marcelo enojado alejándose de ahí.

-No me asustas. Le dijo Natalia sonriendo sarcástica.

-¿Cómo te fue? Le pregunto Gustavo viendo a su hermano.

-Es como querer razonar con un pollo. Le respondió Marcelo.

-No te preocupes tengo un conocido que sabe borrar eso... La dejará en evidencia en otras cosas... Le vamos a pagar con la misma moneda. Le dijo Gustavo.

-¿Te parece? Es la hija del señor Goicoechea. Le dijo Marcelo.

-Deja de ser tan correcto... Es una arpía venenosa... Hay que darle por donde más le duela... Y sobre todo porque a estas alturas ya se abran enterado... Así que con más razón. Le dijo Gustavo.

-Voy a hacer una declaración negando todo con pruebas contundentes. Dijo Marcelo y Gustavo negó con la cabeza.

-Deja que me ocupe en esto... Eres demasiado correcto que enfermas... Ya verás que solita saldrá a decir que fue un invento de ella. Le dijo Gustavo.

*

*

En el sanatorio Camila comenzaba a despertar encontrándose con un rostro nuevo que la miraba.

-Hola... Eres bella hasta cuando duermes. Una voz profunda y grave de ese hombre la saludo.

-Hola... ¿Te conozco?. Le pregunto apenas audible.

-Me duele que no me conozcas... Me operaste de la rodilla junto al doctor Robles. Le comento.

-Ah... Es que tenías el rostro vendado y no hablabas. Le confesó Camila.

-Cierto. Le respondió suspirando pesado sentándose al borde de la cama y dejando a un lado su muleta.

-Al menos veo que andas... Aún no te dan el alta. Le consulta Camila.

-Me lo dieron hace semanas... Quería agradecerte en persona por tu atención... Pero se ve que te cansaste... Dormiste hace casi dos meses. Le dice en un tono divertido.

Ella hizo una pequeña mueca.

-¿Sabes que me paso?. Le pregunto Camila.

-Creo que... Algo de tu corazón... No entendí mucho los términos del médico. Le respondió.

-¿Cuál es tu nombre?. Le pregunto Camila.

-Jeremy Duarte... Creí que lo sabías. Le dijo mirándola pensativo.

-Jeremy... Pásame por favor esa ficha que está al pie de la cama. Le pidió Camila y él se la alcanzo. Ella leyó detenidamente que le administraron, cuál era su diagnóstico y suspiro pesado.

-Es algo malo. Le consulto al verle la cara.

-No... Es algo esperado. Dijo ella forzando una sonrisa.

- Puedes decirme. Le dijo al no creerle nada.

- Según parece... Mi carrocería necesita un nuevo motor. Le respondió Camila con tristeza.

-¿Te gustan los fierros?... Soy uno de fórmula uno. Le comento con una sonrisa.

-No... Mi doctor me hablaba así... Él era un fanático... Y todo lo explicaba de ese modo. Le contó Camila.

-Me gustaría que seas mi doctora de cabecera... Siempre me estoy rompiendo algo... Pero eso no me quita la pasión que tengo al sentir la velocidad... Desde pequeño me dedico a eso. Le cuenta con una mirada iluminada. - Así que... Si aceptas... Ya firmamos el contrato. Le dijo entusiasmado.

-Es excelente la oferta que te hace. Ingreso asegurando su padre que habia oido todo desde la entrada y queria que su hija se alejara de todo lo que se revelo y no sufra otra recaida debido a ello.

-Solo por dos años... El tiempo que dura la preparación y las carreras en las que participo. Le comento con una sonrisa Jeremy.

-Pero que pasa con el asunto de lo que leí aquí. Le dijo Camila.

-Alguien me dijo una vez que un tratamiento no va a limitar su estilo de vida. Le respondió su padre, siendo ella que lo dijo.

-Tengo que hablar con Marcelo también. Comento Camila.

-Si él te quiere de verdad, no te va a limitar a que cumplas tus sueños, a que logres tus metas. Le dijo su padre serio.

- De todos modos... Quisiera hablar con él. Le dijo Camila. Su padre asintió y salió.

Se dirigió a la sala de espera encarando a Marcelo con la mirada encendida.

-MARCELO... Te voy a permitir ver a Camila... Pero le dirás... Que apoyas que ella acepte la nueva oportunidad que se le aparece... No se menciona nada el asunto con Natalia... No quiero que por la estupidez de los demás se muera... Te quedo claro. Le consulto con severidad.

-SEÑOR... LE ASEGURO QUE TODO ESE ASUNTO ES MENTIRA... POR ESO VINE A DAR LA CARA. Le responde serio.

-SOLO LO HAGO POR LA AMISTAD DE AÑOS CON TU PADRE...POR LO QUE ESO DESPUES LO VEREMOS... POR LO PRONTO... LE DIRAS ESTO. Le dijo molesto.

Se encaminaron a la habitación de Camila y le hizo gesto el señor Goicochea a Marcelo que cambie la cara.

-Camila... Que bueno verte despierta. La saludo Marcelo abrazándola.

-¿Paso algo?. Le pregunto Camila al mirarlo a los ojos. Él suspiró de manera pausada buscando las palabras correctas.

-Estoy feliz de ver que despertaste... Me enteré de la gran oportunidad que se te presento... Eso es maravilloso. Le dijo en un tono casi agudo, siendo que por dentro gritaba que deseaba que se quede.

- ¿No te molesta que deba irme dos años?. Le consulto Camila, él se giró a mirar al señor Goicochea que le hizo gesto que proceda.

-Nunca fue un problema para nosotros separarnos... Siempre volvemos a unirnos... Si esto es bueno para ti... Voy a estar aquí... Y como acordamos... Avísame si cambia algo en tus sentimientos. Le dijo Marcelo sintiendo un nudo en el estómago, Camila se dio cuenta de que no era sincero con ella, veía en sus ojos la sombra de la tristeza. Le acaricio el rostro y lo abrazo mirando a su padre y ahi pudo darse cuenta que tenia algo en contra de Marcelo, pero no podia deducir que era.

-Estaremos en contacto. Le susurro al oido.