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Bajo La Luz De La Luna

Bajo La Luz De La Luna

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Vampiro / Amor en la guerra / Fantasía épica / Mundo mágico / Polos opuestos enfrentados
Popularitas:769
Nilai: 5
nombre de autor: Gaelth

"El amor, al enfrentar la tragedia, no se desvanece: sangra, sí, pero también florece. Porque en su dolor más hondo descubre su fuerza, y en medio del caos se convierte en guía. Solo cuando el corazón se quiebra, el alma entiende que amar no es solo sentir, sino resistir, transformar y dar sentido incluso al sufrimiento."

NovelToon tiene autorización de Gaelth para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El despertar de la oscuridad.

Los Reyes estaban sentados en las sillas de madera, alrededor de una mesa cuadrada y elegante, con un arreglo floral en el centro. Las cortinas de las grandes ventanas estaban abiertas, dejando que la luz natural inundara la sala, que se encontraba en una calma inquietante. Mientras tanto, el rey Gilh decidió abordar el problema que enfrentaban.

—He reunido a todos ustedes para hablar de un asunto delicado. Como ya sabrán, los portales se han abierto repentinamente. Los demonios han destruido uno de los fuertes de alimentos, lo que ha causado pérdidas tanto en recursos alimenticios como materiales. Las viviendas de los ciudadanos están siendo atacadas. Dos demonios de magia de putrefacción son los responsables de la destrucción de los cultivos en todos los países, excepto en Sylvania.

El rey elfo Leorinc movió las manos y comenzó a hablar:

—Rey Cádiz, como ya mencionó su majestad el rey Gilh, los demonios han escapado del inframundo. Estamos en serios problemas. Las aguas y los bosques están contaminados por la magia negra que han dejado. Hemos perdido cosechas y alimentos. En las últimas horas, mis caballeros me informaron sobre un séptimo portal que está trayendo más demonios. Los portales se están abriendo uno a uno, pero el único que no se ha abierto es el de su reino, rey Silva —dijo el rey elfo, insinuando algo.

—¿El rey Leorinc está insinuando algo? Sé que todos en esta mesa desconfían de mí, pero si quisiera matarlos a todos, ya lo habría hecho. No estoy del lado de nadie.

—Los portales del inframundo se han abierto en los ocho reinos durante un plazo de siete minutos—dijo el rey Gilh—Este tiempo fue aprovechado por los demonios de rango medio para salir a la superficie.

—Las malas cosechas pueden ser salvadas con la magia de curación de los elfos del rey Leorinc. Ellos pueden purificar los cultivos mientras curan las plantas afectadas por la magia de putrefacción. Mi magia no sería de ayuda. No puedo hacer nada por ustedes. Con los soldados Versia y los Dorados, y los soldados lobos colmillo blanco pueden derrotar fácilmente a los demonios—dijo Cádiz, dejando claro su punto.

Y una cosa más: los demonios que están atacando ya estaban aquí. En siete minutos no podrían haber salido cinco de rango C. Son demasiado fuertes para que salgan por un portal tan pequeño como los que hay en diferentes puntos.

Todos se quedaron en silencio, sorprendidos.

—¿Entonces los demonios de rango semi-especiales ya estaban aquí antes? Eso explica muchas cosas —comentó Khyber.

—Ya intentamos de todo. Mis caballeros se están encargando de la situación. Junto al rey elfo, tuvimos una idea —dijo el rey Gilh.

—¿Qué tipo de idea? —preguntó Cádiz.

—Si destruimos los portales desde adentro y afuera al mismo tiempo, podremos evitar que salgan más demonios.

—¿Planean mandar a unos caballeros para que ingresen a los portales y los ataquen desde dentro, mientras otros lo hacen desde fuera? Suena muy arriesgado, pero no soy quien para meterme en estos asuntos. Solo diré una cosa: esta vez no se confíen. Los demonios son más fuertes que antes, y un ejército mediocre como los caballeros dorados no podrá con ellos. Ya he analizado sus cuerpos y no creerán lo que encontré. Aunque, es mejor que lo vean con sus propios ojos.

