¿Cuál Es La Verdadera Cara de Julieta Sanz?
Julieta Sanz una joven que ha vivido su vida bajo el control de su madre y religión. Aparentemente teniendo la vida perfecta, con el novio perfecto siendo incluso admirada y envidiada por la máscara perfecta que lleva consigo.
Todo eso cambia cuando conoce a Magnus, un hombre que cambia por completo su vida.
Israel es un viejo amigo de Julieta que ahora es policía y se ve involucrado en la historia cuando una llamada lo despierta en mitad de la noche.
¿La verdadera cara de Julieta, será realmente la de un mounstro o la de un simple humano?.
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Capitulo 12: Ese mundo.
— ¿Lo que no sabías que podía existir en tí?— Preguntó Magnus acercándose a mi— ¿Osea que vives escondiendo lo que eres?
El pareció entender a lo que me refería sin siquiera haberle dado una explicación.
— Lo intente... Intente reprimirme pero si lo sigo haciendo terminaré acabando con mi vida— contesté acercandome a el, implorandole con la mirada que me salvará.
Magnus se detuvo un instante y me observó como esperando que dijera algo más.
— Quiero saber cómo es el mundo en el que nunca he vivido, en el que tanto he deseado estar — dije desesperada dispuesta a vender mi alma para encontrar algún sentido a la vida.
Magnus asintió lentamente, como si estuviera procesando mis palabras. Luego, se acercó un poco más a mí, y levantó mi mentón con su mano.
—Entiendo— dijo. —Quieres experimentar la libertad que siempre has anhelado.
Me miró fijamente y yo asentí, sintiendo que Magnus realmente entendía lo que yo estaba pasando.
—Sí— dije, mi voz apenas un susurro. —Quiero saber cómo es vivir sin máscaras, sin fingir ser alguien que no soy.
Magnus sonrió, una sonrisa cálida y genuina.
—Te mostraré— dijo. —Te mostraré cómo es vivir en ese mundo.
Magnus me enseñó todo lo que envolvía estar en su mundo y entre más me gustaba, más me dolía imaginar que un día tenía que renunciar a eso también.
Magnus me presento a sus amigos en el Black Roses bar, todos me miraron con curiosidad, pues era la única que no estaba tatuada y no tenía perforaciones
— ¿Quieres fumar?— me preguntó Julian dándome un cigarrillo en la mano y siendo el primero de los amigos de Magnus en intentar hablar conmigo.
Realmente si quería tomarlo, pero ni siquiera sabía cómo sostenerlo.
—No, gracias— dije sonriendo, devolviéndole el cigarrillo a Julian. —No sé fumar, nunca he hecho algo así.
Julian se encogió de hombros y se sentó a mi lado en la barra del bar.
—No te preocupes, no te vamos a juzgar— dijo con una sonrisa. — Pero te podemos enseñar.
El me recordaba tanto a mi hermano mayor. Así que asentí con la cabeza, realmente quería saber que se sentía fumar y si era tan adictivo cómo decían.
Magnus se acercó a nosotros, con una sonrisa en su rostro.
—¿Cómo te va?— preguntó, mirándome con curiosidad, y después miro a Julian con una mirada extraña — ¿Que le estás diciendo?
— Solo quiere enseñarme a fumar— dije.
Magnus sonrió y acaricio mis hombros.
— ¿Quieres aprender cierto?— me preguntó.
Me sentí un poco emocionada por la forma en que Magnus me trataba, como si realmente le importara.
Por la forma en que me preguntó no pude decir no, no podía hacerlo por qué realmente mi cuerpo quería hacerlo.
Julian me devolvió el cigarrillo y yo lo sostuve mientras Magnus lo prendía con su encendedor.
Me sentí un poco nerviosa mientras sostenía el cigarrillo entre mis dedos, pero Magnus me guió suavemente.
—Así— dijo, mostrándome cómo sostener el cigarrillo entre mis labios. —Inhala suavemente y exhala lentamente.
