LA PROMESA DE ESTAR SIEMPRE JUNTOS. ( ALPAQUITAY)

****** NATALIA

Hoy es un gran día, finalmente diré la gran noticia a mi padre a mi suegro y por supuesto a mi querido esposo que seré madre, me dirijo a la oficina de Esteban, porque sé que ahí están todos reunidos, tocó la puerta e ingreso.

- ¡Familia les tengo una gran noticia!

- Que es hija, porque tanta felicidad. - Dice mi suegro.

- ¡Estoy embarazada! Tengo cuatro semanas de embarazo, pero eso sí el médico dijo que es de alto riesgo, no puedo tener emociones fuertes y debo cuidarme.

- ¡Felicitaciones hijos míos! ¡Qué alegría! Por fin la familia tendrá su heredero, ya era hora que vinieran los hijos. - Dice mi padre.

- Veo a Esteban perdido en sus pensamientos, pero mi actuación continúa.

- Amor que pasa, no te alegra por la próxima llegada de nuestro hijo. - Le digo con una tristeza en mis ojos.

- Si como no, es nuestro hijo y será la alegría de la familia. - Dice Esteban con el rostro desencajado y sumido a una tristeza absoluta, eso me incomoda, Pero al fin el bebé lo llenará de alegría.

- Esto merece una celebración. - Dice mi suegro.

*** ROBO

******LUCY

Estos ocho meses y medio, no han sido fácil para mí, estoy trabajando en una empresa de limpieza, con una paga considerable, me alcanza para pagar mis gastos mensuales y me sobra algo para comprar las cosas que mi bebe necesitará.

Estoy limpiando los pisos, cuando siento un intenso dolor de caderas, eso hace que suelte el trapeador y grite de dolor, hoy es un 14 de febrero y todos salieron a festejar, por suerte viene ingresando el señor Luis, él es una persona buena que lo ayudo mucho, incluso le consiguió ese trabajo.

- ¿Lucy está bien? - Me pregunta Luis.

- No, no estoy bien, me duelen mucho las caderas, siento un extraño líquido caer por mis piernas, al parecer me oriné.

- No Lucy, no te orinaste, al parecer rompiste fuente, ven vamos a mi departamento ahí llamaré a la mujer que te ayudara traer a tu hijo al mundo. - Me dice Luis Pero me extraña que no me diga que me va a llevar a un hospital.

- No, que vergüenza, como voy a ir a su departamento, deseo ir a un hospital, ahí hay médicos y enfermeras.

- Dime Lucy ¿tienes para pagar a un hospital? Si deciden hacerte una cirugía, hay médicos que te cortan por gusto para cobrarte más, además la mujer es experta en traer bebés, le dicen la milagrosa, estarás segura con ella.

- Gracias señor Luis, es usted un Ángel.

** Luis lleva a Lucy a su departamento, y la comadrona lo está esperando con todo lo necesario, para traer al mundo al hijo de Lucy.

- Señora Natalia, ya está todo preparado y pronto tendrá a su hijo en sus brazos.

* Son las cuatro de la tarde del catorce de febrero, estoy con unos dolores intensos de vientre a caderas.

- ¡Puje Lucy! ¡Puje más! - Grita la comadrona.

- ¡Hahahahahaha! ¡Me duele mucho! - Grito de dolor, siento que me voy a morir.

- Cállate y escúchame bien, cuando te digan que pujes, respira hondo y luego suelta el aire y puja un poco más largo, has entendido, me dice la comadrona un poco autoritaria ¿acaso ella nunca tuvo hijos?

- ¡Puja Lucy!

- ¡Haaaaaaaaaa! - Muy bien Lucy, lo hiciste bien.

- Escucho llorar a mi bebé, Pero la comadrona lo toma con una manta y lo saca de la habitación.

- Lucy, tu hijo tiene algo extraño en su cuerpecito, ya vuelvo. - Me dice la comadrona un poco nerviosa, Pero que tiene mi hijo, porque no me dejan verlo.

- Lucy lo siento, cuando saque a tu bebé para llevarlo dónde Luis, el bebé murió al parecer se ahogó, debiste pujar más rápido.

- No puede ser, yo lo escuché llorar, mi hijo no puede estar muerto, tráigame su cuerpecito, deseo despedirme de él.

- Lucy no puedes verlo, eso sería muy doloroso para ti.

* Mientras la partera consuela a Lucy, Luis el detective privado, huye con el bebé en brazos, y un helicóptero lo espera para salir de Huánuco.

- ¡Haaaaaa! Me duele mucho, señora me duele.

- Grito de dolor.

- Abre tus piernas de seguro es la placenta, espera un momento, ya regreso con más mantas. - La señora sale del lugar dejándome con mucho dolor.

- La comadrona no regresa, no entiendo el motivo, pero el dolor se me hace más fuerte y no quiero perder a mi hijo, así que hago todo el procedimiento que hice con mi otro bebé muerto.

Empiezo a retener el aire y luego a pujar largo, a los pocos minutos siento salir algo gelatinoso de mis partes íntimas, no escucho llanto, me siento como puedo y veo a mi bebé, pero no reacciona, será que tuve dos hijos muertos.

Lo cojo y lo pongo entre mis brazos y lo limpio con una manta, milagrosamente empieza a llorar a todo pulmón, es una niña muy pequeña, gracias a Dios por regalarme esta linda bendición.

Una hora después, me acomodo y limpio mi cuerpo, me pongo ropa limpia y visto a mi bebé con una repita color rojo, salgo de la habitación en busca de Luis, deseo saber dónde llevaron el cuerpo de mi primer hijo, Pero en la mesa de la sala encuentro una nota, dónde dice que tuvo que viajar de urgencia, su madre está delicada de salud, el cuerpo de su hijo fue entregado al conserje, no se preocupe que el se hará cargo de todo, es mejor pensar que nunca estuvo ahí, el departamento esta pagado por todo el mes y hay comida en la refrigeradora, suerte.

Acaso Luis se volvió loco, como puedo olvidar a mi hijo y hacer de cuenta que nunca estuvo en mi vientre, pensé que él me comprendía, bueno estaré unos días más en esta casa, hasta recuperarme, y sentirme mejor, debo regresar al trabajo, pero ahora como haré para el cuidado de mi bebé, también debo preguntar a ese conserje donde sepulto el cuerpo de mi hijo.

El día lo pasé, aprendiendo a cuidar a mi hija, soy inexperta solo tengo 17 años, nunca me hablaron del sexo, ahora trato de amamantar a mi hija, no puedo darme el lujo de gastar en leche suplementaria, sin los míos están llenos de la mejor leche del mundo.

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