La Bruja Se Ha Casado Con El Villano.

El Duque Brown, estaba feliz en su oficina, pues en esos momentos, seguramente Elise estaba siendo ultrajada, ya que antes de matarla, pidió que solo la humillaran de la peor manera, así el emperador seguramente la echaría de su lado y entonces, tendría de nuevo su pacto con el emperador demonio, será fácil llevarse a Valery y entregársela a ese hombre, así finalmente el reino sería suyo. De repente tocan la puerta del Duque, pero antes que pueda decir algo, se escucha un grito y la puerta sale volando en mil pedazos, el Duque se pone de pie asombrado por aquella bestia que había entrado en su oficina, así que comienza a gritarle a sus guardias.

- no se moleste lord, ellos están tomando una siesta.

- u-usted es... majestad...

El Duque hace una reverencia de inmediato.

- ¿qué lo trae este humilde hogar?

El Duque estaba nervioso, pero no, no había manera de que él supiese lo que había mandado a hacer.

- no te hagas el desentendido, claro que sabes por qué vengo, intentaste hacerle daño a mi pequeña bruja.

El emperador pasa su mano en la barbilla de aquella bestia.

- n-no comprendo majestad...

- yo también iba en el carruaje, esos hombres fueron enviados por ti.

El Duque tiembla al escuchar la voz molesta del emperador y ve asombrado como aquella bestia se transforma en Elise.

- y aunque yo fuese sola, esos hombres no son nada ante mí.

- t-tú...¿eres un demonio?

- bruja para ser más exactos, es por eso que, es fácil sentir tu peste impregnada en esos hombres.

El Duque ya no tenía donde escapar, podía ver los ojos brillantes del emperador, estos parecían exigir sangre.

- e-espere majestad... si me mata... estará en problemas, el rey no lo dejará pasar...

- el rey no es nada, solo lo matamos, tomamos el reino y asunto arreglado.

Elise sonríe mientras dice aquellas palabras, su sonrisa era como el de una niña que recibía algo nuevo.

- n-no podrían hacer eso... si fuese fácil el reino sería mío.

- tú eres un humano, yo, por el contrario, soy peor que los demonios.

Elise agita la mano contra el Duque y este cae hacia atrás cubriendo su mejilla, mientras la sangre comienza a caer por su cuello y pecho, el dolor era intenso, Elise había usado garras para desgarrar la piel, incluso lame la sangre y sus ojos brillan.

- Ateruz lhat verdharuz deuthues bouziet.

El Duque sintió su mejilla arder y de un momento a otro, se desmayó, con ese hechizo ese hombre jamás podrá decirle a nadie que fueron ellos quienes atacaron su mansión y casi lo matan. Ambos salen de aquel lugar y casi entrando la noche llegan al palacio, Elise de inmediato pide le preparen el baño. En la mansión del Duque, los sirvientes y los guardias despiertan del sueño al que fueron puestos, e incluso Valery que estaba ahí se vio afectada, así que rápidamente baja y puede ver que su padre está siendo atendido por la herida en su rostro, al despertar el hombre trata de decir quien le había daño, pero no podía pronunciar los nombres y aunque quiso escribirlo, no pudo recordar los nombres, todo debido al hechizo de Elise.

- tú, rápido quítame el hechizo, me puso un hechizo, la escuché recitar el hechizo...

- y-yo no puedo hacer eso... padre usted sabe que no usar muy bien mi magia.

El Duque se pone de pie y empuja a Valery.

- eres igual una inútil.

Ahora sus planes se habían visto interrumpidos, peor aún, ya no podría hacer un trato con el emperador, todo por culpa de Elise, pero lo que realmente no esperaba era que la rubia fuese tan poderosa, si lo era ¿por qué no fue elegida primero ella como prometida del demonio? Eso no tenía sentido. A la mañana siguiente había ido con el rey para denunciar el ataque, incluso todos los ministros vieron la herida en su rostro.

- les aseguró que ella es una bruja, se transforma en una bestia y me causo esta herida.

- ¿quién es una bruja, Duque Brown?

- ya saben... ella...su nombre... ella es... lo es... ustedes saben...

Por más que se esforzará en decir el nombre de Elise, no le salían de sus labios.

- es la esposa de él... del...ese... él...

No lo podía creer, era el mismo resultado, aunque sabía sus nombres, su boca no los pronunciaba, el rey estaba empezando a perder la paciencia.

- Duque, es obvio que está en estado shock por lo que le paso. Mejor vuelva a casa y descanse.

- estoy bien majestad...me han embrujado para no decir el nombre.

- todos sabemos que las brujas son escasas y no hay registro de que exista una en estos días.

