Luego de vivir una vida de forma sumisa, pensando que de esa forma todo era mejor, Luna muere en manos de un asesino, fuera de un supermercado a sus treinta años, arrepentida por no vivir de la forma en que quería, pide fervientemente una segunda oportunidad. ¡Que luna tan hermosa la de esta noche, lástima que no la podre ver más! piensa antes de morir desangrada. ¿Qué ocurrió?, desperté en un hospital, pero este no es mi cuerpo y ¿porque tengo orejas de conejo? Reencarnada en otro mundo, ocupando otro cuerpo, descubre que la chica tambien se llama Luna y la dificil vida que llevaba, ademas de que la intentaton asesinar y el principal sospechozo es un hombre que aparece en sus sueños, como un recuerdo de lo ocurrio, quien ademas es uno de sus compañeros de clase y un lobo blanco, uno de los principales peligros para los conejos. Asi comienza esta trama dondd Luna buscara al culpable para tomar venganza
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Capitulo 20. Como perros y gatos
Sintiendo una energía recorrer todo su cuerpo, compenetrándose en sus piernas, Luna corrió lo mas rápido posible hacia Matheus, mientras este le extendía la mano, esperándola para recibirla, pero antes de poder llegar a él, golpean su estómago, obligándola a caer al suelo.
- No te iras de aquí, maldita coneja – le dice uno de los hombres – pagaras por lo que hiciste – levanta la vara de hierro, con la luz exterior se podía ver el brillo del metal alzado sobre ella, otro golpe más y caería desmayada. De pronto el aire comenzó a sentirse pesado, su cuerpo temblaba sin control, la voz en su cabeza le decía “corre”, “corre”, “corre”, pero no podía hacerlo, estaba paralizada ante esa presencia tan imponente.
- Creo que olvidan, que yo me encuentro justo aquí – Matheus caminaba hacia ellos, Luna pudo ver una enorme cola y sus orejas, ¿Qué era?, ¿un gato?, no, parecía algo más imponente, la voz en la cabeza de Luna le dio la respuesta, “un tigre de bengala”, ¡UN TIGRE!, pensó alarmada, entonces esta sensación de peligro, era producida por Matheus.
- ¿Vas a ir contra todos nosotros? – le dice el hombre riendo – creo que es demasiado incluso para t…- se escuchó un gran golpe impactando al hombre, provocando un silencio en todo el lugar.
- Uno menos – dice Matheus, su voz era más gruesa de lo normal, incluso su mirada amable, ya no había ni pizca de ella - ¿Quién sigue? – les dice a los hombres.
- ¡Maldito!, ¿vas a ayudarla ahora? – le dice otro, Luna no podía verlos.
- Atrévanse a tocarla y sabrán lo que soy capaz de hacer – dice con furia, las feromonas de Matheus eran amenazantes, impregnando todo el lugar, provocando pánico en el cuerpo de Luna, eran sus sentidos.
- E..Es mejor que nos vayamos – dice otro
- La próxima vez nos la pagaras – se escuchan corriendo.
- ¡Luna! – le dice Matheus, su voz era la de siempre – resiste por favor – estaba al lado de ella agachado – te sacare de aquí – la carga entre sus brazos, Luna podía sentir el aroma del hombre, su respiración y escuchar claramente los latidos de su corazón.
- Matheus – le dice, estaba adolorida, el golpe en su estómago era el que más podía sentir
- Tranquila, ya estas a salvo- le dice mientras camina hacia la salida – salgamos de aquí.
Salieron del gimnasio caminando por el campus, luego Matheus se detuvo de improviso, Luna tenia loa ojos cerrados soportando el dolor cuando sintió que se detenían, así que tuvo que mirar para saber que había sucedido.
- ¿Qué haces cargándola? – Frente a ellos se encontraba Kaelth, estaba vestido con ropa deportiva, lo que significaba que iba camino al gimnasio para entrenar.
- Tengo prisa, no te metas en mi camino – le dice Matheus.
- ¿No entendiste mi pregunta? – las feromonas de Kaelth se comenzaron a sentir, al igual que se podían ver sus orejas y su cola.
