Era despreciado por la familia de su esposa, recibiendo constantes humillaciones solo por ser un hombre pobre.
Solo Bastian y Raisa sabían que su matrimonio era temporal; todo formaba parte de un plan para que Raisa pudiera heredar la fortuna de su familia. Y Bastian, en deuda con ella, aceptó ser su esposo temporal.
Pero, ¿qué pasa cuando el destino decide cambiarlo todo?
En realidad, Bastian proviene de una familia inmensamente rica: es el heredero de la empresa número uno de Indonesia. Tres años atrás, su abuelo lo expulsó de la familia por despilfarrar el dinero.
Ahora, tras aprender lo difícil que es ganarse la vida, Bastian recibe la herencia de su abuelo. Se convierte en un líder empresarial admirable, aunque debe ocultar su verdadera identidad de la familia de su esposa.
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Capítulo 21
Bastian, su marido de alquiler que siempre la hacía sentir cómoda, hasta el punto de que Raisa se sentía dependiente de él, era en realidad un hombre muy misterioso.
Raisa sabía que un tal Edgar Bastian William sería capaz de destruir a la familia Montana en un abrir y cerrar de ojos, ya que tenía mucho dinero y poder para hacerlo.
Entonces Raisa estaba confundida, ¿sería posible que Edgar hubiera entrado en su vida intencionalmente para convertirse en su marido de alquiler y presentarse como Bastian porque quería acercarse a ella para vengarse?
Pero ¿por qué Bastian se arriesgaría a ayudarla? ¿Sería por amor? Pensó que no, era imposible que la amara.
"¿Qué es lo que realmente estás planeando contra mi familia, Edgar?" Aunque Raisa siempre lo defendía cuando el Sr. Louis insultaba a su marido de alquiler.
Raisa aún no podía entender cuál era el objetivo de Bastian al ocultar su identidad durante tanto tiempo. Debido a eso, tendría que seguirle el juego.
"Tú crees que eres la única que puede jugar conmigo. ¡Yo también puedo jugar contigo!"
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Esa noche, Bastian fue dado de alta para volver a casa, por supuesto que estaba muy contento, ya que por fin podría volver a ver a Raisa, la mujer que tanto amaba.
Bastian fue tomado por sorpresa por Raisa, pues de repente ella estaba siendo dulce con él, lo recibió con tanta dulzura, que incluso cocinó para él.
"Bastian, por fin estás en casa. Debes estar cansado de llevar a tu jefe fuera de la ciudad", dijo Raisa con una dulce sonrisa.
Bastian estaba sorprendido, era muy raro que Raisa fuera dulce con él, como si estuviera poseída por un fantasma amable o algo así.
"Hmm... sí, estoy muy cansado."
"Durante esta semana aprendí a cocinar, lo hice para ti", dijo Raisa alegremente, un comportamiento que nunca antes había mostrado a Bastian.
"¿Tú cocinaste?", Bastian no podía creer que Raisa cocinara para él.
"Sí". Raisa asintió con la cabeza y luego se dirigió al comedor seguida de Bastian.
Bastian la miraba con asombro, ¿cómo era posible que Raisa cocinara para él?
"Vamos a comer". Raisa tomó asiento en la mesa del comedor y Bastian se sentó a su lado.
Bastian probó la comida de Raisa, al instante sintió náuseas, era la comida más extraña que había probado en toda su vida, pero aún así tenía que apreciar el esfuerzo de Raisa por cocinar para él.
Raisa apoyó la barbilla en sus manos, observando a Bastian comer. "Y bien, ¿cómo está?"
"Es-está delicioso, muy delicioso, Raisa". Bastian fingió disfrutar de la comida de Raisa, no quería ponerla triste.
¿Hasta cuándo seguirás ocultando tu verdadera identidad, noble Sr. Edgar? ¿Y seguirás fingiendo ser amable conmigo?_ pues Raisa pensaba que la verdadera naturaleza de Edgar Bastian William era la de un hombre arrogante.
Después de cenar, Bastian se dirigió a su habitación, aliviado de haber conseguido comerse toda la comida de Raisa sin vomitar.
Bastian se tumbó en la cama, aún sin entender por qué Raisa había cambiado repentinamente de actitud con él.
"¿Por qué se ha vuelto tan dulce de repente?", dijo Bastian con una sonrisa, aunque sentía que había algo extraño, el comportamiento de Raisa no era normal.
Toc...
Toc...
Toc...
Bastian oyó que llamaban a la puerta de su habitación, ¿quién más sería sino Raisa?
Bastian se levantó inmediatamente y caminó hacia la puerta, al abrirla vio a Raisa con su pijama, sonriéndole dulcemente.
"Ra-Raisa? ¿Qué haces aquí?"
Raisa entró en la habitación sin dudarlo y se sentó en el borde de la cama. "Ya llevamos bastante tiempo casados, ¿por qué no intentamos dormir juntos?"
Los ojos de Bastian se abrieron de par en par, ¿qué hombre no estaría contento de dormir con la mujer que ama? Pero el problema era que tenía miedo de que Raisa viera las cicatrices de su hombro y abdomen. Su identidad no podía ser revelada.
Esa era la razón por la que Raisa se atrevió a seducir a Bastian, pues sabía que él no se atrevería a hacerle nada, estaba segura de que él no dejaría que su identidad fuera revelada.
"No acordamos que no dormiríamos juntos?"
Raisa soltó una risita. "Está bien, pagaré la multa porque esta noche quiero dormir en tu habitación, ¿qué te parece?"
Bastian miró a Raisa, el pijama que llevaba puesto esa noche le parecía tan sexy, que lo hizo tragar saliva. No estaba seguro de poder resistirse a tocarla esa noche.
Raisa rio para sus adentros. Vamos a ver, Edgar, quién saldrá perdiendo en este juego. Yo, Raisa Montana, no soy una mujer a la que puedas engañar tan fácilmente.