Los Reyes se quedaron en silencio, mientras Cádiz continuaba hablando de forma siniestra, sosteniendo una copa de vino con la mano derecha y tocando su sien con la izquierda, notando la inquietud de Khyber.

—¿Khyber, qué pasa? ¿Quieres decir algo? Adelante, los Reyes te escuchan. Diles lo que viste —le incitó a hablar.

Khyber sintió un escalofrío, pero decidió hablar.

—Bueno, este es un tema delicado, pero como representante del rey Klauss, es mi deber. Su Majestad Gilh, y a usted, su Majestad Leorinc, antes de llegar al castillo, en el camino cerca de las montañas rocosas, me encontré con un demonio cabra que devoraba a una vaca desesperadamente. Al lado, había una mujer y dos niños. Pensé que estaban en peligro, así que decidí bajar del caballo junto a mis guardias. Noté que la mujer y los niños estaban tranquilos al lado del demonio. Me acerqué para alejarlos del peligro, pero lo extraño fue que uno de los niños gritaba: "¡Suéltame, es mi padre! No le hagan daño, solo está comiendo". Nos asustamos todos. El demonio se puso agresivo y le cortó el brazo a la mujer, que aparentemente era su esposa. No tuve más opción que matar al demonio, pero luego descubrí que era un humano: el padre de los niños y esposo de la mujer. Ella me dijo que su marido había hecho un pacto con un demonio para conseguir dinero y comida para su familia, a cambio de su alma. También me comentó que existe una secta de mortales que realiza rituales y sacrificios para los demonios. Esta misma secta fue la responsable de abrir los portales. Algunos de los demonios en los alrededores son humanos poseídos.

Todos quedaron en shock. Cádiz permaneció en silencio como si ya sabía todo.

—Estamos en graves problemas. Si esta secta está dispersa por todos los países, significa que en cualquier momento los soldados levantarán sus espadas y escudos para pelear contra demonios y humanos corrompidos por la oscuridad —dijo el rey Leorinc, con tono preocupado.

—Debemos actuar rápidamente. Convocaré a todos de la corte imperial. Aunque ya no tengo el título de emperador, es nuestro deber como reyes de los distintos países. Su Majestad Cádiz,ya que usted es el más milenario de la mesa, ¿podría darnos consejos o recomendaciones para estar listos para la guerra? Sé que usted tiene más conocimientos que nosotros.

Cádiz suspiró mientras se puso de pie. El sonido de la espada que colgaba de su cintura lo hizo detenerse frente a la ventana.

—Su Majestad, como puede ver, no estoy de humor para dar consejos que, al final, no resolverán el conflicto en la guerra. Mis conocimientos no serán útiles. El rey Leorinc también tiene conocimientos en este tema. Él les dará consejos. Si desean mi ayuda, la tendrán, pero no será fácil. Solo espero que no pase nada en este poco tiempo. Y bien, ahora que ya han terminado de hablar, me retiro. Tengo cosas que hacer.

Cádiz caminó hacia la puerta. Los reyes no dijeron nada, ya que él no les dio tiempo para responder. Al llegar a la puerta, donde estaba Henry, ambos se acercaron. Cádiz le susurró algo a Henry, quien asintió y luego se dio la vuelta para irse. Cádiz sentía una mirada en su nuca que lo incomodaba. De espaldas, habló.

—Sé que estás ahí. Sal, sé que quieres decirme algo.

La princesa Janeth salió de su escondite, acercándose temblorosa a Cádiz. Él se giró hacia ella.

—Lo siento, Su Majestad. Solo estaba por aquí, lo miré y me detuve para no interrumpir.

—Niña, no soy estúpido. ¿Tus padres no te han enseñado a no espiar a la gente?

"Es la chica de aquella vez. Lucia más linda aquella noche."

—N-no quise eso. Yo solo...

—Ve directo al grano.

Janeth, tímida, sacó un sobre de la bolsa de su vestido mientras se inclinaba, extendiendo su mano con el sobre.

