La Luz De Mi Luna.

Al llegar a Egipto, su manada nos atacó en el aeropuerto, acabe con ellos, la rabia que sentía la descargaba en sus cadáveres.

- ¡Tranquilo hijo!, decía mi padre.

- Regrese a mi forma humana, mis ojos rojos lo miraban con odio.

- Se que me odias, pero la encontraremos.

- ¡Tu y tu estúpida familia!, lo tomé del cuello.

- ¡Basta!, gritaba mi madre.

Mis manos temblaban de odio, mi padre derramó lágrimas en sus ojos.

- ¡Esto es en lo que me convertiré, disfrútalo padre!.

- ¡Leltxu deja a tu padre!, gritaba mi mamá.

Lo baje lentamente, Irina me entrego una botella con el líquido que me ayuda a controlar mi furia.

- ¡Esto no va a durar siempre!, grite.

- Leltxu ella sigue viva, aún su aroma es fresco, decía Irina

- la encontraremos hijo, decía mi madre.

- Irina si me salgo de control tienes órdenes de matarme, ¡quedo claro!.

- ¿pero alfa?.

- ¡Es una maldita orden!, grite. No dejes que destruya vidas inocentes.

- no lo harás, decía mi madre.

- ¡Mamá somos bestias, monstruos sin control, maldecidos por zeus, no somos personas normales, somos animales!.

Irina me abrazo.

- Siempre te seré fiel mi hermano y sabes que siempre cumplo con tus órdenes, aunque me duela perderte, te prometo que cumpliré tu deseo, ahora vamos a casa, necesitamos mover bien nuestras piezas.

Nos quedamos en la mansión de un antiguo alfa que apoya a mi padre.

Mis hombres vigilaban la mansión donde se encontraba mi primo con sus hombres.

- ¡Hay que atacar ahora!, gritaba.

- Él tiene muchos hombres, decía mi padre.

- ¡Que vas a esperar a que la maten!, le grite.

- Por favor Leltxu ten paciencia, decía Irina.

- ¡Es mi luna la que se encuentra ahí!

- Si lo sabemos, decía mi madre.

- ¡Ok, entonces cuando atacaremos!, grite.

- Mañana atacaremos, cubriremos las salidas, no dejaremos que nadie escape.

- ¡Quiero a todos muertos!, grite.

- ¡Así será Leltxu!, decía Irina.

Esa noche mis hombres se alimentaban bien, algunos entrenaban en el patio trasero de la mansión. Sería algo tan fácil, entrar y salir con mi hermosa luna.

Esa noche no podía dormir, miraba la luna y le pedía que me regresara a mi Mate.

Vuelve a mi Amarís, decía en mi mente.

Gotm no dejaba de aullar en mi mente.

El no saber de ella por un mes nos estaba volviendo locos.

Partimos por la mañana, la mansión era enorme y se encontraba desprotegida.

- ¿Dónde están todos?, grite furioso. ¡No se supone que estaban vigilando, idiotas!, les gritaba a mis hombres.

- La mansión estaba vacía, escaparon por un pasadizo subterráneo, menciono Irina.

Gotm corría en el pasadizo, no dejaba de aullar.

Pero fue inútil, la salida daba al mar, creo que el muy cobarde escapó de nuevo.

Cuando salí del pasadizo, mire a mi beta estaba furioso, iba a terminar con Irina, Walter salto y le destroce el brazo. Irina me golpeó con una silla en el hocico.

- ¡Ya basta!, gritó mi madre.

Bebí con desesperación la botella con el líquido que mantenía mi lobo dormido.

Ella estuvo aquí podía sentir su aroma, rastreamos toda la mansión y no encontré rastros de mi amada.

Me sentía devastado, mi peor pesadilla era perderla y eso me atormentaba.

Regresamos a París, me arroje en nuestra cama, podía sentir su aroma en la almohada, mi Amarís vuelve a mi lloraba.

Aún puedo sentir su presencia en este mundo, se que sigue viva.

Mi padre entró a la habitación.

- Lo lamento tanto hijo, ya tenemos la nueva ubicación, ya mandé a tus mejores hombres a qué vigilen a esa rata. Leltxu se que no es el momento pero necesito saber que harás si no la encuentras hijo, tal vez si tomas la poción para controlarte te ayude a tomar una nueva Luna.

Mire a mi padre con desprecio, era increíble que me estuviera diciendo estás cosas justo cuando estoy sufriendo por ella.

- ¡Ahora no padre!, dije molesto.

- Pero piénsalo bien.

- ¡Dije que ahora no, padre!, grite.

El salió molesto de la habitación pero la verdad es que yo no tenía cabeza para pensar en alguien más, mi mente y mi cuerpo solo piden que ella regrese a mi, Gotm no deja de molestarme en destruir todo, yo también quiero acabar con todo.

Quiero que sufran todos, todo estaría bien si solo nos hubieran dejado vivir nuestro amor, pero quieren cualquier pretexto para destruirme y destruir a mi padre, sé que tenemos que pagar las consecuencias de nuestros actos, por qué mi padre no tuvo el valor de matar a su hermano, pero él merecía morir, devoro niños, acabo con familias enteras, por otro lado, tan bien puedo entender a mi padre pues yo haría lo que fuera por qué mi hermano estuviera vivo.

Pero este maldito dolor de perder a tu alma gemela te consume, sientes como consume tus huesos y llega hasta el alma, creo que yo me comportare igual que mi tío, acabaría con todo aquel que se colocará frente a mi, sin importar si fuera un niño o una madre.

Mi madre entro a la habitación y me abrazo.

- Cariño, yo sé que aún la sientes, pero podemos ganar tiempo si decides escoger a otra luna, Irina y yo nos encargaremos de encontrarla, ya lo hicimos una vez y podemos volver a encontrarla.

Además si ella aún sigue viva, volverá a ti cariño.

- ¡No quiero escoger a nadie, que no puedes entender!.

- Si Amarís aparece antes de la luna llena, tu y ella pueden huir juntos, sin necesidad de marcar a otra, yo te puedo ayudar.

- Me lo prometes

- Claro cariño, para mí no hay nada más importante que tu felicidad.

- ¿Y a quien propones?

- Elegí a Serena, así calmaremos al idiota de su padre que se siente traicionado por faltar a nuestro contrato.

- ¡Ella trató mal a mi Amarís!

- Si lo sé, pero necesitamos calmar a la manada.

- Si eso te parece, aceptó madre

- Funcionará cariño, te lo prometo.

Ella me abrazo.

La abrace como un niño pequeño, no pude evitar llorar en los brazos de mi madre.

- Ella es todo para mí, sin ella estoy perdido.

- Lo sé mi amor. Voy a bajar para dar la noticia.

- Si madre.

Mire por la ventana y salte, corría por el bosque y deje que Gotm saliera, se que siente que se asfixia en mi cabeza.

Podíamos sentir el frío del viento sobre nuestro pelaje, la luna comenzaba a salir, subí a lo más alto de la montaña y aulle a la diosa.

Le llore que regresara a mi Mate, que me regresé a mi luna.

Aulle al viento que la esperaba y que no renunciaré a ella.