En el corazón de la bulliciosa ciudad de Buenos Aires, Valeria, una talentosa diseñadora de modas, ha pasado su vida persiguiendo sus sueños y construyendo una exitosa carrera. Sin embargo, su vida personal es un caos, marcada por relaciones fallidas y un constante sentimiento de vacío.
Todo cambia cuando conoce a Marcos, un encantador y enigmático arquitecto que parece tenerlo todo. Su encuentro fortuito en un evento de caridad desata una chispa entre ellos que ninguno de los dos puede ignorar. A medida que Valeria y Marcos se conocen, descubren que ambos han estado llevando vidas solitarias y llenas de secretos.
Valeria, quien siempre ha sido independiente y fuerte, se encuentra abriéndose a Marcos de maneras que nunca imaginó. Por su parte, Marcos guarda un doloroso pasado que amenaza con destruir la conexión que han comenzado a construir. Mientras luchan por superar los obstáculos y los fantasmas del pasado del pasado, ambos deben aprender que el amor verdadero requiere confian
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Capitulo 3: Primeras Impresiones
El sol de la mañana iluminaba suavemente el estudio de diseño de Valeria, un espacio amplio y lleno de luz con paredes cubiertas de bocetos y telas de colores vibrantes. Valeria se sentía especialmente inspirada esa mañana, su mente aún llena de los recuerdos de la noche anterior. Mientras trabajaba en su última colección, sus pensamientos se desviaban continuamente hacia Marcos y la conexión inesperada que habían compartido.
Un golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos. Al abrirla, se encontró con Laura, su asistente, que sostenía un enorme ramo de rosas blancas.
—Estas son para ti, Valeria —dijo Laura con una sonrisa—. No hay tarjeta, pero creo que sé quién las envió.
Valeria tomó el ramo con asombro y un leve rubor en sus mejillas. Colocó las flores en un jarrón y se sentó, permitiéndose unos momentos para disfrutar de su belleza y el aroma dulce que llenaba la habitación. Decidió que, si bien no había tarjeta, las flores debían ser de Marcos. Su corazón latía con una mezcla de emoción y curiosidad.
Más tarde esa mañana, mientras Valeria organizaba una reunión con su equipo, su teléfono vibró con un mensaje. Era de Marcos.
—Espero que las flores hayan llegado bien. Me encantaría verte otra vez. ¿Almuerzo hoy? —decía el mensaje.
Valeria sonrió y rápidamente respondió que sí. No podía esperar a ver a Marcos de nuevo y continuar la conversación que había comenzado la noche anterior.
Se encontraron en un pequeño café cerca del estudio de Valeria, un lugar acogedor con mesas de madera y una atmósfera relajada. Marcos ya estaba esperando cuando Valeria llegó, levantándose para saludarla con una sonrisa que iluminó su rostro.
—Me alegra que hayas podido venir —dijo Marcos, señalando la mesa—. ¿Cómo fue tu mañana?
—Llena de trabajo, pero las flores fueron una maravillosa distracción —respondió Valeria, sintiéndose más cómoda de lo que había esperado.
Se sentaron y comenzaron a hablar, descubriendo aún más sobre el otro. Valeria le contó a Marcos sobre su pasión por la moda y cómo había empezado su propio negocio desde cero. Marcos, a su vez, compartió historias sobre sus proyectos arquitectónicos y su amor por la creación de espacios que no solo fueran funcionales, sino también hermosos.
—Tu trabajo suena fascinante —dijo Valeria—. Siempre he pensado que la arquitectura y la moda tienen mucho en común. Ambas se tratan de crear algo que impacte y que haga sentir a las personas de una manera especial.
Marcos asintió, encantado por la perspectiva de Valeria.
—Nunca lo había pensado de esa manera, pero tienes razón. Creo que por eso me siento tan atraído por lo que haces. Es arte en su forma más pura.
El almuerzo pasó rápidamente, y antes de que se dieran cuenta, era hora de volver al trabajo. Sin embargo, ninguno de los dos quería que el momento terminara.
—Me encantaría verte de nuevo, Valeria —dijo Marcos mientras la acompañaba de regreso a su estudio—. Hay mucho más que quiero conocer de ti.
Valeria sonrió, sintiendo la sinceridad en sus palabras.
—A mí también me gustaría eso, Marcos. Me has impresionado mucho en tan poco tiempo.
Se despidieron con una promesa de reunirse pronto, y mientras Valeria entraba a su estudio, no pudo evitar sentirse emocionada por lo que el futuro podría traer. Las primeras impresiones eran importantes, y las que había tenido de Marcos eran más que positivas.
Mientras regresaba a su escritorio, Valeria no pudo evitar pensar en cómo una noche de gala había transformado su vida, presentándole a alguien que ya parecía tener un lugar especial en su corazón.