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Esencia De Oso

Esencia De Oso

Status: En proceso
Genre:Vampiro / Hombre lobo / Apoyo mutuo
Popularitas:1.7k
Nilai: 5
nombre de autor: IdyHistorias

Un chico se queda solo en un pueblo desconocido después de perder a su madre. Y de repente, se despierta siendo un osezno. ¡Literalmente! Días de andar perdido en el bosque, sin saber cómo cazar ni sobrevivir. Justo cuando piensa que no puede estar más perdido, un lince emerge de las sombras... y se transforma en un hombre justo delante de él. ¡¿Qué?! ¿Cómo es posible? El osezno se queda con la boca abierta y emite un sonido desesperado: 'Enseñame', piensa pero solo sale un ronco gruñido de su garganta.

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Como perro y gato

Al volver a la cabaña de Tobías, noté más detalles que antes, ahora que mi mente estaba un poco más clara. Por fuera, su casa tenía un aire rústico que encajaba perfectamente con la parte final del bosque. Parecía como si la madera y la piedra de la cabaña hubieran brotado del mismo suelo, pero al cruzar la puerta, todo era distinto. Había detalles de modernidad: una cocina bien equipada, luces suaves que iluminaban el espacio y una sala acogedora con muebles que parecían recién comprados.

Me llevó a la habitación que sería mía por el momento. Había una cama cómoda, y sobre ella, una manta gruesa que parecía hecha de piel. La observé un momento y, sin poder evitarlo, pregunté:

—¿Es… piel de verdad?

Tobías, que estaba apoyado en el marco de la puerta, se echó a reír.

—No, no es piel natural. Es sintética, pero da la sensación de abrigo, como tu propia piel de oso. —Se encogió de hombros—. Los primeros cambios y regresos a tu forma humana pueden dejarte sintiéndote extraño. La manta ayuda. O… podrías optar por la otra opción: que duerma a tu lado en mi forma de lince.

—La manta está bien —respondí rápidamente, y Tobías rió aún más fuerte, su risa resonando por la cabaña.

Me dejé caer en la cama, el cansancio todavía tirando de mí, pero ahora con un calor más reconfortante. Tobías se acercó y me miró con algo de seriedad.

—Mañana hablaremos de la escuela y esas cosas —dijo, y pude notar que realmente le preocupaba mi situación.

—¿Por qué eres así de… amable conmigo? —le pregunté, sintiendo que la pregunta me salía sin pensar.

Era un chico al que apenas conocía, y sin embargo, me había ayudado sin dudarlo. Era algo que no había esperado. Tobías se cruzó de brazos y me observó, como si considerara la mejor forma de responder.

—No voy a decirte que todos los cambiaformas somos buenos. Hay buenos y malos, igual que los humanos. Pero nuestro instinto básico nos ayuda a saber en quién confiar.

—¿Entonces…? —Me senté un poco más en la cama, intrigado—. ¿Puedo usar mi instinto para saber quién es bueno o malo?

Tobías negó con la cabeza, con una expresión pensativa.

—Tu instinto te llevará hacia personas como tú. Si tu naturaleza es mala, terminarás usando ese instinto para rodearte de gente que también lo es. —Sus ojos se encontraron con los míos, y hubo un destello de seriedad en su mirada—. Así que cuida tu corazón, muchacho. Y además… —Hizo una pausa, y una sonrisa astuta volvió a sus labios—. Ya te he dicho que los linces y los osos nos llevamos bien. Siempre es bueno tener un oso amigo.

Su comentario me hizo sonreír, y por un momento, la tristeza y el miedo se desvanecieron un poco. Puede que estuviera perdido en un mundo que apenas empezaba a conocer, pero al menos no estaba completamente solo.

Estábamos desayunando, y la comida tenía un sabor diferente en esta casa, como si el aire del bosque le añadiera algo especial. Tobías había comenzado a hablarme de la escuela, explicando que empezaría las clases cuando comenzara el semestre.

—Si logras controlar tus cambios de forma antes —dijo—, podrías entrar a mitad de curso. Pero necesitas asegurarte de que no te transformes por accidente, ¿entiendes?

