A sus 30 años Dennis Donovan se mantiene soltero y en buen estado físico, mantiene en secreto su obsesión por la sobrina latina de su vecina.
Penélope una chica curvilinea de 20 años cruza por una etapa fuerte en su vida, luego de perder a su padre.
Dennis quiere acercarse a ella pero la idea de perder el control estando cerca lo lleva a alejarse aún más, pero encontrará la manera de acercarse. Solo espera lograrlo.
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Adaptándose.
El día se encontraba terminando, el jefe de Penélope, había llegado para pasar cuenta de la caja y pagarle las horas de trabajo a Penélope, su tío Rogelio paso a buscarla para que no se volviera sola a la casa y de paso enseñarle el camino que ella tendría que hacer, cuando vieja en el autobús. En el camino de regreso, su tía había llamado a Rogelio para avisarle que la cena ya estaba hecha y que no se tardaran, pero el aviso que se tardaría porque llevaría a su sobrina a la plaza para poder hablar. Su tío entendía muy bien como se sentía su sobrina y por lo que estaba pasando, solo que no quería hablar del tema en su casa, porque su hija Gloria siempre molestaba a Penélope. Una vez que llegaron, se sentaron y su tío le dio una gran caja con un moño.
—Sé que es muy pronto pero feliz cumpleaños. — Penélope quedo atónita por el regalo. — Se tarde casi 3 semanas en venir desde Argentina. —
—Gracias, tío. — de la caja saca, un juego de mate y termo.
—Penni, sé que no estás feliz con venir aquí y que tampoco te agrada la idea de vivir con nosotros. — hablo mirando al frente. — Pero prometo hacer lo mejor para que te quedes con nosotros. —
—Tío no es que no quiera quedarme, es el hecho que mi madre en ningún momento me llamo o me mando mensaje para saber cómo estoy. — hablo con suspiros.
—Penni, no debería pensar de más, ella siempre pensó en ella. — revelo.
—Pero soy su hija. — deja el regalo a un lado. — Ahora entiendo, del porqué me crio mi padre. —
—En realidad, no es así como lo piensas… — Penélope se seca las lágrimas.
—¿A qué te refieres tío? —
—Cuando naciste, tus padres se habían divorciado te quedaste con tu madre hasta que cumpliste dos años… — se queda callado. —Tu madre llamo a Hernán, pidiéndole que viniera a buscarte y le pidió que no te trajera de regreso. — Penélope se quedó en shock.
—Gracias, ahora entiendo muchas cosas sobre ella. —
Rogelio abraza a su sobrina y ambos se quedan, mirando a los niños que juego mientras que se consuelan con pequeños abrazos que reconfortan el alma y corazón de Penélope. En la casa de Dennis, se escucha como se queja entre dientes después de que Penélope lo echara de la tienda, mientras que golpe un saco de boxeo. Se escucha como golpean la puerta y por esta su hermano Frederik entra, recostándose sobre la cama, y mira su celular.
—Supe que la sobrina de Sofía, te mando a volar. — revelo con un tono de voz divertida.
—¿Sí? No me diga… — golpea con más fuerza. — Es niña tonta. No es la misma. —
—Sí, pero tiene sus razones para estar así. — sé sienta en la cama.
—¿Qué razones puede tener para ser tan gruñona y malhumorada? —
—Cuando pierdes a tu padre en un accidente, todo en ti cambia. — refirió, dejando el celular en la cama.
Dennis, dejo de golpear el saco y mira a su hermano se sienta a su lado para mirar el celular. Llevándose la sorpresa que en las noticias de Argentina, sale el reportaje en donde describen que un profesor de la facultad de derecho, muy conocido murió en un trágico accidente luego de caer por un puente. Agitado Dennis se saca los guantes y los deja sobre la cama, acercándose a la ventana y ver como Penélope y su tío llegaban a la casa, y ella sonríe.
—Toda una actriz. — sonríe de lado.
