Perdido Entre Tus Curvas

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Acaricio su pelo mientras la hacía una trenza improvisada viendo como estaba dibujando estando en la cama sentados los dos.

-Aiden – me llama con esa voz tan dulce.

-Mmm... - le digo para que continuara.

-Cuando has estado este tiempo sin venir a verme pensé... - hace una pequeña pausa mirándome por encima del hombro haciendo que dejara de hacerla la trenza mirándola a los ojos. - Que estabas de nuevo en ese sitio donde os tienen encerrados y no os dejan salir – la miro con detenimiento por unos segundos.

Suelto su pelo abrazándola pegándola contra mi pecho sentándola encima de mi regazo.

-Noa... - aparto su pelo a un lado para poder ver bien sus ojos. - Tu hermano Aiden está trabajando en sí mismo para no volver a ese sitio y dejarlo atrás, las cosas las ves fáciles, pero no son así son más complicadas como lo parece por eso no puedo sacarte de aquí tan rápido como me gustaría hay cosas que me lo impiden – se lo digo lo más suave posible para que me entendiera.

-¿Y porque no puedes llevarme contigo? Soy tu hermana si me llevas contigo a escondidas no pasa nada – la sonrió dejando un beso rápido en su mejilla.

-No puedo Noa... - la abrazo de nuevo. - Si te saco de aquí sin un permiso por delante me metería en un lio bien grande – ella hace un puchero.

-Ojalá las cosas fueran más fáciles... - me dice triste. - No recuerdo cómo eran mis padres verdaderos era demasiado pequeña - cierro mis ojos, no me gustaba verla así. - No quiero que esas personas malas te vuelvan a encerrar y no nos dejen hablar ni vernos como nos gustaría - abro mis ojos de nuevo posando mi mano en su mejilla acercándola para dejar un beso en su otra mejilla.

-Tranquila eso no pasará, nadie nos podrá separar te lo prometo, no me detendré hasta sacarte de aquí...

Pase bastante rato con ella hasta que mi tiempo de visita con ella termino, no quería que me fuera, pero no podía estar más tiempo en él orfanato, tampoco quería meter en un lio a Carmen que siempre estaba haciéndome favores.

Camino por él pasillo viendo a Noa en la puerta mirándome triste hasta que una de las chicas la mete dentro de su cuarto.

Pero antes de que la meta dentro de su cuarto logro escuchar.

-¡Adiós Aiden vuelve pronto!

Me espere en la puerta a que Carmen la abriera, cuando se escuchó él pitido de que estaba abierta la empuje abriéndola para pasar al otro lado.

Carmen sale de la cabina acercándose a mí.

-¿Un cigarro? - sonrió asintiendo con mi cabeza.

Con eso salimos afuera a la calle donde él aire fresco choca nuestros rostros ya siendo bastante tarde.

Saca él paquete de tabaco sacando un cigarro para mí y otro para ella, saco yo mi mechero encendiéndolo para luego dárselo a ella y que se lo encendiera.

-¿Cómo esta? - me pregunta cuando expulsa él humo mirándome.

-Ahora bien, de que me vio, pero me sigue haciendo las mismas preguntas de siempre – ladeo mi cabeza negando después. - Si las cosas fueran tan fáciles... - le digo dando una calada a mi cigarro.

-Ella tiene miedo a perderte, es una niña, pero se da cuenta de las cosas Aiden, os conozco a los dos como la palma de mi mano después de todo el tiempo que lleva ella aquí, tú estás luchando por ella solo mientras que ella quiere huir lo más lejos posible para poder sentir él cariño de su hermano – expulso él humo mientras la escucho.

-Lo sé, pero no me quieren dar su custodia porque estuve en la cárcel solo por matar a unos hijos de puta que no merecían respirar, además era más joven no pensé bien las cosas todo se me junto en ese tiempo – niego recordando de nuevo.

-Aiden no te rindas cariño sigue luchando por su custodia ya verás como llegara algún momento en que te la den – levanto mi cabeza mirándola para dar otra calada a mi cigarro y expulsar él humo.

-Hasta que no tenga un trabajo fijo con un sueldo nada, me siguen considerando un peligro para esta sociedad, aunque este libre, sigo siendo un asesino para los demás y para ellos supuestamente soy un peligro para Noa cuando le han dado custodia de sus hijos, hermanos hasta primos a personas peores que yo que en verdad si son un peligro para ellos – si hubiera sabido en su día que perdería más que ganaría sobre todo con Noa hubiera hecho las cosas de otro modo, pero igual no me arrepiento de lo que hice.

