NovelToon NovelToon
Corazón de Sangre Y Seda

Corazón de Sangre Y Seda

Status: En proceso
Genre:Vampiro / Amor a primera vista / Amor eterno / Secretos de la alta sociedad
Popularitas:864
Nilai: 5
nombre de autor: Drusila15

Eleanor Whitmore, una joven de 20 años de la alta sociedad londinense, vive atrapada entre las estrictas expectativas de su familia y la rigidez de los salones aristocráticos. Su vida transcurre entre bailes, eventos sociales y la constante presión de su madre para casarse con un hombre adecuado, como el arrogante y dominante Henry Ashford.

Todo cambia cuando conoce a Alaric Davenport, un joven noble enigmático de 22 años, miembro de la misteriosa familia Davenport, conocida por su riqueza, discreción y antiguos rumores que nadie se atreve a confirmar. Eleanor y Alaric sienten desde el primer instante una atracción intensa y peligrosa: un amor prohibido que desafía no solo las reglas sociales, sino también los secretos que su familia oculta.

NovelToon tiene autorización de Drusila15 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Un puente hacia la verdad

La habitación estaba sumida en penumbras. El fuego de la chimenea se había extinguido hacía horas, y solo quedaban brasas apagadas que iluminaban débilmente las paredes recubiertas de tapices. Eleanor, tumbada en su cama, no había conciliado el sueño. La conversación con Selene le daba vueltas en la cabeza, mezclándose con el cansancio, la rabia y una extraña sensación de alivio.

Había hablado con alguien al fin. Había sentido que una parte de esa soledad que la devoraba desde el incendio se disolvía, aunque fuese mínimamente. Selene había sido amable, paciente, incluso cálida, como una hermana que intentaba tender un puente. Pero ni aun así Eleanor había podido confiar del todo. No después de lo que sabía ahora: que eran vampiros, que ese era el secreto.

Y entonces lo había visto.

La sombra.

Junto a la ventana, recortada contra la luz de la luna, un perfil se había dibujado por unos segundos. No había sido producto de su imaginación. Había sentido la presión de unos ojos fijos en ella, observándola. Una mirada que helaba la sangre.

Se había incorporado de golpe, con el corazón martilleándole en el pecho. Cuando por fin se atrevió a acercarse y mirar tras los cristales, no había nada. El jardín parecía vacío, tranquilo bajo la claridad plateada. Los árboles no se mecían. Ni siquiera el viento soplaba.

Pero estaba convencida: algo había estado allí.

Durante horas permaneció despierta, abrazada a las sábanas, sin apartar la vista de la ventana. Cada ruido del pasillo la hacía contener la respiración, cada crujido de la madera le parecía una amenaza.

Al despuntar el alba, la encontró el cansancio. No durmió realmente, solo cayó en un sopor ligero que apenas la sostuvo un par de horas. Al abrir los ojos, la luz blanquecina del día iluminaba la estancia.

La primera idea que cruzó su mente fue inequívoca: necesito respuestas.

Ya no bastaba con esconderse, con fingir que el mundo había desaparecido. Tenía que enfrentarse a aquello que la rodeaba, o terminaría perdiendo la cordura.

Eleanor se movió por la habitación con torpeza. Se vistió con un vestido sencillo, de tonos crema, y recogió su cabello en un moño flojo. Durante unos minutos se quedó de pie, frente al espejo, estudiando el reflejo que la observaba. Le parecía otra persona. No la joven Whitmore que reía en los bailes ni la que cabalgaba por los campos con su caballo.

Esta era una Eleanor diferente, marcada por la pérdida, por la incertidumbre y por un miedo que no sabía si era más fuerte hacia lo que había fuera… o hacia lo que sentía dentro de sí.

La sombra de la ventana regresó a su mente, obligándola a tensar los dedos contra la falda.

—No puedo seguir así —murmuró.

Sabía lo que debía hacer. Tenía que hablar con Alaric.

El día transcurrió con lentitud. Selene fue la única que llamó a su puerta, preguntando si quería compañía para el almuerzo. Eleanor inventó una excusa, asegurando que se sentía indispuesta. No estaba preparada para fingir normalidad todavía.

Pero a medida que las horas avanzaban, la decisión se afianzaba en ella: esa noche buscaría a Alaric.

Lo había evitado durante días. Había cerrado la puerta a sus intentos de hablar con ella, había huido de su presencia. Pero ahora era distinto. Había miedo, sí, pero también una necesidad punzante, un deseo irrefrenable de escuchar de sus propios labios una explicación.

La casa se sumió en silencio cuando cayó la noche. Eleanor esperó en su habitación, escuchando con atención los pasos lejanos en los corredores. Cuando estuvo segura de que todo estaba tranquilo, salió.

El pasillo estaba iluminado por lámparas de aceite, cuya luz dorada apenas rompía la oscuridad. Eleanor avanzó despacio, con las manos heladas y el corazón latiendo con violencia. Cada sombra parecía acecharla, cada rincón parecía esconder algo.

No sabía dónde encontrarlo, pero confiaba en que lo haría. Alaric parecía siempre presente, incluso cuando intentaba desaparecer.

