Después de una noche pasada de copas, Amelia quedó tatuada en su piel y no descansó hasta encontrarla.
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Capítulo 21
Hija que pasó? te estaba buscando, estabas con mí Johnny? Pero dime algo muchacha que me vas a hacer dar un infarto!!!
Amelia no podía hablar, estaba atacada de llanto, sólo le hacía con la cabeza a su suegra que si, para que entendiera que había estado con John.
En ese momento salió el mismo médico que habló con ella en la UCI, se acercó a dónde estaban y se conmovió por las lágrimas de Amelia.
- Tranquila señora Jovinale, su esposo sólo tuvo una pequeña descompensación en su presión arterial, por eso sonó la alarma del monitor, en este momento está estable al ajustar su medicación.
- En serio doctor? no le pasó nada?
- No señora, lo que pienso es que él la escuchó hablar y eso lo estresó, por eso se subió su presión, pero quiero decirle que él es un luchador, y contra todo pronóstico pasó una madrugada relativamente estable, si sigue así, esta misma noche lo podremos dar fuera de peligro y ya mañana empezaremos a despertarlo del coma inducido, y poder quitarle después el respirador artificial, y está misma semana se le retiran los tubos que salen del tórax.
- Entonces eso es bueno doctor? mí hijo se va a recuperar?
- Señora, como les dije, esperemos que cumpla las 24 horas sin ninguna crisis o complicación y ahí si podré decirles si está fuera de peligro. Lo más importante es que siga así respondiendo al manejo instaurado y que no se vaya a infectar su herida y la zona de la cirugía, si es así seguiremos con el plan de sacarlo del coma inducido e ir retirando los soportes.
- Y lo puedo ver? Por favor!! yo sólo lo quiero ver, no le hablo nada para que no se angustie pero déjeme verlo doctor.
- Está bien señora, venga conmigo, pero por favor no le vaya a hablar, el está muy susceptible en sus signos vitales con las emociones, ya mañana que depronto lo estemos despertando puedo valorar la posibilidad de que empiecen a hablar con él, eso si le recomiendo que esté tranquila cuando esté al pie de su cama, sé que es muy duro para una madre ver a su hijo en esta situación.
- Lo prometo doctor!
Así salió la señora Doris detrás del doctor hacía la UCI, mientas que Amelia ya más tranquila se sentó en las sillas de la sala de espera, poco después llegó Martín y se enteró por boca de Amelia lo que ha pasado con John.
Así pasaron dos días, Amelia entraba a la visita, pero no sé atrevía a hablar con John, temía que volviera a descompensarse, solo estaba a su lado y muy delicadamente colocaba la mano de John en su vientre para que sintiera a la bebé.
Martin se dividía entre estar en el hospital, manejar a la prensa, las finanzas de John en sus inversiones y terminar de darle cierre al caso de Corina y la absolución total de los guardaespaldas de John Magic. Siempre estando pendiente de que necesitaba Amelia, la mamá de John y su hermana, las cuidaba de que descansarán y se alimentaran bien, y aunque Amelia a veces se ponía de terca él se plantaba y a ella no le quedaba de otra que obedecerle.
Los padres de Amelia ya se habían devuelto a Quincy quedando al pendiente de la recuperación de John, pues no debían descuidar sus deberes en el colegio, y más ahora que estaba por culminar el periodo escolar.
Amelia se iba por la noche al apartamento de Martin junto a su suegra y cuñada, no quería volver a la mansión donde toda esta tragedia sucedió, e imaginarse lo que pasó en el salón, donde murió su amiga Corina, a pesar de lo que le hizo, nunca quiso ese final para ella y que por su culpa John se este debatiendo entre la vida y la muerte y todo por querer asesinarla. Piensa que lo mejor es vender la mansión y comprar otra cerca al sector, pero eso sólo lo podía decidir cuando John salga del hospital.
Ya en la mañana temprano, salía nuevamente al hospital y allí se quedaban todo el día.
........
Estando los 4 en la sala de espera, sale el médico intensivista.
- Hola familia, les tengo buenas noticias, ya John está más despierto, y ha presentando conciencia de lo que le pasó y dónde está, por lo que le vamos a retirar el respirador, ya la terapeuta respiratoria está haciendo las pruebas necesarias para valorar el éxito de la extubación y poder hacerla más tarde, estén pendientes para avisarles cuando pueden pasar a verlo.
Todos estaban felices, John se estaba mejorando contra todo pronóstico.
...............
- Señor Jovinale, si sabe dónde está y que le pasó? - Pregunto el médico intensivista que lo ha estado atendiendo.
