El Dolor De Una Partida

Fuera de la habitación se encontraba Alejandro sentado en una mesa donde checaba en su computador cosas del trabajo mientras esperaba a su esposa. Minutos más tarde, la puerta se abrió saliendo por ella Adhara quien lucia un hermoso vestido rojo con un escote en forma de V la parte superior formando una perfecta figura en su busto sin ser atrevido,

en la parte de atrás de la espalda se cruzaban dos tiras del vestido formando una X dándole un toque sexi, una de sus piernas quedaba descubierta hasta la mitad gracias una apertura, el vestido caía al piso en forma redonda, su cabello recogido de un lado con una hermosa trenza y del otro con ondas.

Alejandro se puso de pie lentamente sin poder despegar su mirada con la recorría una y otra vez el cuerpo de Adhara.

- Wao!!! Eres la mujer más bella que jamás había visto - dijo Alejandro con toda la sinceridad del mundo.

- Muchas gracias, tú fuiste quien escogió el vestido.

- Y te queda perfecto! Tendré a la más bella acompañante esta noche y lo mejor es que eres mi esposa.

Luego de guardar el computador, Alejandro tomó de la mano a su esposa y se dirigieron al salón del evento, al llegar a la entrada Alejandro le ofreció el brazo el cual ella sujeto con mucha elegancia.

Todos miraban a la hermosa pareja que entraba, los hombres quedaban impactados por la belleza de Adhara y las mujeres envidiaban a la chica por su sexi acompañante, eran la sensación, se robaban las miradas de todos. Alejandro estaba más que orgulloso de tener por esposa a una mujer tan bella y por supuesto le gustaba presumirla.

un mesero los guió hasta una de las mesas donde les ofreció bebidas, Adhara solo tomaba refresco y Alejandro pidió un whisky, al poco tiempo se les acercaron varias personas a saludar pero en realidad los hombres llegaban a comerse con la mirada a Adhara y las mujeres a coquetearle a Alejandro.

- Estás cómoda? ¿Te sientes bien?

- Si, solo es soportar las miradas asesinas de esas mujeres, se les nota el interés por ti.

- Lo mismo puedo decir de los hombres que no hacen más babear al mirarte. Disfrutemos de la noche sin darles importancia, ¿te parece?

- Por supuesto!..

A unas mesas estaba Silvia con su padre y varios empresarios más, se estaba muriendo de los celos al mirar como todos miraban a Adhara pero sobre todo por no ser ella quien estuviera con Alejandro, en un momento salio del salón e hizo una llamada.

- Esta todo organizado? - pregunto Silvia

- Justo como tu lo quieres.

- No quiero errores, te será fácil deshacerte de esa infeliz cuando yo me vaya con Alejandro, recuerda que no quiero volver a verla aunque su matrimonio sea una farsa no la quiero cerca de él, asegurate que deje de respirar y que nunca encuentren su cuerpo.

Como estás tan segura de que su matrimonio sea una mentira? En la oficina se les ve muy enamorados.

- Los pobres por dinero hace lo que sea, tengo a alguien dentro de su casa, quien me brinda toda la información de sus movimientos.

- Tomaste los documentos?

- Por supuesto, Alejandro no tendrá mas opción que casarse conmigo cuando su empresa desaparezca.

- Ok! Esperaré tu llamada para actuar.

Silvia volvió a su mesa con una sonrisa en su rostro, sentía que esa noche sería grandiosa para ella.

Alejandro y Adhara conversaban con varios empresarios interesados en el negocio de la empresa, hasta ese momento todo iba viento en popa.

La musica sonaba y en eso se escucho la canción "Perfect de Ed Sheeran", haciendo que Alejandro invitara a Adhara a bailar, las luces del escenario acompañaban el momento romántico, Alejandro la sostuvo de la cintura con delicadeza y ella entrelazaba sus brazos alrededor de su cuello, por un momento se miraron a los ojos y se sonrieron, para luego acercar sus mejillas, lo que les permitía a ambos sentir la respiración del otro golpear en sus cuellos, acelerando sus corazones.

Hasta los meseros del lugar los admiraban, eran como dos seres mágicos que se compactaban a la perfección.

Silvia estaba furiosa por lo que no tardo mas en poner su plan en marcha haciendo señas a uno de los meseros para que cumpliera por lo que le había pagado.

Luego de bailar otra canción "Someone like you de Adele" Alejandro y Adhara volvieron a conversar con los empresarios con los que estaban interesados en hacer negocios, ambas partes estaban de acuerdo con lo hablado por lo que para Alejandro era una noche perfecta.

- Señor Miller espero en mi correo la propuesta formal del negocio de ante mano debo decir que me interesa mucho lo que me cuenta.

- Por supuesto señor Brown, así sera! Vera que es un excelente negocio para ambos.

- Eso es lo que espero.

