Historias Cortas De Omegaverse Y Mpreg. .

5 años habían pasado de aquello y Jael había dejado de ser el chico flaco y desgarbado que fuera antes para convertirse en un hombre notoriamente muy marcado en cuestión de musculo. Mientras esperaba el avión que lo llevaría de vuelta a su trabajo Jael tocó su vientre, la cicatriz seguía allí y cada vez que la tocaba lo sucesos en la habitación 231 de ese hotel venían a su memoria y cada vez que lo recordaba tenía ganas de llorar. Jamás volvió a ver al tipo que le había dejado algo más que buenos recuerdos, gracias a ese hombre ahora Jael ya no tenía sexo más que con juguetes ya que el terror de que "eso" volviera pasar era demasiado. Mientras esperaba con exasperación el vuelo que lo llevaría a casa, debería haberse ido junto a su jefe, porque desde hacía 4 años trabajaba como guardaespaldas de un tipo idiota y mimado cuyo padre siempre estaba cuidando. La verdad era que no era un mal trabajo, pero en ocasiones el chico que apenas era un adulto hacía este tipo de cosas, enviaba a uno de ellos muy lejor para comprar cosas que quería y que su padre no le permitía ir a comprarse el mismo. Como ahora que Jael estaba viajando con 1 par de zapatos muy caros, si el sueldo no fuera tan bueno hace tiempo que se habría ido. Jael tenía sed por lo que camino hacia el bar más cercano para beber algo ante de su vuelo, mientras se dirigía a ese lugar lo vio, caminando por el área privada del aeropuerto estaba ese imbécil...Max...Jael pensó con nostalgia. De inmediato se sintió como un idiota, seguramente ese imbécil nisiquiera lo recordaba, mientras Jael lo observaba Max volteó y sus ojos se encontraron. Jael entró rápidamente al bar ya que Max apenas le dedico un vistazo, eso...eso era incómodo para el que aun soñaba con Max. Jael volvió a casa con el encargo, sintiendo el corazón pesado, Max se había visto exactamente igual que aquella vez, 2 meses habían pasado desde que lo había vuelto a ver y Jael ya no pensaba en el, solo de vez en cuando mientras estaba en casa le dedicaba un pensamiento y rogaba al cielo por no volver a verlo.

-Jael, tienes nuevo cliente, tendras que viajar -su jefe informó.

-¿Si?.

-Si, una mujer, no te acerques y no le sonrías ni un poco ya que ella tiene un carácter...digamos que especial.

-De acuerdo...-la chica que iba a cuidar era hermosa y tenía esa vibra de poderosa que caracteriza a ciertas personas.

-Si me embriago y te atrapó intentando aprovechar eso, te mataré -fue lo primero que la mujer dijo cuando Jael se presentó ante ella.

-No se preocupe, no pasará.

-Y por lo que mas quieras no te me quedes viendo como si fuera un pedazo de carne.

-Señora soy gay.

-¿De verdad?.

-Si.

-¿Qué opinas de mi ropa?.

-No soy ese tipo de gay.

-¿Qué tipo de gay eres entonces?.

-Del tipo que pondrá una bala en la cabeza de cualquier persona que intente lastimarla si es necesario.

-Lamento esto, tuve...problemas con el último tipo que contrate, por eso cambie de empresa de guardaespaldas.

-No se decepcionara señora, no se preocupe.

-Muy bien, soy Andy -la mujer tomó su computadora y no la dejó hasta que llegaron-. ¿Puedes fingir que eres mi novio?.

-No.

-¿Enserio? Sería sólo por unos minutos, mi ex está aquí y no quiero que me vea sola, así que acompáñame.

-No señora no puedo hacer eso.

-¿Porqué no?.

-Porqué está usando ropa de diseñador que vale lo que gano en un mes y yo uso un traje barato, cualquier persona que me vea con usted notará que algo anda mal.

-No me importa, siéntate y bebe algo conmigo solo mientras llega la persona que estoy esperando, persona que es mi socio y que acaba de avisar que no llegará a tiempo. Seguramente por estar follando a alguna de sus zorras, lo voy a matar.

-De acuerdo, beberé algo con usted, pero nada con alcohol.

-Gracias -los dos bajaron y en cuanto entraron al lujoso restaurante la mujer fue guiada a una mesa, Jael no se equivocó ya que las personas en el lugar lo veían mal. Después de un rato y beber 4 bebidas sin alcohol, se paro y fue al baño. A lo lejos vio los ojos amarillos oro de Max mirándo en su dirección con aburrimiento, Jael corrió a su lugar y afortunadamente su clienta había pagado y parecía impaciente-. Ese idiota acaba de cancelarme -la mujer dijo mientras se iban.

-Lo lamento.

-No te preocupes, no es tu culpa.

***

Después de trabajar Jael se dispuso ir a descansar un poco a la casa de seguridad que la empresa tenía en esta ciudad, mientras abría su auto algo lo golpeó y cuando despertó estaba atado y tirado en algún lugar frío y oscuro.

-¿Quién eres? - la voz de Max preguntó.

-Yo...-Jael trago saliva cuando la luz se encendió.

-...entonces?.

-Soy un guardaespaldas de una empresa de mediano nivel.

-¿De verdad?.

-Si.

-¿Entonces porque huyiste las dos veces que me viste?.

-Notaste eso...

-Si.

-Bueno...hace unos años yo...lo hice contigo en un hotel de otra ciudad y pues...me avergüenza recordarlo cuando te veo -los ojos de Max se oscurecieron y sin mas le abrió el traje y la camisa.

-¿Lo hiciste conmigo?.

-Si.

-No, yo recordaría eso.

-Supongo que te estoy confundiendo entonces, te ves....exactamente como el tipo borracho del ese hotel.

-¿Ese eras tu?...por alguna razón creí que serias mas atractivo.

-...lamentó no cumplir con tus expectativas, ahora si todo este asunto se aclaró, por favor déjeme ir

-¿Te vas?

-Si.

-Si que eras tu...-Max acarició lentamente el tatuaje de un ave en sus costillas-. Te recordaba diferente.

-Lamentó no cumplir con tus altos estándares.

-Sueltenlo, no creo que sea un espía y definitivamente no vale la pena tenerlo aquí -Jael fue soltado y Max nisiquiera lo miró miéntras se iba. El corazón de Max latió con rapidez mientras el tipo que había follado aquella vez pasaba frente a él hacia la puerta, el aún recordaba como se sentía la piel del chico en sus manos.