One Night In Dubai

Siguiendo la propuesta de matrimonio bastante improvisada durante la cena orquestada por Mario, él llevó rápidamente a Kaylin a una fiesta de un socio de negocios y amigo cercano en Dubai. Casualmente, la celebración tenía lugar en BLU, uno de los bares y clubs opulentos de la ciudad.

Inicialmente, Mario sospechaba que Kaylin se sentiría fuera de lugar entre sus amigos, quienes eran todos varios años mayores que ella. Sin embargo, sus preocupaciones resultaron infundadas, ya que la veía integrarse perfectamente al grupo. Para su deleite, Kaylin estaba disfrutando completamente del evento, donde los ritmos palpitantes resonaban en todo el lugar, acompañados de una plétora de bebidas a su disposición.

"¡Volvamos a beber!"

Instantáneamente, todos levantaron sus vasos, incluyendo Kaylin y Mario.

"No bebas demasiado."

"¿Qué? ¿Qué dijiste?", gritó Kaylin, sin poder discernir las palabras de Mario entre la música ensordecedora.

"No bebas demasiado", repitió Mario, elevando su voz mientras agarraba la muñeca de Kaylin, impidiéndole dar otro sorbo a la potente bebida alcohólica.

"¿Por qué no?", preguntó Kaylin, entrecerrando los ojos molesta por la prohibición de Mario. Solo buscaba disfrutar del ambiente de la fiesta y disipar la incomodidad que, de manera inesperada, se había apoderado de su corazón después de aceptar la propuesta de Mario.

"Me preocupa que te emborraches", dijo él.

Kaylin rió ruidosamente. "¿Y qué si lo hago? Tú y Boby están aquí para cuidar de mí", dijo, escaneando la habitación en busca de su guardaespaldas personal. En cambio, su mirada se encontró con el hombre que había estado perturbando sus pensamientos, la misma imponente figura fría, caminando junto a la hermosa mujer con quien él había estado en el aeropuerto más temprano ese día. "¡Maldición! Así que vino a Dubai a disfrutar con su mujer, esposa o quien sea", se enfureció, apretando los puños con fuerza.

"¿Qué pasa?", preguntó Mario, notando la furia en su rostro. Buscó en la habitación para identificar la causa de su enojo.

"Estoy bien", mintió Kaylin, sin dejar de observar a Alexander y a la impresionante mujer dirigirse íntimamente hacia el segundo piso. "Solo estoy buscando a Boby".

"Boby está allí", Mario señaló al guardaespaldas de Kaylin, que se encontraba no muy lejos de ellos.

La mirada de Kaylin se desvió sin rumbo en la dirección que Mario indicaba; Alexander era quien quería ver, no a Boby. Su corazón ardía de resentimiento al ver a su ex amante con la belleza misteriosa, especialmente ahora que Alexander había desaparecido de su vista de alguna manera.

"Cariño, solo estaré un momento con mis amigos; espera aquí por mí. ¡No te vayas a ningún lado!", dijo Mario cariñosamente, acariciando su cabello antes de subir al segundo piso con sus amigos.

Kaylin asintió, su atención fija en la figura que se alejaba de Mario. La verdad era que le era indiferente lo que hicieran; su preocupación era únicamente por Alexander y la mujer que lo acompañaba.

Mientras esperaba a Mario, con sus pensamientos consumidos por Alexander, inconscientemente siguió bebiendo las bebidas dispuestas en la barra del bar. Sin darse cuenta de cuántas había consumido, su cabeza empezó a sentirse insoportablemente pesada.

"Señorita, ¿a dónde va?", preguntó Boby, quien había estado vigilando a Kaylin a cierta distancia, evitando que diera pasos tambaleantes.

"Quiero ver a mi amante", insistió Kaylin, sintiendo cómo su cabeza le palpitaba como si llevara una piedra colosal encima. "Oh Dios, ¿por qué todo está dando vueltas?" Se frotó los ojos, tratando de enfocarse en las personas a su alrededor.