Luego de vivir una vida de forma sumisa, pensando que de esa forma todo era mejor, Luna muere en manos de un asesino, fuera de un supermercado a sus treinta años, arrepentida por no vivir de la forma en que quería, pide fervientemente una segunda oportunidad. ¡Que luna tan hermosa la de esta noche, lástima que no la podre ver más! piensa antes de morir desangrada. ¿Qué ocurrió?, desperté en un hospital, pero este no es mi cuerpo y ¿porque tengo orejas de conejo? Reencarnada en otro mundo, ocupando otro cuerpo, descubre que la chica tambien se llama Luna y la dificil vida que llevaba, ademas de que la intentaton asesinar y el principal sospechozo es un hombre que aparece en sus sueños, como un recuerdo de lo ocurrio, quien ademas es uno de sus compañeros de clase y un lobo blanco, uno de los principales peligros para los conejos. Asi comienza esta trama dondd Luna buscara al culpable para tomar venganza
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Capitulo 9: Un problema mas
Las actividades académicas comienzan desde las siete y media de la mañana hasta las cuatro de la tarde, las actividades extra curriculares se imparten desde las cuatro hasta las seis, Luna se levantó temprano para poder arreglarse a tiempo, el desayuno debía comerlo en el comedor, así que a las seis y media de la mañana salió hacia allí, pero antes paso por la enfermería para tratar la herida en su hombro. Estaba roja y un poco hinchada, además de que dolía cada vez que la tocaba.
- ¡Hola! – dice Luna al llegar a la enfermería y no ver a nadie allí – Necesito curar una herida, ¿hay alguien aquí? – comienza a caminar por la habitación buscando alguna señal de vida.
- Hola, buenos días – saluda de forma amable, un chico alto y apuesto, con una sonrisa encantadora.
- ¿Usted es el de enfermería? – le pregunta al hombre
- No – dice riendo – ¿te parezco tener edad para ser de enfermería?
- Pues, ahora que lo dice – lo mira fijamente – no, te ves muy joven.
- Soy Matheus, mucho gusto – le extiende la mano
- Luna – estrecha su mano.
- No eres nueva, ¿cierto? –le dice luego de devolverle su mano – es que creo haberte visto ya en el campus.
- No – responde rápidamente – no, es solo que, tuve un accidente y no podía asistir a clases – dice sonriendo.
- Bien, ¿Necesitas tratar una herida cierta? – le dice observándola
- Si, por eso buscaba a la enfermera – toca su hombro
- Creo, que puedo ayudarte si no es tan grave – le dice – ¿puedo ver? – la mira dudosa – prometo que no lo empeorare – sonríe
- Bien, creo que puedes ver – le dice, sube la manga de su camisa, para poder mostrarle.
- ¡Vaya! – dice sorprendido – es una mordedura, se ve dolorosa – la mira - ¿sabes quién fue?
- Pues, creo que ya tengo a alguien en mente – le dice, mientras piensa en Kaelth
- Si ese es el caso, deberías reportarlo de inmediato – camina hacia una repisa y abre las gavetas, sacando: guantes, solución salina, gasas, antiséptico y una venda – por suerte ya estoy familiarizado con este lugar – ríe
- ¿Tienes muchos accidentes? – pregunta mientras el hombre revisa la herida para comenzar a tratarla
- Mmmm, podría decirse – sonríe – soy algo torpe con las cosas – comienza a limpiar la herida con la solución salina y las gasas – Aguanta un poco – le dice, luego de ver en el rostro de la mujer que le dolía – bien, ahora apliquemos esto – destapa el antiséptico y lo aplica, por ultimo toma la venda y cubre la herida con ella, haciendo un vendaje no tan apretado, pero lo suficientemente firme para aguantarse- Listo, ya terminamos- dice feliz.
- Muchas gracias – sonríe – yo no hubiera podido hacer sola, al menos no tan bien como tú lo has hecho – le dice evaluando el resultado, luego baja la manga de la camisa, mira la hora en su teléfono – creo que ya debería irme, pero – le entrega el teléfono – podrías darme tu número, quiero agradecerte por lo que hiciste por mí el día de hoy – el hombre parecía sorprendido.