Menciona uno de los ministros y es que tenía tanta razón, llevaban años sin saber de la existencia de una bruja en el país, incluso en Erty no existe ninguna, aunque este sea un continente de demonios.

- pero existe una, la vi... era ella... ella no me embrujo para decir su nombre.

El rey ordena a los caballeros que se lleven al Duque a su casa, el hombre seguramente fue atacado por un animal salvaje y debe estar delirante, la herida en su rostro era grande, lo más lógico es que tenga fiebre y por eso alucina. Valery también había llegado al palacio, estaba en la residencia del príncipe, llorando debido a lo que su padre le ha dicho.

- lady Valery, usted posee una magia fuerte, debería entrenarla, además puede ser inteligente, solo debe de estudiar, centrarse en ello.

- yo hago lo mejor que puedo alteza, usted lo sabe, yo quiero ser digna de ser su esposa.

Valery sostiene las manos del chico mientras deja ver una gran sonrisa.

- yo seré una gran reina y lo apoyaré en todo, seré la mejor esposa que usted pueda tener.

- sé que lo será...

Emir abraza a Valery, aunque frunce un poco los labios, debido a la manera de ser de Valery, Emir comienza a sentir que su madre la reina, puede tener razón, esa chica no está preparada para ser reina, no parece querer superarse y actúa como una niña mimada, cosa que Elise jamás ha hecho, si, quizás la rubia no reía o jugaba, pero es alguien responsable, es así como Emir comienza a arrepentirse de haber dejado ir a Elise, quizás con los años, él pudo haberse ganado su corazón. Pero ahora aunque se lamente, Elise no está dispuesto a volver, las veces que la ha visto cerca del emperador, ambos parecen llevarse bien, aun cuando no sean vistos, lo que significaba que ellos no estaban fingiendo que su matrimonio iba bien. Emir solo dejo salir un largo suspiro.

Elise y el emperador estaban en compañía de la reina, para degustar de una cena, lamentablemente el rey no pudo acudir por una reunión de urgencia.

- no sabe la suerte que ha tenido majestad, su emperatriz, es una dama respetable en nuestra sociedad. Yo lamento que mi hijo no se haya ganado su corazón.

- solamente no estaban destinados su majestad, pero estoy segura de que el príncipe será feliz con su prometida.

Cedric si lo quiere puede amable, claro con quienes muestran esa misma amabilidad, así que solamente trata de no ofender a Emir ante la reina, pero vaya que tiene ganas de decir todo lo molesto que ha sido desde que lo conoció.

- bueno, esa niña es... demasiado inmadura, si es que llega a algo, será a concubina, porque reina, les aseguro que de mi cuenta corre que no lo sea.

- yo creí que a su majestad le agradaba lady Valery y creí que estaba estudiando para poder ser digna del título de princesa heredera.

- es imposible, le he puesto los mejores maestros, pero, es obvio que ella no quiere mejorar. No sé que le ha visto mi hijo, seguramente solo es la emoción del momento.

- esa emoción podría traerle un nieto majestad ¿qué hará en ese caso?

Elise quería reír por la pregunta de Cedric, pero no, más bien reiría por la cara de la reina al escuchar dicho comentario.

- por loa dioses, espero eso jamás suceda. El heredero de este país debe de ser de una madre responsable y digna, no de una niña inmadura, no pienso que esa chica pueda cuidar de un niño.

- lamento mi pregunta tan absurda.

- no se preocupe emperador. Pero y usted ¿cuándo dará esa sorpresa la emperatriz?

Elise sonríe con amabilidad ante el comentario de la reina y finge una expresión tímida.

- su majestad y yo, hemos decidido disfrutar primero nuestro matrimonio.

- así es, quiero a esta mujer solo para mí por ahora.

Cedric sostiene la mano de Elise y deja un beso en el dorso de esta, ambos lucen como tierna pareja enamorada, incluso se veían muy bien juntos. La reina lo piensa y en definitiva, su hijo jamás podría encajar con una chica como Elise.

Después de la cena, la pareja se dirige a su habitación, ambos habían tenido un día tranquilo, después de haberse divertido el día anterior con su visita al Duque. Elise abre la puerta de la habitación y apenas entran, Cedric la apoya contra la puerta atacando sus labios con desesperación, incluso sus manos se apresuran a deshacerse del nudo del corsé del vestido, rompiendo el beso Cedric pasa sus labios por el cuello de la chica.

- majestad... hoy sí que está ansioso...

- siempre lo estoy bruja mía...

- nunca tengo suficiente de ti...

Los besos siguieron mientras la ropa de Elise se bajaba dejando al descubierto sus sen*s y el emperador va deslizando sus besos por el cuello y pecho, mientras se arrodilla levantando la falda del vestido.

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