John con su cabeza dice que si, él sabe todo lo que pasó y da gracias a Dios que está vivo, solo recuerda hasta que se puso al frente de Amelia cuando Corina disparó, de ahí sus recuerdos son difusos, pero está tranquilo pues sabe que Amelia está bien, pues su papá se lo dijo, y él escuchó su voz y ha sentido su presencia cuando ella posa su mano en su vientre.
- Bueno, me alegra que lo sepa, afuera está su familia, han estado muy pendientes de su recuperación que contra todo pronóstico ha sido muy satisfactoria, como ya está despierto le vamos a retirar este tubo que sale de su boca, va a estar tranquilo para que el retiro sea un éxito y no tengamos que pasar otro tubo nuevamente, si hace lo que le digo y tolera respirar sin ayuda, mañana le estaremos retirando estos otros tubos, y lo pasamos a una habitación donde puede tener más visitas que estando acá en cuidados intensivos, de acuerdo?
John nuevamente asintió con su cabeza, y con la mano hizo la seña de bien 👍🏻, él estaba tranquilo pues sabía que si no ponía de su parte, se podía perder la llegada de su bebé que estaba próxima a nacer y no se quería perder del parto.
En ese momento llegó la terapeuta respiratoria para realizar el procedimiento de extubación.
- Señor Jovinale, ella es la terapeuta respiratoria Angie, ella le va a retirar el tubo, por favor siga las recomendaciones que ella le dé para que él procedimiento sea un éxito.
............
En la sala de espera todos estaban muy ansiosos, doña Doris y Silvia seguían con sus rosarios a la virgen, y Amelia ya se había comido sus uñas, Darla la estaba acompañando mientas que Martín estaba en la oficina de John en Miami trabajando con su equipo de trabajo; revisando las facturas de los restaurantes y del hotel, no se podía dar el lujo de dejar todo en manos de terceros pues las pérdidas serían muy grandes.
Luego de varias horas salió nuevamente el médico y les dió la mejor noticia que les pudo haber dado.
- Familia, ya John está respirando sólo hace una hora, voy a autorizar que entren dos personas a verlo, por petición de él quiere que entre primero su esposa y después su mamá, por favor que no hable mucho para que su garganta se desinflame un poco. Señora Amelia, puede pasar por favor.
A Amelia el trayecto de la sala de espera a la UCI se le hizo eterna, cuando entró al cubículo una sonrisa se dibujó en su rostro.
- Ho-la ga-tita!! - Trató de hablar a través de su máscara de oxigenoterapia.
- Oh no mí amor, no hables, el doctor fue lo primero que nos recomendó... acá estoy mí vida, y estoy feliz de que estés mejor - tomó su mano y la puso en su vientre - estamos felices, siente a la bebé como está de contenta de que su papá se salvó y sé quedó con nosotras.
Ambos lloraban de felicidad, un rato después Amelia salió para que entrara doña Doris, pasó un día más donde retiraron los demás tubos y fue pasado a una habitación dónde podían visitarlo con más libertad, allí permanencia Amelia y era una odisea convencerla de que se fuera a descansar, John le pidió a Martín que vendiera la mansión de Palm Beach y le ayudará a conseguir una cerca a Miami donde es su sede de negocios, por lo que una buena opción es en Miami Beach o Fort Lauderdale.
Tres semanas después estaba John listo para que le dieran la salida, estaba esperando que llegara el camillero con la silla de ruedas, todos estaban en el hospital acompañándolo, los padres de Amelia vinieron de Quincy, cuando llegó la silla de ruedas John refunfuñaba diciendo que no era necesario irse en silla de ruedas.
- Que tontería, yo me siento bien, puedo irme caminando.
- Señor John Magic, son órdenes médicas, por favor no me haga regañar por mí jefe - el camillero nervioso le suplicaba a John.
- Amor mío, por favor haz caso, si el médico lo dice es por algo, vamos no seas ter.....ay!!!!
- Que te pasa gatita?? te duele algo??
- Ayyy!!! me duele mucho!!!
En ese momento entran todos a la habitación al escuchar los gritos de Amelia, John la sostenía del brazo pues ella estaba doblada del dolor, mientras que Martín reaccionó al caer en cuenta que Amelia estaba con contracciones, por lo que la tomó en brazos y la sentó en la silla de ruedas que tenía lista el camillero, y le pidió que la llevara al servicio de ginecobstetricia.
- Como asi? que pasa? Martin, porque a ginecobstetricia?
- Porque la bebé ya quiere nacer!! mira!
Le señala un charco de agua que hay en el piso donde estaba parada Amelia.
- Ya vamos!!! no aguanto este dolor!!! Ayyy, mamá!!!
- Aquí estoy mí vida, aquí estoy!!!
