LA FUERZA DE LA RESILIENCIA

Eneida admiraba la fuerza que tenía su hija para enfrentar las adversidades, sabía que era resiliente, se esforzaba para tener una actitud positiva ante la vida manejando el estrés, Isairi tenía esa fuerza interior que le ayudaba a recuperarse después de atravesar situaciones estresantes.

Isairi salió encontrándose con su madre y su hija lista para salir, miró a feder y le dijo para que fuera con ellas, pero no acepto porque se sentía un poco cansado, Eneida le sorprendió porque no le había dicho nada, miró a su hija y le dijo.

ENEIDA: Hija, porque no vas tú, yo me quedo con Asha y Feder, no es conveniente que quede solo, ¿Feder porque no me habías dicho?

FEDER: Ves con Isairi, estoy bien, solo es un poco de cansancio.

ISAIRI: Mi mamá se queda, cuando sientas algo por muy pequeño que sea, y no le veas la importancia, hazlo saber por favor.

FEDER: No es para preocuparse, voy a estar bien.

Isairi se fue y dejó a su madre con Feder, ellos ya tenían una relación de marido y mujer, eran dos personas adultas que querían estar juntos.

Ese día Isairi hizo mercado, compró medicina y le quedó el pago del arriendo, por esos días estaría tranquila por su familia, lo único que pedía era que las medicinas hicieran su efecto, hicieran milagro en su madre y Feder.

Por la noche Isairi volvió a su trabajo tranquila porque dejó a su familia bien, con alimentos en la nevera, el pago del arriendo, con la tranquilidad de unos días. Esa noche Isairi trabajo con tranquilidad por el lado de su familia, pero por el otro se sentía un poco incómoda, no quería que nadie supiera lo que había hecho, no quería que el hombre volviera y la pusiera en evidencia, solo que si llegaba fuera discreto.

Mientras atendía mesas se encontró con quien menos había deseado, Julian con una mujer que no era su esposa, el también había quedado sorprendido de verla trabajar en ese lugar, pero se hizo como si nunca la ubiera conocido, ella también hizo lo mismo y se dedico a atender su mesa y las que podía; pero tenían ira porque fue muy estúpida en creer en sus palabras dulces e inocentes.

Esa noche Andres no llegó, Isairi trabajo, recibió su pago y se fue a su casa con cuatro compañeras en el mismo taxi que pagaba la discoteca, ella era la última porque sus compañeras vivían en barrios más cercanos, ella era la que vivia más lejos.

Isairi llegó y ya su madre le tenía listo el desayuno, más tarde se fue a su habitación para darse un baño y dormir para posteriormente levantarse y dedicarle tiempo a su hija; A las diez de la mañana Andrés estaba en su oficina y pensaba en lo sucedido con Isairi, su amiguito intentaba levantarse y el sonrió. Andrés quería corroborar que ya estaba perfectamente bien y marcó a un número, a las once y más llegó una mujer a recepción preguntando por él, era de una agencia, todas las que trabajaban allí sabían que todo era confidencial con cualquier cliente.

la mujer fue autorizada para llegar hasta él piso donde trabajaba Andrés, allí la secretaria tenía conocimiento de la mujer de que llegaba, cuando la vio la guio hasta la oficina de su jefe. Cuando quedaron solos la mujer se acercó y lo besó, él correspondió, pero no se sentía igual que con él beso de Isairi, el se quedó quieto y la mujer se separó un poco, el la miró, estaba bonita, pero se dio cuenta que no iba a pasar nada, su amiguito no dio muestras de que podía haber acción, pero decidió concentrarse y continuar, besó a la mujer y acarició sus pechos por encima de la ropa, pero no había señal en su parte.

Él no quiso seguir y le dijo a la mujer que se fuera porque estaba estresado y así no podía, la mujer le dijo que ella se lo quitaba de otra forma, pero el se negó porque sabía que de ninguna de las formas que ella intentara iba a funcionar, el le agradeció y le dijo muy serio que no, la mujer no dijo más y salió de la oficina tranquila porque igual recibiría su pago, la agencia funcionaba así, pago por adelantado.

Andrés se quedó pensando, no podía creer que su amiguito solo quería funcionar con una sola mujer, que tan solo pensar en ella ya quería ponerse hiperactivo, sabía que no estaba mal porque lo había hecho dos veces con una mujer, mujer a la cual su amiguito había elegido; el decidió volver a intentar con ella nuevamente.

Ese día Isairi paso tiempo con su hija, Eneida y Feder, charlaron y después Isairi volvió a dormir para recargar un poco más de energía; esa noche volvió a su trabajo, al mismo puesto al que ya se estaba acostumbrando. Dentro de la discoteca estaba uno de los escoltas de Andrés, tenía la orden de encontrar a la mujer con la que había estado y entregarle una nota, el hombre contó con suerte, a las once Isairi salió a llevar wiper para la limpieza de las mesas, en ese momento el hombre estuvo pendiente. Isairi demoro unos minutos, cuando iba de regreso para su puesto el hombre se acercó y le dijo disimuladamente que su jefe quería verla, le entregó un papel con un billete de cien, miró el billete y decidió leer.

Isairi leyó la nota que decía "ven a mi empresa a las diez de la mañana, soy Andrés" allí tenía la dirección completa, ella miró al hombre y movió la cabeza en señal de confirmación y se fue a su puesto, el hombre salió de la discoteca y llamó a su jefe dándole la respuesta. Andrés sonrió y no sabía el porqué, pero sabía que muy en el fondo sentía algo y no sabía qué, pero el lo sintió como agradecimiento.

El turno había terminado y todos se fueron a sus casas, Isairi como siempre encontró a su madre con el desayuno listo, ella no tenía secretos con ella y le dijo.

ISAIRI: Mami, el hombre con el que estuve me sito a su empresa a las diez de la mañana, voy a ir.

ENEIDA: Isairi, no juegues con fuego, no quiero verte mal hija.

ISAIRI: No mami, voy a estar bien, no te preocupes por nada, yo sé lo que hago, sé porque lo hago y si las cosas se me salen de las manos lo asumiré.