- Claro – dice sonriendo, toma el teléfono y anota su número – Estaré esperando tu llamada – entrega el teléfono.
- SI, muchas gracias nuevamente – le dice, antes de marcharse corriendo hacia el comedor, si no se apuraba llegaría tarde a clases.
El comedor era un área grande, parte de él se encontraba al aire libre, y la otra dentro de un chalet, donde se desbordaba una gran decoración con plantas y muebles a juego, las mesas de color blanco acentuaban todo el lugar, brindando un ambiente agradable a la vista. Los estudiantes que iban a la hora de la comida, debía presentar tickets que se compraban en la secretaria de la academia, luego le entregaban una bandeja con el menú del día. Por otro lado, para los más sofisticados, había menú de clientela, por el cual debían pagar directamente en la caja de compras del comedor, pero los precios eran exuberantes comparado con los tickets, aunque la mayoría prefería la segunda opción.
- Luna, si quieres te puede dar mis sobras – le dice Isabela en cuanto vio a Luna buscando mesa para sentarse a comer – Creo que es mejor que el menú para gente corriente como tú – ríe y las que la acompañaban en la mesa ríen igual – Por cierto, quería preguntarte, ¿disfrutaste tu baño nocturno? – ríen.
Haciendo caso omiso a la mujer, Luna decidió comer al aire libre, escogió una de las mesas del final y se sentó, comió lo mas rápido posible, procurando no ir tan rápido para no atragantarse, luego salió corriendo a la primera clase. Llego rápido al aula donde ya se encontraban todos, incluyendo al profesor.
- Buenos días señorita Branir, pase adelante y tome asiento – le dice el profesor a Luna. Había olvidado por completo que mi nuevo apellido es Branir, me sorprendió escucharlo.
- Gracias – entra en silencio y se sienta en el único asiento al final.
En este lugar existen las mismas clases que en mi mundo, matemáticas, física, química, biología, lenguas y deportes. El único problema es que las lenguas que se estudian en este lugar no son las acostumbradas en mi mundo y las demás cátedras son muy difíciles para mí, así que estoy en un aprieto en este momento, ya que Luna, la de este mundo es una chica genio quien estudia en esta prestigiosa academia gracias a una beca por excelencia.
- Señorita Branir – le dice el profesor luego de leer unas líneas del libro de texto - ¿podría traducir lo que acabo de leer en Sythar? - Dios, de esto no puedo salir tan fácil.
- Zaa-lith, synthar daroth – comenzó a leer, ¿Qué dicen estas palabras?, no logro entender nada y tampoco sé si mi pronunciación está del todo bien - Tharuun valoth, druvath. Le-thar, tayel korith, Ka-rah-thel, lor-ya, shoth – Al terminar de leer todos comenzaron a reír.
- Pésima su pronunciación y además la lectura estuvo mal – le dice el profesor de forma severa - ¿alguien más podría hacerlo? – comienza mirar entre los alumnos – Kaelth Kolvyn, ¿podría leerlo para nosotros? – sin protestar Kaelth se levantó con el libro en la mano y comenzó a leer.
- Zalith, sythar daroth- leía de forma fluida y su pronunciación era suave - Tharun valoth, druvath. Lethar, tayel korith, Karathel, loria, shoth. – Era un poema (¡Hola, fuego de la luna, la tierra fuerte canta! ¡Ser, vivir en emoción, adiós, agua, y brillo!), termino de leer y se sentó en su asiento.
- ¡Perfecto! – dice el profesor emocionado – Gracias señor Kolvyn, bien ahora pasemos al siguiente escrito – dice siguiendo la clase. Durante el resto de la clase, Luna estuvo cabeza abajo, tratando de estar perfil bajo para no llamar la atención del profesor y volver a pasar vergüenza, por suerte la clase termino sin que se volviera a mencionar su nombre – Bien, eso es todo por hoy – dice el hombre cerrando el libro de trabajo y guardando sus cosas - Kaelth Kolvyn y Luna Branir – dice antes de irse – pasen por la sala de profesores en el momento de su descanso.