Leticia nunca se imaginó que en su segunda oportunidad de vivir tendría que vivir como alguien más, el problema está, en qué aquella joven a quien le habita el cuerpo esta destinada al sufrimiento.
Pero si algo tiene seguro, ella no va a permitir que le hagan daño, y si tiene que ser villana, pues que así sea
Por casualidad del destino, ella se cruza en el camino de alguien muy peculiar
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En el más allá
En otra parte
El alma de Leticia se quedó flotando en el más allá, y la mujer estaba sumergida en un profundo sueño.
Pero dos mujeres con apariencia muy bella la despertaron con el uso de la magia.
Leticia poco a poco fue abriendo los ojos, para ver frente a ella a dos mujeres prácticamente iguales, lo único diferente era sus edades.
—Hola Leticia, mi nombre es Silvia, y he visto que eres una mujer valiente— dice la mujer mayor, quien según dice, es Silvia, aquella mujer es nuestra guerrera que le hablé en capítulos anteriores.
Leticia al escuchar lo que dice aquella dama, solo permanece callada, pues se le hace difícil entender lo que está pasando.
—Leti, yo soy princesa heredera del imperio de Bayona—dice la otra mujer, quien parece tener unos 18 años de edad, ella por algún misterio no dijo su nombre.
Leticia decide no permanecer callada más tiempo, después de todo, permanecer en silencio cuando te hablan, es de mala educación.
—Un gusto conocerlas. ¿No hemos visto antes? —pregunta la mujer un poco aturdida y ambas mujeres ríen.
—No nos hemos visto nunca, o más bien, tú no a nosotras, pero nosotras sí a ti, y sabemos que eres una mujer fuerte e inteligente, me gustaría proponerte un trabajito, después de todo, aquí estarás sin hacer nada —dice Silvia con una sonrisa amable y la joven a su lado habla.
—Más que un trabajo, esto será una nueva oportunidad de vivir y hacer justicia por los débiles, después de todo, en tu mundo esa era tu misión — dice ella con una sonrisa brillante
Leticia estaba contrariada, no sabe de qué hablan estas dos mujeres, las cuales han de estar muerta igual que ellas, y deben de ser también un fantasma del más allá.
—A ver chicas, no nos estamos entendiendo aquí, yo ya estoy bastante vieja como para estar en esta plática, ya morí, y no puedo hacer nada desde aquí — dice Leticia con mala cara, pues siente que esas dos mujeres están completamente fuera de sí.
—Solo dime qué aceptas el trabajo que te vamos a encomendar, nosotras hacemos lo que sigue, de ti depende el destino de miles de mujeres — dice Silvia con un semblante serio.
—Tómalo como una segunda oportunidad, nosotras ya no podemos vivir, aquel mundo es diferente— vuelve a decir aquella joven, quien hasta ahora no dice su nombre
—¿Qué tengo que hacer, cuál es el trabajo y dónde será?—dice ya cansada Leticia y las dos mujeres vuelven a reír.
—No tienes que hacer mucho, solo irte a otro mundo diferente al tuyo y allí inicia tu misión, la cual será muy importante para todos—dice Silvia.
—Durante tu misión, tendrás muchos obstáculos, Pero vimos desde aquí, que sabes hacer tu trabajo — agrega la más joven de las dos mujeres.
—Bien acepto el dichoso trabajo, ¿a dónde tengo que ir?— pregunta ella y ambas mujeres de un momento a otro comenzaron a cantar en un canto antiguo, y ella poco a poco fue rodeada de una aura poderosa, y una energía desconocida para ella entró en su cuerpo, dándole una sensación de dolor.
Leticia dejó salir un grito ahogado, ya que sentir semejante sensación, era algo demasiado doloroso.
Unos minutos habían pasado, los cuales para ella parecían eternos, y las mujeres dejaron de cantar, y ella dejó de sentir dolor y fue regresada a dónde estaba.
