Alejandra quien a sus 5 años fue alejada de su padre por el echo de ser la hija de una empleada y nacida fuera del matrimonio. La quiso proteger de la humillación y del maltrato, la llevó a vivir a Colombia con su familia materna. La cuido y velo por ella desde la distancia sabiendo que era la hija de su gran amor. Después de 20 años creció como una hermosa mujer, educada y valiente. Una hermosa joya... quien será la presa de un delicioso hombre que la absorberá y amará hasta que sus vidas se apaguen.
NovelToon tiene autorización de Marîana Ibañéz para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Añoranza
Alejandra acababa de entrar a su habitación cuando recibió el mensaje. No era una llamada. Era una carta. El remitente decía simplemente “Smith”.
Abrió el archivo. El rostro se le desfiguro con cada línea qué leia en la pantalla. No había emoción en sus ojos.
MENSAJE DE SMITH A ALEJANDRA (contenido textual):
“Alejandra, voy a ser claro porque no tengo tiempo para rodeos. Eres mi hija, aunque nunca hayamos construido una relación. Pero eso no cambia el hecho de que legalmente, necesito algo de ti.
Hay un documento que debes firmar. Una firma que puede salvar muchas cosas. No te voy a mentir, es algo que solo tú puedes hacer. Y sí, implica un viaje. Quiero que vengas a Estados Unidos.
Esto no es una petición amable. Es un recordatorio. Estás donde estás por decisiones que yo tomé años atrás. Por lo tanto, si todavía llevas mi apellido —aunque no lo uses— tienes responsabilidades. No te estoy pidiendo que me quieras. Solo que entiendas que el tiempo se acabó.
Tienes cinco días. Después de eso, tú y yo seremos dos extraños de verdad. Y créeme, cuando el mundo te recuerde que no se puede confiar en nadie, yo tampoco estaré ahí.”
Alejandra se quedó estática. Sintió un nudo en la garganta, pero no lloró. Había esperado algo así, pero aún así dolía. No por lo que él dijo… sino por cómo lo dijo.
************ ***************
Callahan estaba frente a la pantalla de su celular. Había recibido una copia del mensaje gracias a uno de sus contactos en la agencia. Habia mandado a seguir cada movimiento de Smith. Leyó el mensaje completo sin decir palabra. Cuando terminó, se quedó en silencio, pero la mandíbula tensa y el puño apretado sobre la mesa lo dijeron todo.
Se recostó en el asiento, respiró hondo, y murmuró:
— Hijo de puta… — Lo que más le ardía no era la amenaza. Era el tono. La forma en la que ese tipo hablaba de Alejandra como si fuera una propiedad más. Como si pudiera obligarla a firmar algo que ella ni siquiera entendía. Como si la tuviera cogida por el cuello con solo un papel.
Y lo que más lo encendía… era que ella ni siquiera sabía que podía contar con él. Que si lo llamaba ahora mismo, él movería el mundo por ella.
Tomó el celular y sin pensarlo marcó.
— Henderson.
— Señor.
— Quiero todo lo que tengas sobre ese cabrón. Todo. Lo que come, lo que bebe, con quién duerme, cuántas veces respira.
— ¿Algún movimiento específico?
— Por ahora no. Pero dile que empiece a rezar. Porque si ella llora una vez más por su culpa, lo voy a enterrar con ese contrato en la boca. — Colgó. Se sirvió un whisky. Y por primera vez en semanas, no pensó en el negocio. Pensó en ella.
— ¿Dónde carajo estás, Alejandra?
*************** *****************
Alejandra, sintiendo una mezcla de rabia y agotamiento, decide finalmente responder al mensaje de su padre, no para ceder, sino para establecer un límite claro. No quería ser la hija sumisa que siempre había esperado de ella. No quería que él pensara que tenía el control.
RESPUESTA DE ALEJANDRA AL MENSAJE DE SMITH:
Mensaje de Alejandra (en texto):
“¿Sabes qué, papá? Hace tiempo que no me importa lo que pienses ni lo que quieras. Pero esta vez voy a decirte algo claro: no voy a ir a Estados Unidos. No me voy a someter a tus juegos. No me interesa firmar nada para que sigas con tu negocio. Si piensas que puedes manipularme como siempre lo has hecho, estás muy equivocado. La última vez que estuve en tu presencia, me dejaste claro que yo no valía nada para ti, y ahora, tu llamado no cambia nada. Ya no soy la niña que se dejaba engañar. No voy a permitir que me arrastres a tu mundo otra vez. Quizás me he quedado callada por mucho tiempo, pero ya basta. No me busques más.”
