Sobreviviendo Como La Extra

Melisa estaba recostada sobre el sofá, mientras va pasando las páginas de un libro, mientras que el emperador, esta tras su escritorio, habían quedado de verse para salir, pero se presentó algo muy importante que debía ser resuelto de inmediato.

- ¿esta seguro de querer hablar con mi padre?

- sería lo correcto, quiero que sepa que mis intenciones son serias.

- es probable que mi padre sepa sobre eso, insinuó algo la última vez que hable con él.

- conoce a los miembros de la corte imperial, no me sorprende que le hayan dicho.

- no importa, aunque sea mi padre, no puede decidir por mi.

Solo espera que cuando hable con el emperador, no lo haga sentir mal, no quiere que por ello se arruine todo. Conrad termina con su pendiente y le ofrece la mano a Melisa para ya puedan irse, de camino al carruaje, algunos funcionarios de la corte imperial, van pasando por los pasillos y les ven caminar juntos, ya habían escuchado rumores de que el emperador se ve con la hija del Duque Ruzek, pero verlo personalmente, comprueba que ese rumor es verdad, aunque, no les molesta, porque con la condición del emperador, que se case no representa ningún problema, pues el príncipe Liam tiene asegurado el trono y ahora que ya no tiene una prometida, algunos de ellos tienen la oportunidad de sugerir a sus hijas o nietas, de ese modo, quien logre el matrimonio, tendrá mucho más poder entre la corte, así que, pronto deben convocar una reunión para discutir ese asunto.

Por otro lado, Dalia estaba en el jardín de la princesa, entrenando esgrima con Liam, Dalia le pidió permiso a la princesa de dejarla practicar, pues cree que como su doncella debe estar preparada para cualquier emergencia, por supuesto Silvia acepto y le puso un profesor, cuando Liam se enteró le propuso ayudarla también, como una excusa para poder pasar tiempo con ella; al terminar, Dalia hace una reverencia ante Liam, pues ella ha perdido en ese pequeño duelo.

- gracias alteza, al parecer aun me falta años de entrenamiento para ganarle.

- para ser poco tiempo que llevas, has mejorado mucho, tienes talento para esto.

- gracias, espero que todo esto me sirva para proteger a la princesa. Se que tiene consigo guardias, pero, no esta de más que yo sepa también ayudar.

- gracias por pensar en proteger a mi hermana, pero, de ser posible, es mejor que se exponga al peligro, no quisiera que le pasara nada malo.

Dalia se sonroja por lo dicho y cuando Liam se da cuenta de lo que él mismo dijo, se sonroja de igual manera, desviando la vista mientras se rasca la nuca por los nervios, Dalia solo agacha la cabeza, jugando con sus propias manos.

- se supone que estaban entrenando, no coqueteando.

Los dos se ponen más rojos y niegan los dicho por la princesa, mientras ella les ve con una sonrisa burlona.

- jamás me atrevería a algo así princesa, solo soy una plebeya.

- Dalia, eso no importa. ¿Verdad hermano?

- ¿eh? C-cierto, no es importante el estatus.

Ya se puso rojo nuevamente, Dalia sonríe por sus palabras, ambos siempre son amables con ella, pero, sabe que no solo esta en ellos en tomar una decisión así, pues para la corte imperial, es importante que la futura emperatriz sea alguien con un estatus influyente. Por eso, es mejor no hacerse ideas de más, pues nisiquiera sabe que piensa realmente el príncipe de ella, puede que solo la trate bien debido a que es la doncella favorecida de la princesa. Silvia les dice que cada uno vaya a bañarse, pues ya es casi hora de la comida y quiere que ambos la acompañen.

Mientras que el carruaje donde iban Conrad y Melisa, se ha detenido en medio del camino, fuera, su grupo de guardias están peleando contra unos hombres que se han interpuesto en su camino.

- Melisa, quédate aquí, iré a ayudarlos.

- no debería bajar, esos hombres deben estar tras de usted.

- tranquila, soy muy bueno peleando y mi magia esta perfeccionada.

- presumido.

Conrad baja, ya que sus guardias están teniendo un poco de problemas, nunca imaginó que fuesen a ser atacados en medio del camino, habían hecho ese viaje incontables veces, como para que de un día para otro, fuesen atacados. Pronto la puerta del carruaje se abre, era uno de los hombres vestido de negro y con una máscara cubriendo su rostro, al estar dentro se lanza sobre Melisa, Conrad nota que el hombre a entrada, así que se apresura, pero cuando llega el hombre sale casi volando del carruaje cayendo lejos de este, Conrad nota que esta sangrando del pecho, Melisa esta parada en la puerta del carruaje.

- maldita basura...mi vestido ha quedado arruinado.

- Melisa ¿estas bien?

- si, esta sangre no es mía, es de él.

- pero...¿como es que...

- no eres el único que ha perfeccionado su magia.

- ¿estas bien? Acabas de matar a un hombre, eso podría ser traumatico.

- estoy bien...era un hombre malo...

No puede decirle que ella proviene de otro mundo, uno donde ella tenía una profesión, donde en ocasiones se veía obligada a matar al delincuente, si, ella fue una agente de policía, una patrullera, algo de bajo nivel, pero, en ocasiones, en redadas, si los delincuentes abrían fuego, ellos también debías hacerlo y en algunas ocasiones de vio obligada a matar a esos delincuentes, al principio si fue traumatico, pero se va superando y si, su muerte esta ligada a ese trabajo, pues sufrió un disparo letal, durante una balacera. Conrad sigue sorprendido por la tranquilidad de la chica pero debe dejarla para seguir peleando, hasta que ven llegar otros guardias, los bandidos deciden huir siendo perseguidos, mientras que Conrad regresa al carruaje y da la orden de mejor volver al palacio, por ahora es peligroso que vayan a otro lado.