Y no se equivocó.

En la galería que daba al jardín, lo vio. De pie, apoyado contra la balaustrada, con el perfil recortado por la luna. Vestía de negro, como siempre, y la luz resaltaba la palidez de su piel. No se volvió de inmediato al sentirla; fue como si ya supiera que estaba allí.

—Eleanor.

Su nombre, pronunciado en esa voz grave, resonó en el silencio.

Ella se detuvo, indecisa. Una parte quería huir, otra quería correr hacia él y exigirle todas las respuestas.

—Necesito hablar contigo —logró decir, aunque su voz tembló.

Alaric se giró entonces, y la miró con intensidad. Sus ojos oscuros, iluminados por un destello casi carmesí, la atravesaron como cuchillas.

—Lo imaginé.

Eleanor avanzó unos pasos, sin atreverse a acercarse demasiado. El aire estaba impregnado del aroma de los jardines, mezclado con algo más profundo, más denso, que reconocía como suyo. El aire mismo parecía alterarse en su presencia.

—Vi algo… anoche. En mi ventana. No fue mi imaginación. Había alguien… o algo allí.

Alaric la observó largo rato, antes de contestar:

—No era tu imaginación.

Eleanor sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

—Entonces… ¿qué era?

—Un recordatorio —dijo él, enigmático—. El mundo que intentas ignorar está más cerca de lo que crees.

Eleanor apretó las manos.

—Necesito que me digas la verdad, Alaric. Toda la verdad. No solo frases enigmáticas, no solo advertencias. No puedo seguir viviendo entre sombras.

Él la contempló en silencio, como si evaluara sus palabras. Después dio un paso hacia ella, y Eleanor contuvo la respiración.

—¿Y qué harás cuando sepas lo que no puedes soportar?

—Lo soportaré —replicó ella, con un coraje que no sabía de dónde sacaba—. No tengo otra opción.

El silencio se hizo más profundo. Alaric se acercó un poco más, hasta que solo los separaban unos pasos. Eleanor sintió cómo su cuerpo reaccionaba: miedo, sí, pero también una atracción que la desarmaba.

—Anoche estabas en peligro —dijo él finalmente—. Esa sombra no era uno de los míos. Era otra cosa.

Eleanor lo miró fijamente.

—¿Qué cosa?

—Lobos. Pero no los que conocías en tus campos. Lobos que odian lo que soy. Que odian a mi familia. Y ahora… te odian a ti, porque hueles a nosotros.

Las palabras le helaron la sangre.

—¿Querían… matarme?

—Querían destrozarte —confirmó él, sin suavizar nada—. Por eso no puedes huir de aquí. Por eso no puedes apartarte de mí.

Eleanor retrocedió un paso, sacudida por el peso de esa revelación.

—¿Y qué esperas que haga? ¿Que te dé las gracias por encerrarme en esta mansión como a un prisionero?

Los ojos de Alaric brillaron, y por un instante ella creyó ver un destello de dolor.

—No eres prisionera. Eres lo único que aún intento proteger.

Hubo un silencio cargado. Eleanor apretó los labios, luchando entre la furia y el desconcierto. Parte de sí quería seguir gritándole, acusándole. Pero otra parte, más silenciosa, más íntima, sabía que había verdad en esas palabras.

—Si quieres que confíe en ti… —murmuró—, entonces tienes que dejar de tratarme como a una niña que necesita protección.

Alaric inclinó la cabeza, con una media sonrisa que no llegó a ser burla.

—Entonces dime, Eleanor Whitmore. ¿Qué necesitas para confiar en mí?

El corazón de ella se aceleró. No supo qué responder. No lo sabía.

—Necesito… que no me mientas más.

La sonrisa desapareció. La seriedad regresó a su rostro.

—No lo haré. Pero recuerda que la verdad tiene un precio.

Eleanor lo sostuvo la mirada, y por primera vez en días, no retrocedió.

Se quedaron allí mucho tiempo, bajo la luz de la luna. La conversación continuó: fragmentos de verdades, preguntas a medias, silencios cargados. Eleanor no obtuvo todas las respuestas, pero sintió que algo había cambiado.

El miedo seguía ahí, sí. Pero también había una chispa distinta, una fuerza que no había sentido en mucho tiempo.

Cuando al fin regresó a su habitación, el reflejo en el espejo parecía otro. Ya no la joven que huía de las sombras, sino alguien que había empezado a enfrentarlas.

Y lo supo: su vínculo con Alaric acababa de transformarse.

Siento mucho haber tardato tanto, he estado mala estos dias. Muchas gracias por apoyar la novela. Y me gustaria saber si quereis que publique todos los dias o que espere un poco, como queráis. Graciaass.

1
Paola Uchiha 🩸🔥✨
No sé cómo voy a aguantar el suspense, ya quiero leer la siguiente parte. 😭
muhammad iqbal
Tu historia es increíble, estoy obsesionada. 😍 Por favor publica más rápido, ¡necesito saber lo que sucede después! 🤞
Uryū Ishida
Hola, necesito la continuación
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play