Nací dentro de una familia con bastante poder y recursos que por culpa mía, terminaron por perderse o cediendo a otros.
Terminé en la cárcel por fraude e intento de asesinato, extorsión y amenaza premeditado hacia la única persona que creyó en mí. Sola en mi celda pagando por mis pecados y errores, en plena oscuridad y un silencio mortal e incesante, sentí una punzada en el abdomen y la sensación de que me había mojado la camiseta, pronto percibí el olor de la sangre y pese a lo oscuro que estaba vi a través de los rayos de la luz de la luna llena que entraban por los barrotes de la ventana que daba afuera, la sangre que brotaba de mi interior, mis manos se mancharon de sangre enseguida y en ese momento de desesperación una voz retumbó en las paredes de mi celda.
"Tu destino será morir a menos de que cambies tu rumbo..."
Rogué y supliqué por cambiarlo y luego de eso la oscuridad invadió mi campo visual y supe que había llegado mi hora.
NovelToon tiene autorización de Tania Uribe para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 2: Comenzar de nuevo
AILA
Tenían una idea bastante clara acerca de quién era el Duque de Hess, un hombre serio, de pocas palabras, muy poco conversador y reservado, pocas veces se dejaba ver en eventos y fiestas importantes. Cuando lo traté la primera vez él ni siquiera se atrevió a mirarme y entonces le dije que era un amargado y me fui de ahí arruinando la oportunidad de mi Padre de hacer negocios con él, y eso lo hice por segunda vez, la tercera fue en un evento de caridad y eso... fue la gota que derramó el vaso. Fue el fin porque... mi Padre lo convenció de que se casara conmigo y yo, en cambio, fui muy cruel y grosera.
Luego de ese evento mi Padre me golpeó con tanta fuerza y agresividad que mi espalda terminó sangrando con cada corte y laceración, hasta el punto en que me dejó encerrada en mi habitación, sin ver a nadie, cubierta de sangre la espalda, quedé con cicatrices en la espalda como una lección por haberme burlado del Duque de Hess, quedé con marcas y eso me dejó traumatizada, nunca usé nada que dejara ver mi espalda.
Respiré profundo mientras bajaba las escaleras deseando que todo saliera como tenía planeado. Entonces miré a mi alrededor que todo seguía igual a como lo recordaba.
Las escaleras de color avellana y la alfombra que las cubría que era de un tono más suave, mis pisadas resonaban por toda la casa. Lo cual no era sorprendente porque desde los catorce años comencé a usar tacones y luego de eso se convirtieron en mis zapatos del diario.
Sin embargo, los tacones que usaba antes eran de aguja de diez centímetros, los cuales eran innecesarios, pero mi orgullo y deseo de destacar me hacían usar esos zapatos que me eran incómodos e insoportables.
Terminé de bajar las escaleras y vi a mi Madre sentada en la sala de estar con elegancia bebiendo una taza de té mientras leía el periódico como era su costumbre. Ella era una mujer elegante y refinada, además de sencilla y amable, todo lo contrario a lo que era yo en mi vida pasada.
Sus ojos cafés se posaron en mí al verme llegar, sonrió y me hizo una seña para que me acercara, dejó su taza sobre la mesa de centro de vidrio templado.
—Aila, ven por favor—. Me dijo aún sonriendo. Fui hacia donde estaba y con algo de dudas me senté a su lado. Sabía lo que iba a decirme y por su expresión supe que ella esperaba que mi reacción fuera mala.—Hija, debo decirte algo—. Asentí esperando con ansias lo que me iba a decir.
—Te vas a casar con el Duque de Hess—. Hubo un silencio incómodo que hizo que mi Madre comenzara a ponerse ansiosa, tocándose el cabello con desesperación hasta el punto en que apretaba con fuerza el plato de la taza que sostenía. Pobre de mi Madre...