- Mamá, acompáñame por favor!!! Martin tú por favor lleva a John al apartamento, Ayyy!!!
- No!!! ni más faltaba!! yo voy contigo!! Pero si aún falta para que nacer? que pasa?
Un John muy nervioso salió detrás de una muy adolorida Amelia y de doña Nancy que iban junto al camillero al consultorio de la ginecóloga de turno, Martín trataba de impedir que se fuera caminando, mientras que Silvia salió a buscar otra silla de ruedas para John, y el señor Donald y doña Doris abogaban por John para que lo dejaran estar en el nacimiento de su hija.
En medio de ese caos llegó Amelia al consultorio con su madre, Silvia consiguió la silla de ruedas y Martín hizo sentar a John, el cual no alcanzó a entrar al consultorio con Amelia, quedando afuera con Martín, Silvia, doña Doris y el señor Donald haciendo una pataleta.
- Johnny, mí niño, no te pongas así, sólo la están revisando, y ya cuando la pasen a la sala de partos puedes estar con ella, pero por favor tranquilo, no es momento para que te pongas así y le transmitas ese estrés a Amelia.
- Está bien mamá, tienes razón, sólo que no quiero perderme el nacimiento de mi princesa.
En ese momento salió Amelia en la silla de ruedas con la ginecóloga, y doña Nancy detrás de ellas.
- Usted es el papá de la bebé? - dice la ginecóloga mirando a Martín.
- No!!! Soy yo!!! - un muy enojado John le responde a la doctora, mientras que Martín se reía de ver a su amigo como se enojaba por confundirlo con el papá.
- Jajaja
- Oh, eres John Magic!! yo soy la doctora Clapton, su bebé ya va a nacer, vamos ya a la sala de partos... pero, usted si está en condiciones de acompañarnos? o va la mamá de Amelia? - la doctora hace la pregunta con duda al ver a John en silla de ruedas, y al estar enterada que estuvo entre la vida y la muerte hace poco.
- Por supuesto que estoy en condiciones, yo voy a acompañar a mí esposa al nacimiento de nuestra bebé!!
- Está bien, pase por acá para que una enfermera lo ayude a vestir, mientras que yo voy a instalar a Amelia en la sala de partos, allá lo esperamos.
Y así se organizó todo para el inesperado nacimiento de la nueva integrante de la familia Jovinale y Smith.
John pasó a la sala de partos dónde Amelia ya estaba lista para pujar, John se sentía morir al ver a su amada sufriendo con cada contracción y con cada pujo, hasta que después de 15 minutos un llanto llenó la sala, el llanto más hermoso que sus oídos pudieron haber escuchado.
Nació una hermosa bebé, peso 3.100 gramos y midió 47 cms, se la pusieron en el pecho a Amelia y John cortó su cordón umbilical, después una enfermera la secó y vistió para pasársela a John, dándole un beso a Amelia y dándole gracias por darle el mejor regalo que le pudieron dar en su vida.
- Gracias mí gatita, lo hiciste muy bien, gracias por mí bebé!!
Al rato las pasaron a una habitación, John nunca se separó de ellas, ni cuando las enfermeras le pidieron que saliera para organizar a Amelia se quiso salir, afuera todos estaban muy preocupados sin tener noticias, solo una hora después fueron avisados que Amelia y la bebé ya estaban en una habitación.
Entraron todos en patota a la habitación, para encontrarse con la escena más tierna que pudieron ver, Amelia cargando a su bebé y un muy sonriente John a su lado.
- Es hermosa!!! - Exclama Silvia.
- Mis niñas amadas!!! - llorando el señor Donald se acerca para ver bien a su nieta.
- Se parece a John! - hace la observación Martín.
- Así era mí Johnny de bebé, igualito!! - Una enamorada abuela recuerda como era John cuando nació.
- Y bueno, como se va a llamar mí hermosa nieta? - habla la señora Nancy.
- Se llama Martina, Martina Jovinale Smith. - John les da la primicia del nombre.
- Oh, como yo!!!
- Si Martín, mí bebé se llama asi en tú honor, gracias por estar siempre a nuestro lado, gracias por todo lo que haz hecho por nosotros, gracias por ser un amigo incondicional, sin tú ayuda en los peores momentos no se que hubiéramos hecho, por eso es un honor que nuestra hija lleve tu nombre. - Con emoción dice Amelia.
Todos lloraban pues estaban totalmente de acuerdo con lo que decía Amelia, Martín ha sido un ángel en la vida de John y Amelia.
- También queremos que seas su padrino, sabemos que no hay mejor padrino que tú. - le pide John.
- Será un honor ser el padrino de esta belleza, mí hermosa Martina!