- Cuidado Lobo, podrías salir herido si continuas de esa forma – Matheus le hizo frente, las feromonas de los dos hombres eran amenazantes, el cuerpo de Luna comenzó a temblar sintiendo toda esa presión, además de que tan solo ver los colmillos y las garras de ambos la ponían de nervios.
- ¿A quién pretendes amenazar gatito? – le dice Kaelth - más te vale que respondas y la sueltes en este mismo instante – lo mira de forma amenazante.
- E… e….- intentaba hablar, pero el pánico y los espasmos de su cuerpo no se lo permitían.
- ¡Luna! – dice Matheus asustado
- ¡La estas lastimando idiota! – le dice Kaelth halando de la mujer tratando de quitarla de loa brazos de Matheus.
- Yo no la estoy lastimando – le dice molesto forcejando con el hombre, mientras Luna en medio ahogándose con la ira de esos dos.
- ¡Suéltala! – le grita Kaelth
- ¡Suéltala tú! – le responde Matheus.
- ¡Esperen! – grita Luna usando todas las fuerzas que le quedaban – me……ahogo – los dos hombres se percatan de la situación y enseguida se calman.
- ¿Qué fue lo que le sucedió? – dice Kaelth calmándose y cediendo alejándose un poco
- La atacaron en el gimnasio – le dice Matheus
- Oh, y no me digas ¿casualmente estuviste allí como su caballero de brillante armadura? – dice de forma desconfiada
- Escuche a los chicos de tercero hablando del tema, corrí al gimnasio en cuanto lo escuche – le responde Matheus, ambos habían calmado sus feromonas, pero no su actitud.
- Qué casualidad tan grande, ¿no te parece? – le dice Kaelth – es muy sospechoso que escucharas de forma tan conveniente – lo mira
- No todos somos como tú, lobo - le dice Matheus
- ¿Pueden dejar ya la pelea? – dice Luna, recuperando el aliento – me duele todo el cuerpo – aparta a Matheus para que la ponga en el suelo de pie – necesito ir a la enfermería – les dice.
- Yo te iba a llevar Luna – le dice Matheus – no tienes necesidad de caminar – le dice tratando de agarrarla, pero Kaelth lo detiene
- Y tú no tienes la necesidad de ayudarla cuando estoy yo aquí para hacerlo – le dice con furia
- Yo creo que puedo ir sola – dice tratando de caminar, pero apenas dio un paso y el dolor la hizo caer de rodillas.
- ¡Luna! – la atrapa Matheus – vamos, te llevare – la ayuda a ponerse en pie y la lleva a la enfermería a cuestas.
Llegaron a la enfermería y como era de esperarse debido a la hora, la enfermera ya no se encontraba allí, por suerte Matheus sabia donde se encontraban todos los implementos para tratar las heridas de Luna, por lo menos las que eran visibles.
- ¿Te vas a quedar allí todo el tiempo? – le dice Matheus a Kaelth, quien se encontraba recostado a la puerta de la enfermería, viendo todo como curaban las heridas de Luna
- Si, ¿tienes algún problema con ello? – le dice en tono amenazante
- Con solo mirar no eres de ayuda – le dice Matheus, estaba revisando la barbilla de Luna.
- Metete en tus propios asuntos y termina de una buena vez – le dice
- Chicos no entiendo porque se llevan tan mal, pero ¿podrían parar de una vez? – les dice Luna – me ponen nerviosa – les dice
- Te esperare afuera – le dice Kaelth saliendo – tu – le dice a Matheus de forma amenazante – te matare si intentas algo – sale del lugar.
- Discúlpalo – le dice Luna a Matheus – creo que es un buen chico, solo que no sé qué le sucede ahora – lo mira.
- Tranquila, los lobos son de esa forma – le dice Matheus, mientras termina de aplicarle crema para los golpes – listo, ya terminé – le dice mientras pone la tapa de la crema – aunque esto solo es por el momento, creo que debes ir a un hospital y revisar si tienes mayores lesiones – le dice.
- Sí, eso hare – sonríe y lo mira – muchas gracias, por lo que hiciste esta noche – le dice de forma cálida – no habría logrado salir de allí de no haber sido por ti.
- Descuida – le sonríe y acaricia su mejilla – lo importante es que ya estás bien – su mirada era penetrante, como si con ella quisiera expresar emociones que eran incapaces de salir con palabras.