Seguí sus instrucciones, sintiendo la droga entrar en mi sistema. Al principio, me sentí un poco mareada, pero luego comencé a sentir una sensación de relajación.
Magnus me sonrió, como si estuviera orgulloso de mí.
—¿Cómo te sientes?— preguntó.
Me encogí de hombros, aún sintiendo la mariguana en mi sistema.
—Es raro— dije.
Julian se rió y me dio una palmada en la espalda.
— Pareces una niña pequeña — dijo.
La mariguana en mi cuerpo comenzó a hacer su efecto máximo y me acerque a Magnus y lo jale hacia mí.
—¡No quiero que esto acabe, no quiero volver a la normalidad!— dije con lágrimas en los ojos — no quiero volver a pensar en suicidarme.
Magnus y Julián me miraron fijamente, yo no sabía lo que pasaba. Mi cuerpo comenzó a temblar y Magnus me sostuvó repitiendome si estaba bien.
— ¿Era la primera vez que fumaba entonces?— dijo Lucas amigo de Magnus acercándose a nosotros.
Vi como Magnus asintió, sin dejar de mirarme y sostenerme.
—¿Quieren matarla? Le dieron demaciada dosis — dijo Lucas observando la colilla del cigarro— Llevenla al hospital.
— No... — dije meneando la cabeza— …¡Magnus no lo hagas!
Sostuve su brazo, no podía ir a un hospital.
Mi mente aún razonaba en las consecuencias de ser descubierta de esta forma.
— Julieta, vas a morir si no te llevamos— dijo Magnus— al parecer la dosis era demasiada para tí.
— Moriré de todos modos ... Además es muy patético morir asi— contesté aferradome a él.
Pude ver en la mirada de Magnus como quería hacer lo que quería, pero a la vez mostraba preocupación por lo que me estaba pasando, el sabía con mi actitud lo que realmente pasaba por mi mente.
Tomé su mano mientras sentía como me faltaba el aire, y como imaginaba cosas, quizás esperando que el dolor que estaba pasando era el precio por mi pecado, pero mi situación era tan lamentable que la suerte estuvo de mi lado, permitiéndome seguír viva.
Después de unas horas volví a estar en mis cinco sentidos, recordar lo horrible que había sentido estando bajo el efecto de la droga comenzó a darme risa.
— Tienes prohibido volver a fumar eso— dijo Magnus con una mirada desafiante.
— ¡Ni loca lo vuelvo a hacer!— contesté con una sonrisa.
Realmente había sido tan aterrador y lo único bueno fue que los brazos de Magnus me sostenían.
Magnus sonrió sabiendo lo que había hecho al introducirme a su mundo.
Conforme pasaba el tiempo, probé diferentes drogas y mi cuerpo solo tolero el tabaco además de que era más fácil pasar desapercibida ante mi madre y Joshua excusandome con que mi área de trabajo estaba a un lado de el área para fumadores.
Hoy era un día de esos donde después del trabajo iba a ese lugar de nuevo, al Black Roses Bar.
— Habrá una convocatoria para un nuevo cantante en un club que está cerca— dijo Lucas enseñándonos un cartel enorme.
Lo que había dicho Lucas parecía interesante y sin dudar le pregunté.
— ¿Qué ganará quien sea elegido?— pregunté con emoción.
— Dinero supongo— contestó Lucas.
Magnus me miró con interés.
— Con trabajo tienes tiempo para dormir— dijo Magnus— Llevarás tu cuerpo al límite.
— Necesito ganar más, para mantener está doble vida— contesté mostrándole la cuenta en ceros del banco.
— La paga es realmente buena, al ser un club popular ganarías en una noche lo que ganas en una semana— dijo Julian mostrándonos las letras pequeñas del cartel.
—Esa es una mejor noticia, si ganó puedo renunciar a mi trabajo— contesté— ese trabajo aburrido.
El día de la presentación caía en un día importante, era un evento religioso y ni siquiera sabía si alcanzaría a llegar a tiempo al club, pero me emocionaba pensar en lo arriesgado y peligroso que podría ser.
Continuará...