A la mañana siguiente, Sofía se despierta emocionada por qué tendría la oportunidad de hacer que su sobrina a que conozca a sus abuelos maternos, aunque a Rogelio no le gustaba la idea. Saber que su sobrina a la que siempre negaron, quieran conocer de golpe luego de que su padre muriera.
—Mamá ¿Por qué hay tantas flores? — pregunto Gloria, sujetándose el pelo. — ¿Y Penni? —
—Hoy vienen tus abuelos, y quieren conocerla. — expreso, terminando de inflar los globos. — Y Pen está terminando de bañarse. —
—Mamá hoy saldremos a bailar con mis amigas. — aviso con una sonrisa.
—Gloria, tienes que llevar a Pen contigo. No quiero que se quede sola en la casa. — menciono Rogelio, bebiendo de su café.
—¿Y por qué tiene que venir conmigo? — la mirada de Rogelio, hace molestar a Gloria. — Está bien, solamente avísale. Me voy. —
—Sofía, deberíamos ir más despacio con Pen. — sugirió. — Ella aún se está adaptando. —
—Amor son mis padres, son sus abuelos. — Rogelio se levantó molesto de la silla.
—Ellos la negaron y ahora la quieren conocer. Y tu hermana, aún no habla con su propia hija. — reclamo, saliendo del casa.
Al salir de la casa, Penélope sale del baño con la ropa que su tía le regalo para ir a trabajar aunque la fiesta seria a la noche Sofía le avisa que trate salir temprano, porque tiene que conocer a dos personas. En su habitación, Penélope busca su borcegos para ponérselos, pero no los encuentra. Su pantalón palazo de color crema y su camisa blanca, que hacen juego con las bailarinas que su tía le regalo.
—Este no es mi estilo. — se maquilla y sale.
En el camino, escucha una voz conocida y voltea para encontrase con Evan López, que se acerca a ella corriendo con una sonrisa, para poder hablar.
—Hola Penélope. ¿Cómo está tu rodilla? — se quita los auriculares.
—¡Evan! Bien gracias por preguntar. — le sonríe. — ¿Ejercitándote? —
—Sí, quería un poco de aire fresco. — se le queda mirándola. —¿A dónde vas? —
—Tengo que trabajar, ahora… y quiero buscar, un lugar en donde vivir. — Evan se sorprende.
—Ah yo podría ayudarte con eso. — una gran sonrisa se formó en los labios de Penélope.
—Gracias, pero tengo que irme o llegaré tarde. — quiere avanzar pero Evan la sostiene de la mano.
—Espera aquí. — y se va corriendo.
Penélope espera mientras que Evan corre hasta desaparecer entre la gente que viene caminando. Cuando llego, se detiene enfrente de la joven y abre la puerta, Penélope se sube a auto y se abrocha el cinturón. Hablan mientras conducen, conociéndose y Evan descubre lo que le paso al padre de Penélope y del porqué se quedara a vivir en España, pero sobre todo descubre que ella es 15 años menor que él. Algo que lo sorprendió mucho.
—Gracias por traerme, Evan. — agradeció saliendo del auto.
—De nada, nos vemos en la noche. — dijo alejándose de ahí.
En la casa de Dennis, quien los veía desde su balcón y como el que decía ser su amigo, le coquetea a una chica que es 15 años menor que él, aprieta el puño respira profundo y bebe de su té. Vuelve a dentro y se cambia, para irse a trabajar. Mira la invitación a la fiesta de bienvenida que Sofía le dio esa misma mañana.
Al terminar sale preparado y se pone en marcha, a la mini empresa pero en camino a su auto, su hermano Frederik le pide que lo deje cerca de la universidad de arte.
Mientras que maneja su hermano la avisa que asistirá a la fiesta que Sofía le tiene preparado a Penélope y que estaría bien que él también asiste. Pensó durante todo el día pero no aún así logró comprender del porque Sofía lo había invitado.
