Todo Por Contrato

Amelia:

—Lo siento— Declare el se acercaría a mí, agarro mi rostro y beso mis labios

—Simplemente, todo te queda hermoso— Me acariciaba mis mejillas miraba mis ojos, con tal deseo y amor. Dios acaso este hombre sufre de bipolaridad porque un día simplemente me trata mal y al otro me trata bien Dios ...

Me quedé atónita por su forma de actuar de repente, me regala una sonrisa de labios cerrados para luego irse de aquel lugar mire a nana la cual me sonríe

—Creo que le pico un bicho

Nana ríe por mi comentario esta se irá del lugar dejándome sola, decido entrar a la casa luego de algunas horas. Estaba aburrida de tanto estar encerrada en esta casa me estaba matando, subí al despacho de mi esposo el cual hablaba por teléfono al verme entrar a la habitación dijo:

—Dime que quieres, no tengo tiempo

—Puedo salir? —Pregunte.

—No lo siento Amelia

—Pero porque? —Pregunte era injusto que yo no pudiera salir de casa porque él era tan injusto

—No me insistas no vas a salir es por tu bien —Dijo el agarrando mi mano

—Por mi bien, no es por mi bien solo quieres mantenerme en esta prisión llamada mansión —Me Safo de su agarré—Vivi cada día encerrada con las reglas de mi padre. No voy a permitir que me mandes

—Dios que mujer.. Solo obedece a lo que te pido —Dijo con un poco de frustración en su voz. El acomodo su cabello un poco me atrajo a su cuerpo dejando un beso en mi mejilla —Solo intento protegerte, de que "Nadien te mire como yo lo hago"

lo mire porque actúa de esta forma, acaso soy yo un juego acaso esta jugando a esto solo para ganarse mi perdon. Dylan acarició mi mejilla puso un mecho de mi cabello detrás de mi oreja

—Por cierto ten —Abriría una cajita que contenía un collar de diamantes muy lindo —Feliz cumpleaños —Dijo en un tono suave y con un cariño

"Enserio olvidamos, nuestro cumpleaños"

Al parecer si, conciencia pero el de alguna forma lo sabe, mire el collar era hermoso

—Puedo ponerte lo?

Pregunto, lo cual asiento le di la espalda recojo mi cabello para que el pusiera el collar. Cuando terminó de poner el collar sentí su respiración chocar con mi cuello sentí sus labios en mi cuello, un sonrojo a pareció en mis mejillas

—Te queda hermoso

—Gracias por el regalo, no me acordaba de que era mi cumpleaños —Dije tratando de ocultar aquel sonrojo de vergüenza

—No es nada, Amelia yo lo siento

sus palabras me tomaron de sorpresa, el no era de esos que le gustaba disculparse

—Se que cometí, un gran error y que no me lo vas a perdonar dame la oportunida—No lo dejó hablar lo calle con un beso el cual el correspondió

—No te perdono—Le sonrei— Pero trata de ganarte mi perdon, no con dinero gana telo con tu tiempo

El sonrie

—A las 8 pm tendremos una cita, te parece—Informa— Será en el jardín