La seducción femenina es un arte que he dominado con gracia y precisión. Mi nombre es Ela West, y soy una mujer que inspira deseo y envidia en igual medida. Mi belleza es mi arma más poderosa, y la uso con sabiduría.
Mi vida estaba siendo perfecta, hasta el momento en que el socio de mi padre decide jubilarse y dejar en su lugar a su hijo mayor, quien me hizo la vida imposible siendo una niña, ahora es mi momento de hacerle la vida imposible a él.
Pero no esperaba que mis sentimientos por él volvieran a arder con tanta intensidad. Pensé que había logrado apagar las llamas de la pasión y el amor, pero parece que solo estaban dormidas, esperando el momento adecuado para renacer de las cenizas.
La memoria de nuestros momentos juntos comenzó a regresar, y con ella, el dolor y la nostalgia. La llama del amor que creí extinguida volvió a encenderse, y ahora me encuentro en una encrucijada. ¿Podremos estar juntos esta vez?
NovelToon tiene autorización de KeliindA RojanO C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Un Viaje Juntos
Ese hijo de su padre, ¿Cómo se le ocurre decirme esto delante de su hermana? Siempre todo lo que dice y hace es para provocarme. ¿No le quedo claro cuando le dije que quería distancia de él?.
—Cuando salga de la reunión te busco en tu oficina— ignore a propósito su presencia y Eliza asintió, dándome una pequeña sonrisa.
Con el corazón latiendo fuerte y temblor desconocido en mis manos, dejé a los dos hermanos Cooper en el medio del pasillo. Entre a la sala de juntas y me recosté de la puerta, soltando un largo suspiro.
—¿Estás bien cariño?—pregunto mi padre.
—Si, solo me siento algo indispuesta. Quizás agarre un resfriado—
—¿Ya te tomaste algo para eso?— hablo el señor Cooper tan preocupado como siempre.
—No, pero tomaré una pastilla al salir de la junta—
Dante abrió la puerta, empujándome hacia delante, lo miré mal deseando arrancar todo lo que su sola presencia despierta en mí.
—Con que un resfriado ¿Eh?—desvío la mirada a mi cuello, e inmediatamente me cubrí, mientras lo veía sonreír con orgullo. —Señores, por favor digan rápido para qué nos citaron, no me gustaría contagiarme de la gripe que tiene Ela—
—Tarado—
—Bueno, en ese caso seremos breves, los citamos aquí para decirles que, como ambos son los presidentes de la compañía, deben viajar a Europa mañana mismo, porque es de suma importancia que los gerentes de la sucursal de dicho país conozcan a los nuevos dirigentes—
—Yo no pienso viajar con él—
—Y yo tampoco quiero viajar—
—Vamos, chicos, no tiene ciencia trabajar en compañía. Alejandro y yo hemos trabajado juntos por más de 40 años así, y todo nos ha salido muy bien. Antes de pensar en la amistad, fuimos hombres sensatos y pensamos en el crecimiento de nuestros sueños—
—Con sus actitudes, ya empezamos mal—dice mi padre dándonos una mirada de reproche. —Quieran o no, van a ir. Y no tiene más opción que llevar la fiesta en paz e ir a cumplir con sus responsabilidades. Juntos deberán trabajar de la mano del otro y en completa sincronía, es decir, deben ser uno solo. Confiamos en ustedes y tenemos la plena seguridad de que la compañía llegará muy lejos estando en las manos de ustedes, no me decepcionen chicos, es lo único que les podemos pedir—
Mire a Dante y mi corazón se saltó un latido. Suficiente tengo con verlo todos los días en la oficina, como para qué hora debe viajar con él. Pareciera que mi padre y el señor Cooper estuvieran confabulados y quisieran vernos juntos a toda costa.
