Aquí estoy, viendo en lo que me he convertido, mis ojos no reflejan más que odio y rencor, odio hacia los Ferrer una familia desalmada y sin escrúpulos, ellos robaron mi vida, mi fortuna y sobre todo a mi hijo, un día jure regresar y vengar todo el daño que me hicieron y especialmente recuperar a la razón por la cual hoy estoy viva, mi querido hijo...
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Capitulo XXI Embarazada
Miguel
Esta mañana desperté más temprano, deje a Ana dormir mientras yo me aseaba, entre al baño y ahí estuve por treinta minutos, al salir vi que Ana ya estaba despierta, Ana levantó la vista y nuestros ojos conectaron por un segundo, entonces ella emepezo a recorrer y cuerpo con la mirada, en sus ojos se reflejaba es deseo, se abalanzó sobre mi y empezó a besarme con desesperación, yo también le seguí el juego y terminamos en la cama, Ana estaba muy exxxxxxx, y alcanzó varios oxxxxxxx seguidos eso fue nuevo para nosotros, al terminar me dijo que iría al baño, se levantó y en medio camino vi como se tambaleaba, fui hacia ella y tome en mis brazos, regrese con ella a la cama, me dijo que solo fue un mareo que no me preocupara y dijo que seguramente el ritmo de ejercicios que habíamos tenido antes fue muy prolongado, sabía que no había sido por eso, no era la primera vez que hacíamos el amor de esta manera, aunque si la primera en la que ella alcanzó el cielo tantas veces seguidas, un tiempo después dijo que se sentia bien que solo tenía hambre, la vi pálida así que baje para que le prepararán un desayuno nutritivo, fui por ella de nuevo a la habitación la ayuda cambiarse u demás luego bajamos al comedor y cuando la señora Dora la vio le pregunto si aún se sentía mal, al escuchar eso levanté la vista y me di cuenta que Ana le dirigió una mirada asesina, pedí explicaciones,.pero como siempre Ana tomo el control de la situación y me hizo menos a mí, estaba harto de esa actitud ella tenía que entender que yo también tengo voz y voto en esta casa y que si ella estaba mal su deber era comunicármelo a mi al final de cuentas yo soy su esposo, realmente estaba molesto así que empecé una discusión con Ana y la señora Dora, Ana termino levantándose de la mesa sin desayunar, eso me preocupo pues ella no estaba bien de salud y hace rato me había dicho que tenía hambre, me quedé en el comedor reflexionando un rato sabía que con Ana no podía reaccionar así, ella no tolera los gritos, me levanté y subi al auto, no nos dirigimos ni una sola palabra, yo la seguía viendo pálida así que tome la decisión de llevarla al hospital, sabía que esto terminaría en otra discusión cosa que al final paso, no me importaba ahora lo único importante era saber que le pasaba a Ana, tenía una idea al fin también soy médico, pero quería que Marcos la chequera, una vez en el hospital el personal empezó a saludarme muy amablemente como todos los días, pero al ver a Ana y su expresión solo se apartaban, llegamos al consultorio de mi amigo y colega Marcos y ahí estaba de nuevo Ana siendo simpática, no entendía porque se comportaba así, parecía una niña malcriada, me disculpé con Marcos y le pedí que la revisara, me quedé a su lado sabía que si salía del consultorio Ana le haría la vida imposible a mi amigo, Marcos empezó con la serie de preguntas, todas las respuestas llevaban a lo que estaba sospechando, empecé a cambiar mi humor, estaba sintiendo una gran emoción, Marcos me miró y sonrió, cosa que Ana no vio por estar metida en su teléfono, le sacaron sangre para hacer algunos estudios y al terminar ella se levantó y fue a la cafetería, yo la seguí pues no quería que nada malo le pasará, llegó y pidió mucha comida, en verdad tenía hambre. Empezamos a hablar y le pedí disculpas por haberle hablado así está mañana.
— Se que hice mal en gritar esta mañana, es que solo estaba muy preocupado por ti, te pido disculpas. — Ana me miró y solo asintió, después de un rato volvió a hablar
— Al regresar a casa quiero despedir a la tan Dora, no me gusta la gente metiche. — Dijo Ana sin ninguna emoción en su rostro.
— Ana piénsalo bien, la señora Dora solo estaba preocupada por ti, seguramente le recordaste a su hija. — Dije cabizbajo.
— Bueno entonces que vaya y cuide de su hija y a mi que me deje en paz. — Respondió Ana ya irritada.
— Ana la señora Dora es el sustento de su nieto, su hija murió en un accidente de auto, en ese carro iban su hija, el esposo de su hija y el esposo de ella, perdió a las dos personas más importantes se su vida en aquel accidente y sabes ella tuvo que tragarse su dolor y seguir adelante para poder cuidar de su pequeño nieto, esa es la razón por la que necesita ese trabajo o acaso no te has dado cuenta que los otros empleados han renunciado y ella sigue ahí, acaso crees que le gusta tus malos tratos, no amor ella se ha quedado con nosotros por necesidad, así que piensa bien lo que vas a hacer. — Le dije tranquillo tratando de hacerla entrar en razón.
— Y si eso es verdad, entonces dónde está su nieto, pues ella vive en la casa y solo sale un día a la semana. — Me pregunto escéptica.
— Lo deja en un internado del estado, ahí pasa los días ese pobre niño que perdió a sus padres, ahí pasa su dolor solo... — Hice una pausa. — ahora entiendes que ella necesita este empleo.
Ana hizo silencio y de repente empezó a ponerse pálida de nuevo, me pidió que la acompañará al baño, así que la ayude los presentes nos empezaron a mirar pues Ana se veía muy mal, al llegar ella vacío todo su estómago en el retrete, al terminar la ayude a ir al lava manos, ella aseo su boca y me miró.
— Qué me está pasando? — Lo dijo en un hilo de voz.
La abrace y me dije que estuviera tranquila que no tenía nada malo, ella solo asintió y regresamos al consultorio de Marcos pues los resultados ya estaban listos.
Al entrar Marcos nos pidió que tomaramos asiento y así hicimos vio a Ana y le pregunto si estaba bien, a lo que ella respondió que si, que ya el malestar había pasado un poco, entonces Marcos empezó a revisar los exámenes.
— Ana déjame decirte que eres una mujer muy saludable, los resultados no muestran ninguna enfermedad. — Explico el doctor.
— Entonces por qué me siento tan mal? — Pregunto Ana impaciente.
— Bueno Anastasia esos síntomas son normales es tu estado, felicitaciones están esperando un bebé. — Dijo Marcos muy sonriente, Ana estaba en schok, pensé que en cualquier momento estallaría, pero solo se levantó de la silla y salió del consultorio, le di las gracias a Marcos y salí tras de ella, cuando la alcance, le di un fuerte abrazo, no sabía que decir pues ella me había dicho que aún no quería darme ese hijo que tanto yo quería.
