Princesa Asesina

– ¡Nunca lo olvidaré! En ese entonces solamente tenía ocho años, mi maestro quien me había estado enseñando a usar sus talismanes de teletransportación no se había dado cuenta que guarde uno hasta que lo use para practicar – pensando en esto Alia volvió a recordar vívidamente los días en los que estuvo encerrada en una celada luchando con bestias furiosas.

¡Su memoria fotográfica siempre era demasiado buena! ¿Cómo olvidar esos diez días de sufrimiento?

Cuando fue teletransportada a un país extranjero su mala suerte le hizo ser secuestrada para ser llevada a un coliseo donde los niños luchaban no solo para sobrevivir sino que también para la diversión de varios nobles que venían de todo el mundo gastando su dinero para solo ver la mísera de los niños al morir en las bocas de bestias terribles.

En ese entonces también le tocó luchar contra una bestias de nivel 1, un tigre de fuego que la veía como un pedazo de carne al vapor recordó cómo corría buscando una arma para poder atravesar el cráneo del gran tigre que rugía con ferocidad, cuando logró encontrar una arma y usando en secreto un veneno paralizó al gran tigre logrando atrever su cabeza.

Ese día ese mismo día, exhausta tan cansada casi jadeando por aire conoció a esa niña que habló fríamente “Su ojos no pueden ser más bonitos que los míos” parecía que esa niña siempre la observó desde el primer día que llegó ahí.

La amargura que recorrió el cuerpo de Alia le hizo sentir aún más odio, el enemigo que juró algún día volver a encontrar esta ahora frente a sus ojos.

¿Te preguntarás por qué Alia no habla sobre su trauma?

¿Debería? ¡Solo la propia Alia sabe que lo que más anhela en este mundo es estar con su maestro! 

La venganza no le importaba tanto sino estaba su maestro pero ahora su enemigo está frente a sus ojos sin buscarlo.

“Esos ojos son hermosos los deseo, quítenselos para que yo pueda usarlos para siempre”

Esa pequeña voz como una melodía siniestra resonaba nuevamente en los oídos de Alia, lo había superado, lo hizo aún así este odio no debe ser compartido.

Apretando los puños, Mordió con fuerza su labio derecho hasta el punto de sangrar de forma severa sin impórtale que la sangre gorgateara su mirada se fijó a un más en la joven vestida de rojo carmesí.

La princesa Sofía vestida de rojo carmesí se encuentra sentada sobre el trono dorado con sus dedos largos finos recargados en su barbilla blanca como el jade.

Su apariencia al ser revelada ante los ojo de Alia no pasó desapercibida.

¡Es una hermosa mujer! 

Una belleza con hombros delgados y hermosa figura como un loto en la nieve puro teniendo ojos claros verdes resaltando sus hermosas cejas y pestañas largas como sombrillas tintas.

Ese rostro hermoso perfecto puede dejar a los hombres sin aliento incluso con su fragante frescura elegante.

No había duda que merecía ser conocida como una hada del cielo por todos los mortales, es verdaderamente impresionante.

Los ojos verdes suaves brillan con una luz fría su ceño levemente fruncido hacía que su rostro perfecto se volviera disgustado es su propia expresión al ver a la joven mujer que está sobre el suelo mirándola con determinación.

Nadie sabía lo que la princesa Sofía pensaba solo ella misma lo sabía.

– ¡esa mujer! ¡Es más hermosa que yo! – la princesa Sofía pensó en esto apretando con más fuerza el trono dorado.

Sus manos blancas como la nieve se volvieron sonrojadas por la fuerza que había usado.

La princesa Sofía nunca pudo creer que existiera una mujer más hermosa que ella misma.

Esa joven tirada sobre el suelo que parecía tan lamentable era una belleza deslumbrante opacando cada rasgo perfecto de la genio inigualable pisoteándola sin darle la oportunidad de levantarse.

El corazón de la princesa Sofía latió como loco, está realmente molesta por la belleza indescriptible de esa joven.

– ¡Nadie puede ser más hermosa que yo! – estas palabras cruzaron en los pensamientos de la princesa Sofía.

Sin embargo sabía que no podía presipitarse antes era una niña muy caprichosa todo lo que quería lo tenía bueno menos a esa persona, ese día que fue rechazada sabía que no siempre podía tener todo así que hizo todo para ser mejor persona y mostrarle a su amor que es digna de estar a su lado.

Suspirando la princesa Sofía calmó sus emociones de celos, no podía permitir que una niña que es más hermosa que ella le hiciera perder el prestigio que había logrado.

¿Y que si es más hermosa que ella? ¡Solo es una inútil!

Esbozando una sonrisa el humor de  la princesa Sofía mejoró.

Sus ojos verdes claros se volvieron más fríos como una hada del cielo digna.

– ¡no lo esperaba! Esta es la princesa Alia Kalisto creo que debes estar muy triste por que has sido llevada para ser un rehén – habló de manera distante como si solo juzgará aún mortal común.

El silencio se hizo inminente.

Sin responder a su pregunta Alia puso su mirada sobre los ojos verdes, esos eran claramente sus ojos pero ahora esa princesa se los había arrebatado.

¡Nunca lo olvidará! El dolor que le causó cuando se los quitó e incluso cuando la dejaron en medio del desierto.

Su maestro que la encontró toda débil casi apunto de llegar hacia la puerta de la muerte usó su poder para sanar su heridas a pesar de usar su poder sus ojos nunca se sanaron.

Usando una venda en los ojos se desanimó por completo, era una inútil y sin sus ojos lo eran más.

Recuerda que sentada sobre el columpio a la luz de la luna sonrió amargamente deseando poder morir lo que nunca esperó es que su maestro se acercó acompañado su estado triste tocó sus ojos con sus palabras palmas.

Sintiendo un tintineo en su mente Alia pudo vislumbrar una luz que llegó a sus ojos. 

Al siguiente instante pudo volver a ver, feliz se quitó la venda deseando poder compartir la alegría con su maestro lo que nunca esperó es que su maestro le dio sus propios.

Ese hermoso maestro que Alia lo consideró siempre como un ser omipotente perdió sus ojos solo para dárselos a su pequeña niña quien la mimaba hasta los huesos