»¿Acaso no se dan cuenta ni miden el peligro que ese viaje me puede acarrear?«
[•••]
Seis horas de vuelo, y una semana hospedados en el mismo piso de hotel no son cosas de otro mundo. ¿Verdad? Vamos a un viaje juntos por cuestiones de trabajo y negocios, no por gusto ni decisión propia. Si por mí fuera, estaría muy lejos de él y toda su presencia, porque no soporto estar en un centímetro de él.
Sé que discutir con mi padre y el señor cope no tiene sentido alguno, por lo que no tuve más opción que aceptar la regaña dientes e irme a casa a empacar mis maletas, así como dejarle las indicaciones a mi asistente para que se hiciera cargo de todos los pendientes que tenía mientras regresaba.
Mi noche fue larga e inquietante, fue muy poco lo que dormí porque más me la pasé dando vueltas y pensando. No he podido dejar que mi mente divague en todos esos días que voy a estar a solas con él,
¿No sé por qué tengo que tener tan mala suerte? Estoy por creer que nuestros padres y el destino quieren juntarnos a como de lugar, y preciso tenía que ser con ese hombre que no tolero ni un poquito.
De verdad que desde que él apareció mi mundo se puso patas arriba que ni yo he podido enderezarlo.
En la pista del aeropuerto, Me encontré con Dante, quién hablaba y reía con el piloto del avión privado de la compañía. Nos saludamos por decencia y por no quedar ante el copiloto y las azafatas como una maleducada, pero después de eso no hubo más palabras entre nosotros. Nada más un simple y rápido "Buenos días".
Mientras el viaje persistía mantuvimos la distancia y cada uno por su lado, viendo por la ventanilla o simplemente ignorando la presencia del uno al otro. Yo más que nadie quería hacer de cuenta que no existía y que su presencia no provocaba nada en mí.
»Todo es mental«
Tan de malas soy, que hasta cuando tomaba una bocanada de aire me llenaba del aroma de su perfume lo que alteraba más mi ansiedad.
Ambos estábamos cumpliendo con nuestra palabra, dejando en el olvido todo lo que sucedió entre nosotros. Aunque te voy a admitir que la indiferencia que nos estamos dando es desagradable y me causa irritación.
Como el vuelo es largo me quedé dormida en cierto punto, de tanto pensar y recriminarme a mí misma por no tener claras mis ideas y mi razón.
En mi defensa Dante es el culpable de que mi mente trabaje sin cesar noche y día, idealizando todo y nada entre nosotros.
—Ela—un suave toque en mi hombro me hizo removerme.
Abrí mis ojos lentamente y lo primero que vi fue esa mirada tan atractiva y flameante muy cerca de mí.
»Demasiado cerca«
Nos quedamos varios segundos mirándonos fijamente, perdidos en nuestras miradas aumentando la atención que existe entre ambos y despertando una oleada de sentires y emociones que no deberían de estar fluyendo entre él y yo.
—Ya llegamos—susurró, sin moverse de donde estaba haciendo que su cálido aliento llegara hasta mis labios lo cual tampoco pude evitar mirar los suyos.
—Gracias por avisarme—carraspee, desviando la mirada hacia la ventana.
Se alejó de manera abrupta, soltando un suspiro que ignore toda costa. No dijo ni una sola palabra más, simplemente tomó su maleta y se bajó del avión, llevándose mi alteración con él. Sentí que mi corazón volvía a latir muy deprisa por él, no me había dado cuenta sino hasta que él ya no estaba cerca de mí.
Me apresuré a salir de mi letargo y bajé del avión. Dante se veía muy serio, como si estuviera molesto. Su silencio es algo brutal y despiadado, porque siempre lo he escuchado hablar, así sea para sacarme de quicio o hacerme enojar. No sé, si esa actitud me molesta o me enfurece, el que se haya tomado a pecho mis palabras, es decir, de tanto que me ha molestado y me ha insistido, ¿En serio ahora va a dejar de hablarme solo porque se lo pedí? ¿No se supone que si te interesa alguien haces lo que sea por ganártelo? ¿O de verdad solo estaba buscando llegar a mí para acostarse conmigo y nada más?....