—¿El que es conocido como la 'Bestia de Hess'?—Asintió nerviosa a mi duda.—Mamá, no te pongas nerviosa. Sé qué clase de hombre es y entiendo que estés preocupada por mí, pero quiero que sepas que voy a estar bien y sí... resulta ser peor de lo que dicen, entonces me divorciaré y vendré aquí.
Me miró con los ojos muy abiertos tanto que casi dejó caer su taza de porcelana favorita a la alfombra gris claro.
—¿Quién eres? ¿Y qué hiciste con hija?—No pude evitar reírme, me reí tanto que estuve a un paso de caerme del sofá, porque mi Madre evitó que cayera sujetando mi mano.
Luego de unos minutos dejé de reírme.
—Mamá soy yo, nadie ha cambiado a tu hija. Realmente soy yo, no te asustes—. Le dije tomando su mano. Pobre de mi Madre... realmente la había hecho sufrir tanto en el pasado, y ahora que tenía la oportunidad de cambiar eso ella me miraba con desconcierto y sorpresa.
En el pasado le dije muchas cosas hirientes y peor aún en aquel evento de caridad hice todo un escándalo y por ende avergoncé a mi familia con la gran falta de respeto que le hice pasar al Duque de Hess.
—Perdóname hija, pero... esperaba que reaccionaras de otra manera, sinceramente esto me sorprendió mucho. ¿Estás dispuesta a conocer al Duque de Hess?—Preguntó mi pobre Madre nerviosa, esperando ver a la antigua Aila que conocía.
—Lo haré, sé que es importante para papá. Pero yo espero que el Duque de Hess, no sea como... lo han descrito—. No sabía de qué forma decirlo, pero afortunadamente mi mamá me entendió en cuanto la personalidad de ese hombre.
—Sé lo que quieres decir, yo solo espero que no sea ese hombre tan... despectivo y tan….
—¿cruel y sanguinario?—Pregunté completando la oración.
—Así es, y por favor no lo digas frente a tu Padre y hermanos. No queremos que se repita lo de la cena con su socio principal...—Dijo aún recordando aquel bochornoso momento en el que mi Padre y hermanos metieron la pata luego de que dijeron que la calidad de las telas del Grupo Vanselow era inferior a comparación con las del Grupo Van Hansen, lo cual fue un desastre. Pero al final el socio de mi Padre fue comprensivo y al final dejaron de comprar telas al Grupo Vanselow.
—¿Cuándo vendrá el Duque de Hess?—Volviendo al tema inicial. Mi Madre me miró con desconcierto, pero al mismo tiempo intrigada por mi repentino interés. No la culpaba...
—Lo verás en el evento de caridad que está organizando la Familia Württemberg, y por favor no te pelees con su hija, estoy harta de pedir disculpas—. Asentí recordando todas las peleas y discusiones que tuve con la hija de los Württemberg. Desde cosas insignificantes como un listón o un broche hasta por un hombre, lo cual siendo honesta yo fui demasiado infantil e inmadura en cada discusión y pelea.
—Me sorprende tanto que estés tomando este asunto con mucha tranquilidad Aila, ¿Acaso estás tramando algo? ¿O algo o alguien te amenazó de muerte en tus sueños anoche? Porque anoche cuando quisimos decirte lo de tu compromiso, dijiste que ningún hombre era suficiente para cumplir con tus exigencias—. Había dicho eso, es cierto. Pero no podía decirle que había muerto y después renacido para arreglar las cosas, eso no podía decirlo.
—Simplemente, me di cuenta de que fui muy injusta con ustedes, perdón mamá—. Mi Madre me miró con sorpresa al principio, pero después acercó su mano y acarició mi mejilla de forma maternal.
—Bueno, no discutiré eso ahora. Vete tienes mucho trabajo, seguramente. ¿No?—Dijo recordándome que debía comenzar mi trabajo.
Me fui luego de comer un croissant y un café. Subí a mi habitación y tomé mi mochila ya lista para irme.
Salí de casa pensando en que todo sería diferente, que ya no sería la misma del pasado, sería mejor.