Por Mis Malditos Tacones

...NARRADORA...

Belén aún no había visto la marca que le quedó en la piel después de haber dado a luz, tampoco era la gran cosa si así le hicieran varios cortes nadie los vería, mientras su hija estuviera sanita era lo único de vital importancia.

En la medida posible después de tanto dolor y de sus limitaciones debido a la cirugía ella intentaba atender a Molly por su cuenta.

Estaba intentando aprender todo lo que las enfermeras le contaban sobre su experiencia y de todo lo que hacían al atender a la bebé. Jamás había sostenido un bebé, era algo muy nuevo para ella, había estado con niños chiquititos pero éstos ya hablaban y manifestaban sus deseos y solo fue cuando estaba en el orfanato y ayudaba en sus ratos libres.

Con lo que la señora Marta le había enseñado sobre cocina, el postre que le enseñó la tía de su ex cuando la quiso ayudar y lo que las enfermeras contaban, además de los programas de cocina eso era más que suficiente para al menos estar segura de experimentar con algunas cosas desconocidas que estuvieran dentro de su presupuesto.

Su niña tendría quien le cocinara comidas caseras en casa y no viviría de alimentos congelados poco saludables, eso era seguro. Ahora comenzaba a tomar nota de los mejores alimentos que le ayudaran a tener más leche materna y de calidad.

Luego de tres días fueron dadas de alta y el médico personalmente las llevó a casa de la señora Marta para así darle una visita y saber cómo se encontraba.

-Le agradezco por todo lo que hizo por nosotros doctor- le dijo con sinceridad

-Solo cumplí con mi trabajo. Tengo una pregunta para ti, ¿El papá de Molly fue quien te maltrató?- sus ojos de llenaron de lágrimas y solo hizo un gesto afirmativo

-En el hospital hay una psicóloga muy buena, si tu lo deseas puedes atenderte con ella y tal vez te ayude. Te daré mí número personal por si lo necesitas por cualquier emergencia- explicó con amabilidad, él conocía casos de violencia y admiró la valentía de Belén

Muchas chicas y mujeres de distintas edades habían atravesado relaciones tan malas y concebido hijos de abusadores así pero la mayoría de las veces esos niños no nacían. Las mujeres sufrían abortos a manos de sus parejas o en los casos de las que lograban escapar se practicaban un aborto porque no podían pensar en tener un hijo de un monstruo.

Belén atravesó diferentes etapas en su embarazo y después de llorar y mostrarse reticente a la maternidad había aceptado finalmente que llevaba un hijo en su vientre y decidido salir adelante. La enfermera y él se referían a ella como un ave fénix al que vieron resurgir de las cenizas.

Llegaron a casa de la señora Marta quien estaba ansiosa por conocer a la hermosa Molly personalmente y poderla cargar pese al dolor de sus huesos y articulaciones.

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El primer mes de vida llegó y Molly fue llevada a control mensual, había aumentado más de un kilogramo y se veía preciosa.

Ella fue examinada minuciosamente y todo estaba en orden, era una niña totalmente saludable.

Ser mamá era algo agotador, por las noches dormía menos horas y seguía despertando temprano debido a los horarios en que la señora Marta tomaba sus medicinas.

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Un buen día un hombre con un traje marrón de más de cincuenta años llegó con un portafolios y golpeó la puerta. Al verlo Belén se asustó porque creyó que alguien así solo traía malas noticias pero doña Marta no creía eso.

-Belen por favor acércate, te presento a Ramón, él es hijo de un buen amigo mío, es mi abogado

-Es un placer conocerlo señor

-El placer es mío señorita

-Querida, ¿Nos traes una taza de té y un poco de pastel?- pidió y Belén enseguida hizo lo que le encomendó y después fue a su cuarto con Molly para darles privacidad

Después de aquella visita doña Marta se mostró más tranquila y su salud comenzó a empeorar, ni Belén comprendía cómo podía simplemente tener esa paz.

Molly cumplió sus tres meses y doña Marta debió ser hospitalizada pero dos semanas y días después estaba en casa en lo que parecía totalmente recuperada.

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En una ciudad cercana los abuelos de Chris estaban planeando hacer la fiesta de cumpleaños del pequeño, aún les quedaba un mes pero si querían hacer algo lindo eso llevaría mucho tiempo.

Salieron con el pequeño para ver imágenes de pasteles pero el niño no mostraba mucho interés y eso les preocupaba.

Chris era un pequeño de pocas palabras y aveces su seriedad era alarmante hasta para ellos. los tenía algo cansados con eso. No mostraba mucho interés por nada y cada vez sus sonrisas eran más escasas. Ellos crían que necesitaba una madre para ser un niño normal como cualquier otro pero la que tenía era mejor perderla que encontrarla.

Xavier no era más que un inútil para elegir mujeres y su hijo no estaba conforme con los prospectos que su padre mostraba como novia así que más se encerraba en si mismo pero pronto todo cambiaría radicalmente.