- Bueno mi esposa y yo volveremos a nuestra mesa, ha sido un placer señor y señora Brown.

- El placer es todo nuestro - respondió el hombre mirando el escote de Adhara con disimulo.

Al volver a la mesa se les acerco un mesero y les ofreció de las bebidas que estaban tomando.

- Creo que todo ha salido mejor de lo que esperaba - mencionó Alejandro con evidente alegría.

- Eso me alegra! - dijo Adhara tomando un sorbo de su bebida, lo que también hizo Alejandro.

- Haz notado que hay alguien que no ha dejado de mirarnos en toda la noche? -pregunto Adhara.

- Si, lo note, aunque en realidad son muchas las miradas las que están sobre nosotros.

- Si, tienes razón pero la de ella me inquieta.

- Tranquila, mientras estés conmigo nadie te tocara - dijo Alejandro a la vez que tomaba la mano de Adhara y la llevaba a sus labios dándole un beso.

La noche ya estaba avanzada cuando Alejandro se sintió un poco mareado.

- Te molesta si voy un momento al baño? - pregunto Alejandro tratando de que Adhara no notara su malestar

- No para nada, ve tranquilo.

Alejandro se dirigió al baño donde se echaba agua en la cara para bajar el calor que sentía, pero por más agua que se echaba su calor iba en aumento cada vez más.

Fuera del baño se encontraba el mismo mesero que les había ofrecido las bebidas esperando a que Alejandro saliera para llevarlo a la habitación de Silvia donde ella lo esperaba.

- No debería estar usted atendiendo a los invitados en el gala? - pregunto el señor Ricardo al mesero

- Señor, si señor solo estaba trayendo a los baños a uno de los invitados

- Ya puedes volver entonces, no quiero volverte a ver fuera del salón

- Como usted ordene señor - dijo el mesero para luego marcharse.

Dentro del baño se escucharon ruidos por lo que el señor Ricardo entro, encontrándose a Alejandro de rodillas con su saco en las manos, su camisa desabotonada y su cabello completamente mojado.

- Señor Miller que le sucede? Porque esta así?

- Señor Ricardo por favor ayudeme a llegar a mi habitación y luego vaya por mi esposa a la gala.

El señor Ricardo llevo a Alejandro a su habitación y llamó al medico del hotel, una vez llego el doctor se fue en busca de Adhara quien estaba desesperada con el hostigamiento de varios hombres que al irse Alejandro se le acercaron y no la dejan de mirar con morbo y de insinuarle cosas inapropiadas.

- Señora Miller, su esposo me pidió que la llevara hasta donde el está - dijo el hombre un poco molesto al darse cuenta de la situación.

- Muchas gracias señor Ricardo, lo sigo.

- Por aquí por favor - dijo señalando el camino.

- Le pasa algo a mi esposo señor Ricardo?

- No se siente bien, pero tranquila el médico lo está revisando.

Adhara se sorprendió muchísimo al ver a Alejandro con su rostro rojo y el gran bulto que sobre salia de su pantalón.

- Oh por dios! Que tiene mi esposo doctor - dijo ella al intentar acercase a Alejandro.

- No te acerques, sal de aquí - dijo Alejandro casi en un grito.

- Que pasa doctor - volvió a preguntar Adhara notablemente alterada por el estado de Alejandro.

- Su esposo está bajo los efectos de un afrodisiaco muy potente, al parecer la dosis fue bastante alta, necesita de un medicamento que no tenemos en el hotel.

- Entonces llevémoslo a un hospital.

- Eso no se va a poder señora, aunque tengo lanchas muy rápidas, esta cayendo una lluvia con fuertes vientos lo que provoca olas gigantes, se expondrían a naufragio.

Y entonces que se puede hacer? - pregunto Adhara al medico.

- Solo usted como su esposa lo puede ayudar.

- Dígame que tengo que hacer?

- Tener intimidad con el, aunque en su estado puede llegar a ser un poco brusco es lo único que lo ayudaría.

Adhara abrió como platos sus ojos, no se imagino estar en esta situación.

- De ninguna manera, señor Ricardo por favor ubique a mi esposa en otra habitación, no importa cuanto valga yo lo pago, ahora salgan de aquí y por favor señor Ricardo póngale seguro a la puerta - dijo Alejandro con su voz pesada y su respiración acelerada.

- Señor Miller, entienda que si no es atendido o tiene intimidad la droga podría causar estragos en su cuerpo como dejarlo estéril o afectar su buen funcionamiento viril - dijo el doctor

- No me importa!!! Adhara sal de aquí ya! Por favor, salgan todos.

- Señores muchas gracias por su ayuda, por favor dejenme sola con mi esposo yo me encargo.

- No, no, no Adhara, que dices, por favor sal.

Los hombres salieron de la habitación dejándolos solos.