Dennis quiso habla en una vez con Penélope, antes de la fiesta pero sabía mu bien que la noche anterior había arruinado todo con ella, no quería seguir arruinando la relación que puede volver a surgir.
—Veamos que tiene la gordis está noche, para nosotros. — se sienta en su silla y mira la foto del padre de Penélope.
En la casa de Evan, llegó Rogelio buscando con quien hablar antes de salir a trabajar. Sabía que Evan tenía una buena relación con su sobrina, y lo invitaría para que pudieran llevarse mejor.
Toca el timbre pero no sale nadie, supuso que lo estaba en casa.
—Volveré más tarde. — volteo y se marcha.
Dennis decidió salir temprano de trabajar, iría a hablar con Penélope para intentar llevarse bien con la chica pero se anticipa por si la joven se niega a querer arreglar la situacion.
Llegó al trabajo de Penélope, y se queda parado con las manos en los bolsillos mirandola como intenta adoptarse a su nueva vida, a su nuevo país, a su nueva familia.
Pensó en marcharse, pero la voz de Evan lo llevó a ponerse serio y girarse para mirarlo.
—Quien lo diría que un Donovan, vigilará a la pequeña Penélope. — experso con una sonrisa.
—¿Yo vigilarla? — bromeó. — Sólo vine a comprar velas. —
—Entonces tienes que pasar. — Evan l o sujeta del brazo arrastrando lo a dentro. — Pen, vinimos a comprar. —
Evan se anunció y Penélope sonrió pero al ver a Dennis su sonrisa se evaporó en segundoa, mientras que termina de atender a los clientes siente los ojos de Dennis sobre ella poniéndola nerviosa, imposible que pueda concentrarse.
Al irse el último cliente, Penélope se acerca a ellos quienes tocan la mayoría e las velas. Ambos le piden un tipo especial de velas, pero cuando le tocó atender a Dennis, lo hacía de manera directa y prefería hablar con Evan.
—Eh, Croissant necesito que me a tiendas. — ella suspira y enbolsa las velas.
—Gracias por venir, vuelva pronto. — extienda su mano.
—Deberias ser más considerada, soy un cliente. — Ella respira profundo. — No quiero estas velas. —
—Lo siento señor, pero ya las compró. Si quiere cambiar tiene que esperar... — él la interrumpe.
—Nada. Tienes que atender mis necesidades. — hablo deanera altanera. — Ahora quiero otras velas.
Dennis y Penélope se miran a los ojos, desafiandose los dos como si quisieran gritar se groserías entre los dos. Hasta que Penélope se sonroja y este sonríe de manera victoriosa, de mala manera se aparta del mostrador y camina a los estantes de las velas personalizadas.
—¿Alguna en específico señor? — aquella palabra molestó a Dennis.
—Soy Dennis para ti. — Penélope cerró los ojos y los abrió mirándolo.
—Escucha pedazo de estúpido, te calmas o te acomodó los patos. — Hablo entre dientes, mirándolo a los ojos.
—Deja a mis pato en paz. No quiero que te los comas. — bromeó, haciendola sentir triste.
Dennis da un paso hacia delante, quedando más cerca de ella, y vuelve a sonreír cuando nota su pequeña estatura, la observa con más cuidado notando que todo en ella es pequeño incluyendo sus pies. Aprieta sus manos al querer tocar la piel, de la chica baja su mirada a los labios los cuales frente con molestia.
Su respiración chica contra la frente de Penélope, Evan nota la tensión entre los dos y separa a Dennis de ella. Ambos salen de la tienda, sin nada en las manos.
—¿Dennis que crees que estas haciendo? — pregunto Evan.
—¿Porque preguntas? — se acerca a su auto.
—Oye, ella es menor... No te vallas a meter en problemas. — aconsejó.
—¿Yo y Croissant? Quiero una mujer no una aspiradora de comida. — argumentó, mirando hacia atrás. — Vámonos tengo que prepararme para está noche. —
—Entonces yo ir por ella. — pensó Evan mientras se sube a su auto.