—Disculpe, Su Majestad, por ser irrespetuosa y maleducada, pero mi amiga, el día del baile, usted le pareció muy hermoso y, a través de esta carta, quiere decirle algo.

Cádiz se quedó sin palabras, mientras observaba a una joven salir de una esquina tímidamente.

—Hola, su Majestad. Mi nombre es Amaria, hija del Marqués del Este. Tengo 18 años y me gusta leer y tomar té por la mañana.

"¿Qué demonios es esta niña?"

—Un gusto, Amaria... Verás, acepto tu carta. Sería un placer tomar el té contigo, pero hoy no será posible, ni mañana. Tengo la agenda llena con mis deberes como rey. Si quieres, puedo mandar a uno de mis subordinados para que tome el té contigo. Tiene aproximadamente tú edad. Ahora, si me disculpas, debo irme.

"Quiero salir lo antes posible de este maldito lugar. Me retracto, fue una mala idea haber venido. Aunque puedo ver las instalaciones del castillo de cerca, mis padres no están aquí. Kyler ya estuvo aquí como un vasallo infiltrado."

—Espere, al menos acepte este regalo —dijo la joven tímidamente.

Amaria le dio un guante de su mano derecha y un pañuelo a Cádiz. Él, con una sonrisa falsa, lo aceptó, mientras a lo lejos, la reina y sus sirvientes se acercaban. Amaria y Janeth se asustaron cuando la reina se acercó.

Reina Céline, esposa consorte del rey Gilh. Una mujer alta, cabello plateado y ojos azules. De expresión sería.

—¿Chicas, qué hacen aquí?

—Madre, perdónanos, solo estábamos hablando con el rey Cádiz.

—Su Majestad Reina Madre, fue mi culpa. Yo le pedí a Janeth que me ayudara —dijo Amaria.

—Ya escuché suficiente. Regresen a sus dormitorios. Ambas están castigadas. Sus lecciones de baile serán el doble de lo habitual.

Las chicas se fueron, mientras la reina se acercaba a Cádiz, que ya comenzaba a sentirse irritado, aunque fingió tranquilidad.

—Su Majestad, lamento que las chicas sean así y pido perdón si fueron groseras y maleducadas. A veces no obedecen las reglas —se inclinó, y sus sirvientas hicieron lo mismo.

—Está bien. Son unas chicas muy encantadoras. Tranquila, no pasa nada. Fue agradable haber hablado con ellas.

—Agradezco su comprensión. Ahora que estamos solos, podemos hablar sobre el motivo de su convocatoria. Verá, el príncipe Aedus está enfermo después que usted le extrajo el veneno a los pocos días cayó en fiebre y lamentablemente, no ha mejorado mucho. Ya intentamos de todo, pero nada funciona. Hemos consultado a los mejores médicos del reino, pero ninguno de sus medicamentos ha surtido efecto. El rey y yo pensamos en pedir su ayuda. Sé que usted tiene conocimientos sobre venenos, y queremos su ayuda.

—Lo entiendo. En la carta decía el motivo, y acepto ayudar a su querido hijo.

"No hay opción. Ya estoy hasta aquí. Bien, Cádiz, veremos otra vez al idiota del príncipe. Si soy sincero, sólo quería beber la sangre de ese niño estúpido"

—Bien. Su habitación está a la izquierda del pasillo, pero primero debe subir las escaleras.

—¿No vendrá conmigo? —preguntó.

—No. Debo ir a la reunión con el rey Gilh y los demás reyes. Encárguese usted. Se lo agradecemos mucho.

La reina le indicó la dirección, y Cádiz se retiró. Mientras caminaba, llegó a las escaleras y decidió subirlas. Mientras lo hacía, quemó en su mano el guante y el pañuelo que le había dado Amaria. Subió un escalón tras otro, sintiendo una presión en su pecho, acompañado de un aroma cálido que flotaba en el ambiente.

"Vine para intentar probar su sangre otra vez, pero tengo un presentimiento muy malo. El ambiente no me agrada. Este silencio, este aroma en el aire..."