—Leticia, te hemos dado una oportunidad, de ti depende a partir de ahora que la misión tenga éxito, te hemos dado el poder suficiente para lograr lo que deseas, debes hacerte fuerte cuando tengas la oportunidad— dice Silvia mientras se va desapareciendo.
—Vive y sé feliz, naciste para ser grande, y como tal, así debes de serlo— dice la joven, quien también comenzó a desaparecer.
Leticia poco a poco comenzó a sentir sueño, y aunque se negaba a dormir, terminó dormida.
No pasó mucho rato para que ella de un momento sintiera como una persona comenzara a llamar a alguien, pero ella al estar aún adormilada, no quiso despertar del todo.
—Princesa Cristal— dice alguien y Leticia abre los ojos con molestia, solo para ver frente a ella a una mujer como de unos 18 años, aquella mujer tenía una ropa extraña sobre ella, una ropa como de sirvienta de animé.
Ella al ver a esa mujer pregunta
—Tú.. ¿Quién eres?— dice ella y la mujer habla.
—Princesa Cristal, no me cabe duda que usted no solo es una maleducada por no levantarse temprano, sino que ahora finge no saber quién soy, pero si se le olvidó mi nombre, se lo diré, yo soy Lía, su nueva doncella personal, y ya es hora de que se meta a bañar, sus padres la esperan en el comedor— dice la mujer con arrogancia, es claro que no le gusta para nada estar a sus servicios.
Al ser una mujer inteligente, Leticia sabe que esa sirvienta está siendo grosera y eso es una falta de respeto.
—Dice que te llamas Lia, pues bien, Lia, yo soy Leticia Roche, y quiero que sepas que está falta de respeto a mi persona, es algo que no tolero, así que vamos viendo como le bajas dos rayas a tu tono de voz — dice la mujer y se levanta de la cama enojada.
Al estar de pie, ella siente un mareo que la hace tambalearse, y la que se dice ser Lía, se queda como si nada.
Con dificultad, Leticia se fue hasta la cama, en dónde se sentó por un momento, en espera que el mareo pase y funcionó, ya que su cabeza estaba normal.
Ella comenzó a detallar el lugar, y el sitio, parecía como una habitación antigua, decorada como para una niña, allí todo era rosa y más rosa.
Ella estaba mirando todo con calma, hasta que aquella mujer habló nuevamente.
—Ya deje de fingir, usted es Cristal Silva, princesa heredera del imperio de Bayona, y su juego conmigo no le sale, yo le hablo como se me venga en gana, después de todo, usted es solo una mocosa mimada— dice la mujer y toma a Leticia por los brazos con violencia, ella al ser tomada así por aquella violenta mujer volvió en sí y al ser ella una experta en artes marciales mixtas, de un movimiento rápido, somete a la mujer, al hacerlo le dolió el cuerpo y se siente medio débil, pero es algo que por el calor del momento Leticia no tomó en cuenta.
—Óyeme bien criada insolente, será mejor que no te metas conmigo, vete de esta habitación ahora mismo— dice Leticia mientras ahorca a la sirvienta. No sabe de dónde saco fuerza, pero la está ahorcando.
La mujer no sabía qué estaba pasando, pero definitivamente, la señorita Cristal estaba muy cambiada, ya que en otros tiempos, ella no se había defendido de los abusos que ella le hacía.
Leticia por su parte siguió apretando el cuello de la sirvienta, hasta que ella se estaba quedando sin aire.
Solo hasta entonces, ella le dejó ir, pero no sin una advertencia.
—Será mejor que no digas nada, o me veré en la obligación de matarte, te conviene no hablar, o lo próximo que haré, es quitar tu cuello de tu cuerpo, sal de aquí estúpida— dice Leticia irritada mientras deja ir a la criada, quien al ser liberada salió corriendo de la habitación.
Al estar sola, Leticia medita un poco, y recuerda que esa criada le llamó Cristal Silva, una tal princesa, para comprobar su teoría, ella camina hasta el baño, en dónde procura diligentemente mirarse en el espejo del lavado, es ahí dónde se da cuenta de algo difícil de creer.
jajajajaja
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