Lo entendí de inmediato. La última cosa que quería era cambiar a mitad de clase, o peor, regresar a mi forma humana y quedarme desnudo en medio del gimnasio. Solo pensar en ello me hizo sonrojarme.

Mientras masticaba un pedazo de pan, sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Era como si una energía diferente hubiera entrado en el aire. Me volví hacia la puerta, desconcertado.

Tobías se levantó, revolviéndome el cabello como un hermano mayor fastidioso.

—Lo que acabas de sentir es un lobo —me dijo con una sonrisa—. Recuerda esa sensación. Con el tiempo, sabrás diferenciarnos y reconocer quién es quién sin necesidad de vernos.

Me puse de pie, los nervios despertándose en mi pecho. Sabía que linces y lobos no se llevaban precisamente bien, y mis pensamientos se agitaron. Tobías, sin embargo, parecía más entretenido que preocupado. Caminó hasta la puerta y la abrió, llamando en un tono burlón.

—¡Ven, cachorrito! ¿Quién quiere un hueso, eh?

El hombre que apareció en el umbral frunció el ceño, mirándolo con irritación. Era alto, con el cabello castaño desordenado y una presencia que imponía.

—Muy gracioso, gato —gruñó el hombre.

Tobías se encogió de hombros, sonriendo ampliamente.

—Oh, vamos, Dean. Es un clásico. Nunca falla.

Dean, el lobo, le dio tres palmadas ruidosas en la espalda, y el golpe sonó como si hubiese sacudido los cimientos de la cabaña.

—¿Y dónde está tu bola de pelos? —dijo Dean, con una sonrisa divertida.

Miré la escena, sintiéndome completamente perdido. Tobías, con una sonrisa, me presentó al lobo.

—Derek, este es Dean. Un amigo lobo.

Sin pensar, solté lo que tenía en mente.

—¿No se supone que ustedes dos se llevan como perros y gatos?

Dean soltó una carcajada, mientras Tobías sonreía con los ojos llenos de diversión.

—Algo así —respondió Dean, encogiéndose de hombros—. Pero somos civilizados. Y además, es más divertido burlarse los unos de los otros que pelear.

Tobías añadió, como si esto fuera un asunto cotidiano:

—Claro, a veces hay rencillas o algún golpe por aquí y por allá, pero respetamos los acuerdos.

Tobías me miró y explicó por qué había llamado a Dean.

—Pensé que sería bueno que conocieras a otro cambiaformas. Así puedes ver que no somos monstruos ni nada parecido. Solo somos humanos con un toque animal.

Dean rodó los ojos como si estuviera acostumbrado a esas explicaciones, pero luego me miró con una sonrisa franca.

—Tobías me contó un poco de tu situación. —Se estiró como un lobo que acaba de despertarse—. Voy a enseñarte cómo transformarte y volver a tu forma humana.

—¿Por qué no Tobías? —pregunté, sin entender por qué no podía ser él quien me ayudara.

Tobías se estiró a su vez, con el aire relajado de siempre.

—Los gatos somos más… tranquilos. Es fácil para nosotros concentrarnos. Los lobos, en cambio, son como cachorros. Se distraen, se estresan, se sobreexcitan. Pero tú eres un oso, un término medio, así que ¿quién mejor que un lobo emocional para enseñarte? —Soltó una risa ligera—. Será todo un espectáculo.

Dean puso los ojos en blanco, pero había una sonrisa en su rostro.

—Vamos a ver si sobrevives a esto, chico.

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Martha Martina
x favor escritora continúa con la historia xq es brillante y muy hermosa 😭x favor 👏
Martha Martina
increíblemente hermoso espero que la autora siga contando la historia xq es taaaan buena muchacha felicidades hermosísima historia 😢😘❤️♦️❤️
IdyHistorias: La autora se fue de vacaciones pero ya volvió … 🫣
total 1 replies
~§~*NAY*~§~
llore😭
Greiselyn lisbeth
se ve interesante 😉
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