Cádiz caminó lentamente, y sus pisadas resonaron claramente. Llegó hasta la puerta de la habitación, se quedó parado un momento, dudando si abrir o no. Cuando iba a abrirla, encogió la mano rápidamente y se disponía a irse, hasta que de repente, la puerta se abrió y una mano lo agarró fuertemente del brazo, jalándolo hacia adentro.

Era Aedus que lo había llevado dentro.

Cádiz de inmediato sintió náuseas por el aroma denso que emanaba del cuerpo de Aedus. Sin pensarlo, le propinó un golpe en la cara, pero Aedus no reaccionó. Tenía los ojos tornados en un amarillo sobrenatural y respiraba con dificultad. Cuando Cádiz intentó abrir la puerta para irse, Aedus la cerró con llave y lo detuvo con firmeza.

—Al fin estás aquí... te extrañé —murmuró Aedus con voz temblorosa, abrazando a Cádiz desde atrás.

“Está fuera de sí... Ya sospechaba las intenciones de los reyes. Fue un error venir aquí.”

—Podrías soltarme si aún quieres conservar tu vida —dijo Cádiz con severidad, sintiendo cómo el ambiente se cargaba con feromonas intensas, aunque las suyas, más fuertes, lo protegían por ahora.

—Cádiz... hueles tan bien —jadeó Aedus, aferrándose más.

Cádiz, asqueado, se revolvió y le dio un fuerte empujón.

—¡Suelta, bastardo!

Aedus, en un estado alterado por sus feromonas, volvió a acercarse. Se frotaba contra él, completamente fuera de control. Cádiz, al límite de su paciencia, le propinó una fuerte rodilla en el abdomen, haciéndolo caer.

—Te dije que me soltaras —gruñó Cádiz.

Aedus se retorcía en el suelo de dolor, pero alzó la mirada, con los ojos brillando como un animal acorralado.

—Ayúdame... por favor —suplicó, con voz ronca.

—¡Jamás! ¡No soy tu juguete! —espetó Cádiz, intentando salir.

Pero Aedus lo sujetó de nuevo, lanzándolo contra la cama. Forcejearon. Cádiz logró darle una patada en las costillas y trató de escapar por la ventana. Sin embargo, un mareo repentino y la intensidad de las feromonas en la habitación lo hicieron caer brevemente.

“Maldita sea... sus feromonas. Me están afectando... no ahora…”

Aedus, con el juicio nublado, se lanzó sobre él de nuevo. Cádiz intentó huir, pero fue sujetado con fuerza. Sus manos fueron atadas con una corbata y el cuerpo de Aedus lo inmovilizó. El alfa estaba completamente dominado por el frenesí de su celo, mientras Cádiz, sin fuerzas, apenas podía moverse.

—Hoy... te entregaré todo de mí —dijo Aedus, con una expresión desquiciada.

—¡Tú... maldito! ¡Te mataré! —gritó Cádiz, retorciéndose.

El ambiente se tornó cada vez más opresivo. La mezcla de feromonas, el dolor, el mareo y los recuerdos de un pasado oscuro comenzaron a nublar la mente de Cádiz. Lágrimas caían por su rostro mientras luchaba contra el impulso biológico y el pánico que lo invadía.

—No quiero esto... ¡Aléjate! —rogó entre sollozos.

Cádiz sintió cómo sus fuerzas lo abandonaban. El peso del otro lo aplastaba. El dolor físico, la rabia y la humillación lo superaron. En un último esfuerzo, trató de liberarse, pero no pudo. Todo se volvió borroso. Cerró los ojos mientras la oscuridad lo envolvía.

CONTINUARÁ

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Apollogurl_01
Por favor, actualiza pronto, no puedo soportar la espera. 😩
Maby: Muy pronto
Espera un poco /Smile/
total 1 replies
Delwyn
Esta buena para pasar el rato
Maby: muchas gracias.
prometo que será mejor
/Smile/
total 1 replies
Yaky De la rosa
👏Continúa, es maravilla.
Maby: muchas gracias por el apoyo, ya les estaré publicando el resto de capítulos
total 1 replies
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