-Aiden tú no eres un peligro para Noa, no saben cómo es vuestra relación, pero igual sigue luchando sé que la vida a veces es muy jodida, pero si nos pone obstáculos es para que aprendamos y lo superemos es la única manera en la que nos hacemos más fuerte, yo sé que algún día vendrás con su custodia y podrán ser felices como se merecen los dos, porque, aunque no sean hermanos de sangre ella te quiere y te considera como un hermano de sangre – asiento con mi cabeza.

-Lo sé, los dos perdimos a nuestros padres muy pronto, pero él viejo cuando nos adoptó nos hizo juntarnos y yo también la quiero como mi hermana de sangre porque la he visto crecer – tiro la ceniza para volver a dar otra calada.

-Perdiste mucho en poco tiempo Aiden pero sé que él está orgulloso de ti este donde este, así que no te rindas por más veces que la vida sea una hija de puta contigo – deja reposada su mano en mi hombro mirándome directamente a los ojos.

-Gracias Carmen por saltarte las normas y dejarme pasar un rato con ella te traeré tu dulce la próxima vez que venga – ella me sonríe dejando un beso en mi mejilla.

-Aquí te estaremos esperando – asiento con mi cabeza sonriéndola.

Con eso me despido de ella alejándome del orfanato.

Me espero a que pasara un taxi por no ir andando y llegar más antes al almacén.

Pasan cinco minutos cuando un taxi se detiene, pero cuando me subo comienzo a dar vueltas de nuevo y decido no volver aun al almacén si no que le digo al taxista otra dirección que me dejaba cerca del club.

Pasan quince minutos cuando llegamos al sitio que le dije, saco él dinero dándoselo diciéndole después las gracias.

Comienzo a caminar por la calle hasta llegar a los cinco minutos al club deteniéndome en la puerta.

Me quedo unos segundos mirando la puerta viendo al segurata tieso dejando paso a las personas que entraban.

Me acerco viendo cómo me deja paso abriendo la puerta, entro escuchando al instante la música que tenían puesta.

Camino metiéndome más dentro del club viendo a otra chica ocupando el puesto de Evelyn más o menos a estas horas ella aún estaba trabajando.

Voy hacía la barra para pedir algo de beber para tener algo en la mano y no levantar sospechas.

Rápido me sirven mi bebida, me apoyo en la barra mirando en la dirección donde estaba los dos tubos y las chicas estaban bailando mientras los hombres las decían cosas y las tiraban billetes.

Bebo un trago observando los seguratas que había dentro, si quería llegar hasta él jefe tenía que saber cuánta protección tenía ya que me imagino que tendrá el despacho y lo más seguro tiene otros dos hombres o uno vigilando la puerta para que no entre cualquiera.

Es lo que suelen hacer los tipos como él, que no se sienten seguros y más cuando te dedicas a este negocio porque siempre tienes algún enemigo detrás.

Miro a mi otro lado cuando siento una mano tocar mi brazo, cuando me ladeo me encuentro con la amiga de Evelyn.

-Hola – me saluda teniendo que fingir que estaba haciendo su trabajo. - Perdona si me acerco demasiado es para que no sospechen, ¿Cómo esta Evelyn? - me pregunta ella demostrándome que estaba preocupada y si eran amigas de verdad no es para menos.

-No te preocupes entiendo, tardara en recuperarse por los golpes, pero está bien está en mi casa – ella posa su mano en mi cuello pegándose del todo contra mi cuerpo.

Se acerca a mi oído para después susurrarme...

-Dila que tenga cuidado él jefe ya se dio cuenta que se fue sin su permiso al no terminar con su trabajo y esta como loca al ver que no aparece – se separa para pasar ahora su mano por mi pecho fingiendo una sonrisa.

-Dime como puedo llegar hasta vuestro jefe – ella me mira un poco sorprendida porque le dijera eso.

-Eso es imposible, al menos que tengas negocios con él sobre... - mira hacía sus dos lados para después volver a pegarse a mí. - Droga... - se separa dejando un beso en mi mejilla.

La miro por unos segundos pensando.

-¿Tú podrías conseguirme que él hablara conmigo para negocios? - ella me mira pensándoselo.

-¿Estás seguro que quieres meterte con él? Todas le tenemos miedo las chicas que acaban en la calle muertas son por su culpa, no es un hombre de palabra, lo mejor es que digas a Evelyn que no vuelva que se aleje porque él jefe ira a buscarla cuando menos se lo espere y hay nadie la podrá salvar... - me dice con miedo en su voz.

Eso ya lo veremos...

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Evelyn Y Aiden (Esta foto la hizo una seguidora mía, gracias hermosa)