Alejandra se recostó en el respaldo de la silla, mirando la pantalla del teléfono mientras se quedaba quieta. El nudo en su garganta no desaparecía, pero había algo liberador en no permitirle a su padre tener más control sobre ella. Lo que sentía por dentro no era tristeza ni miedo, sino una clara determinación. Y quizás, por primera vez, sentía que realmente tenía el poder de cortar de raíz su relación con él.
Alejandra se quedó mirando la pantalla del teléfono después de enviar el mensaje. Sus dedos se sentían fríos, pero el calor que crecía en su pecho no era de arrepentimiento, sino de una mezcla de liberación y enojo. Había tardado tanto en llegar a este punto, tanto en no permitir que su padre le dictara más. Pero aún así, una parte de ella sentía esa punzada en el corazón. Esa sensación de que las relaciones familiares, aunque destruidas, aún dejaban una huella profunda, una que no podía borrar tan fácilmente.
El hecho de que él siguiera presionando, tratando de manipularla, le había recordado demasiado a la persona que había sido en su infancia. Aquella niña que, aunque sufría bajo la presión y las expectativas de su padre, aún buscaba su aprobación. Pero ahora, esa niña estaba lejos. Alejandra ya no era esa persona. Se había armado de una coraza y sabía que este era un enfrentamiento que no podía eludir. A pesar de la rabia que sentía hacia él, aún había algo dentro de ella que le dolía, algo que no podía evitar. La sangre siempre llamaba, y más aún cuando la relación había sido tan disfuncional y turbia.
Algunas veces, cuando estaba sola, no podía evitar pensar en lo que habría sido si su vida hubiera sido diferente. Si él no la hubiera abandonado, si hubiera estado presente en su vida de la manera que cualquier padre debería estar. Pero esa parte de ella, la que deseaba tener a ese padre protector, había muerto hace años. Hoy, ese sentimiento de vacío se convertía en su principal motor: la necesidad de ser libre, de tomar las riendas de su vida, sin depender de nadie.
Alejandra respiró hondo, dejando escapar un suspiro largo. Se dio cuenta de que lo que más le molestaba no era el poder que él tenía sobre ella, sino que siempre, de alguna manera, había querido que él la viera, que él le demostrara que le importaba. Eso era lo que más le dolía, aunque lo negara.
Miró por la ventana, el sol brillando afuera, pero ella sentía que la habitación estaba cubierta de una sombra. Las voces de sus tías resonaron en su mente, diciéndole que tomara las riendas, que lo enfrentara. Pero, por otro lado, también estaba la confusión de no saber si de verdad estaba tomando la decisión correcta. Su corazón se debatía entre la independencia y el sentimiento de traición hacia su propio ser.
"¿Y ahora qué?" pensó. "¿Qué hago con todo esto? ¿Con todo lo que siento?"
No tenía todas las respuestas, pero algo dentro de ella le decía que ya no podía seguir eludiendo la verdad. Su padre la había manipulado durante años, y ahora, por fin, podía ver todo con claridad. No iba a permitir que nada ni nadie la volviera a atrapar en su juego. Pero a veces, cuando pensaba en lo que había perdido, en el amor que nunca tuvo, en los recuerdos rotos de una niña que necesitaba consuelo, se preguntaba si alguna vez sería suficiente para ella misma.
El nudo en su garganta se hizo más fuerte. Pero por fuera, la fachada de Alejandra seguía siendo la misma: fuerte, decidida. Y aunque por dentro sentía la tormenta, no podía dejar que su exterior reflejara esa vulnerabilidad.
"Te enfrento, padre. Y no voy a ceder", pensó.
Pero, en el fondo, aún sentía esa tristeza callada, esa añoranza por algo que nunca podría tener.
*****************
Mientras tanto, Callahan, al recibir la notificación de la respuesta, se quedó inmóvil. Le había llegado el mensaje directamente de ella, y algo en su interior lo hizo sentir una mezcla de respeto y… ¿Protegerla? No estaba seguro. Pero la respuesta de Alejandra lo hizo confirmar algo: ella no tenía miedo de enfrentarse a él, y eso lo hizo admirarla más.
los capítulos son muy cortos y solo uno por día 😭😭