Calvin Cole, un valiente bombero de Chicago, vive intensamente su misión de salvar vidas, pero guarda un secreto sobre su orientación sexual y un amor silencioso por un compañero.
Un día, tras una jornada agitada en el cuerpo de bomberos, Calvin es invitado por su colega Frank a su casa, donde surge un encuentro amoroso. Frank ya sabía que Calvin era gay, al igual que él. Tras este encuentro, recuerdos del pasado vuelven a la superficie.
Dereck Clark, un médico prometedor, enfrenta desilusiones amorosas, y sus dudas sobre el amor crecen con cada relación que mantiene.
Pero el destino decide unir a dos corazones heridos: Calvin y Dereck se encuentran en una situación inesperada donde verdades ocultas saldrán a la luz.
Ciertas circunstancias los llevan a cuestionar sus decisiones pasadas. En esta trama apasionante, Calvin y Dereck descubrirán que el amor y la felicidad pueden renacer de las chispas de una pasión que trasciende el tiempo.
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Capítulo 21
La madre de Calvin se acercó a él y comenzó a expresar sus pensamientos sobre el asunto.
—Me dijiste que ni siquiera quieres oír lo que tiene que decir, tienes miedo de cómo te van a tratar ahora que todos lo saben. ¿Qué te mantiene atrapado en ese lugar?
—Ese es el lugar donde mi padre trabajó —respondió Calvin, intentando articular su lógica.
—Tu padre también trabajó en esta ciudad, pero eso no significa que tengas que quedarte aquí. No puedo impedir que sigas tu sueño de ser bombero, y el hecho de no trabajar en el mismo lugar que tu padre no te hará menos competente. Ciertamente le traerá orgullo, dondequiera que esté.
—¿Crees que debo irme?
—Antes de responder, dime, ¿eres feliz allí? ¿O crees que serás feliz en ese lugar, incluso con tus colegas tratándote de manera diferente? Tendrás que convivir con ese tipo todos los días; ¿puedes permanecer allí sin perder el control de nuevo?
Las preguntas hechas por su madre dejaron a Calvin pensativo, sin encontrar una respuesta inmediata.
—Aprovecha que estás aquí y reflexiona sobre eso. Puedes ser un buen bombero en cualquier lugar. ¿Por qué permanecer donde no te tratan bien?
Ella dio un ligero toque en la mano del hijo y se levantó.
—Basta de tristeza y pensamientos negativos. Vamos, ayúdame con la cena. Te garantizo que, después de comer mi comida, te sentirás mejor.
Calvin sonrió y se levantó, abrazando a su madre en seguida.
—Gracias por ser mi refugio seguro, por siempre estar lista para escucharme.
Calvin le dio un beso a su madre y fueron para la cocina. Le gustaba ayudar a su madre a cocinar, mientras la oía quejarse de alguien en el vecindario. Además, la provocaba, preguntándole frecuentemente cuándo se iba a casar de nuevo.
Mientras pelaba las patatas, sabía que, cuando volviera, estaría mucho mejor. Mientras Calvin aprovechaba la noche con su madre, Dereck veía una película, tomaba un vino y estaba acompañado de su gato cuando oyó el timbre sonar.
Dereck no esperaba a nadie, entonces le pareció extraño cuando oyó el timbre. Al llegar a la puerta, identificó que era George y no conseguía imaginar el motivo de su visita. Él abrió la puerta con una expresión de disgusto.
—¿Qué viniste a hacer aquí, George?
—¿Será que puedo entrar para que tengamos una conversación? —preguntó George, mirando para el pasillo como si no quisiera ser visto allí.
—¿Qué viniste a grabar esta vez? —cuestionó Dereck con sarcasmo en la voz.
—Dereck, solo vine a conversar, ¿ok? Si quieres, puedes quedarte sosteniendo mi celular, si crees que estoy tramando algo —George habló, haciendo mención de entregarle el celular.
El médico miró para el celular, lo tomó y se movió, dando espacio para que George entrara.
—Cinco minutos, es el tiempo que tienes para decir lo que quieres.
Dereck se quedó allí mismo, cerca de la puerta, esperando que George comenzara a hablar.
—Yo sé que lo que hice no estuvo bien. No creí que esto tendría la proporción que tuvo. Fue una broma, y no creo que necesitemos llevar esto tan en serio. Necesito mi empleo, doctor.
Dereck entendió que el motivo que llevó a George hasta su casa era pensando en librarse, y no por estar realmente arrepentido.
—¿Tienes certeza de que no sabías dónde esto podría llegar? En mi opinión, no estás arrepentido, quieres apenas evitar que toda esta confusión que creaste se vuelva contra ti —respondió Dereck expresando sus opiniones.
—Quiero olvidar esta tontería que hice, ya admití que no debería haber hecho lo que hice, ¿qué más quieres de mí?
—¿Olvidar lo que hiciste? Qué hipócrita eres, es mi rostro el que aparece en aquel video. Sabes, yo también quería olvidar, pero las miradas y sonrisas de burla no me dejan. Si recibiste la amenaza de ser despedido, debes saber que yo también recibí. Entonces, además de tener mi intimidad expuesta en la mierda de tu video, todavía puedo perder el empleo si todo este desorden se filtra.
—¿Qué pretendes hacer, entonces? —George quería saber qué podría esperar.
—Mi decisión solo me concierne a mí —Dereck respondió de una manera nada amigable y, pensando en algo, sacó una duda— Dime, ¿no te incomoda que todos piensen que también eres gay?
Aquel asunto conseguía alterar el humor y todo el control de George.
—Nadie tiene motivo para pensar que soy gay, fue tú quien me hizo una mamada y no lo contrario —George respondió con la respiración irregular.
Aquella reacción no pasó desapercibida por Dereck, que continuó su provocación.
—¿Crees de verdad que alguien hetero dejaría que otro hombre le hiciera una mamada? —Dereck comenzó a acercarse, viendo a George alejarse— Admite que tenías al menos curiosidad para saber cómo era ser chupado por un hombre, porque tu expresión no era de quien estaba haciendo un gran sacrificio mientras yo te chupaba. Te gustó, y quizás te haya gustado más de lo que quieres admitir.
Las palabras de Dereck eran como una bofetada en el rostro de George, pero eso era algo que él no quería admitir.
—Ya sabes el motivo que me llevó a hacer aquello, entonces no saques conclusiones precipitadas. No soy "marica" como tú.
George perdió toda la compostura y tomó el celular de forma agresiva de la mano de Dereck, antes de dirigirse a la puerta.
—Vine aquí con buena intención. Si quieres seguir por ese camino, entonces haz lo que bien entiendas.
Él abrió la puerta y salió, cerrándola de forma agresiva. En el apartamento, Dereck miró para la puerta y sonrió. Aun no admitiéndolo, estaba claro para él que George estaba apenas en negación y no quería admitir que le gustó la experiencia más de lo que pensaba.
—¿Qué crees, Teddy? Si él no es un gay encubado, yo tampoco lo soy.
Dereck volvió para su vino, y aunque no pudiera revertir la situación que aquel video causó, aun se sintió satisfecho al ver cómo George reaccionó a aquella conversación. Él tenía una sonrisa en el rostro en aquel momento y sabía que George también enfrentaría consecuencias por lo que hizo, quizás hasta peores que el hecho de ser expuesto.