¿Morir así de miserable? Esta novela es una mierda. Todos son unos lunáticos.
‹El villano maldito›, era una popular novela histórica sangrienta y con un romance un poco torcido. Leí el libro hasta que mi cuerpo enfermizo no pudo ni siquiera sostener el libro, y quedé ciega. No debí tener siquiera una pizca de lástima por el final miserable de la protagonista de la historia, ¡Entonces no habría reencarnado en su cuerpo! La princesa heredera y, el personaje más lamentable del libro. Murió tratando de dar a luz al heredero del frío y despreciable príncipe maldito, a quien amó sinceramente. El feto ni siquiera esperó 9 meses, como un monstruo, desgarró el vientre de su madre. No sé que pensaba esa princesa, pero no tendré una muerte tan lamentable otra vez. “En primer lugar, debo cancelar ese maldito compromiso”—Pero, ese desgraciado príncipe me tomó de la mandíbula y frunció el ceño atractivamente —“¿No me amas?—¿Estás tratando de escapar de mí?”.
原创故事。
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Capítulo 19 : ¿Conoces al asesino?/¡¿Embarazada?!
...⚘...
Miré a ese desgraciado con una mueca muy notable de asco.
Aunque solo quedó paralizado de las piernas y no llegó a morirse, se veía miserablemente demacrado.
Pero esa maldita mirada lujuriosa todavía estaba pasmada en su cara.
—Princesa Gwshan —la voz de Odette me retumbó en los oídos —¿No saludará a su tío?—hizo un movimiento de cejas —Dios mío, ¿cuándo te he enseñado esos modales?
Malditos.
Volví mi cuerpo y le agarré el brazo a Cai para que volviéramos adentro.
—¡Princesa Gwshan!—una voz más gruesa nos hizo voltear.
El sumo sacerdote Mozi bajó con retraso del palanquín.
El sumo sacerdote Mozi.
Es un anciano de unos cincuenta y tantos años. Es el gran líder de los sacerdotes y, ha sido fiel a la familia real de Gwshan incluso desde antes de que Cai y Mei nacieran hasta ahora. Tanto el pueblo e incluso la familia real Gwshan lo respeta enormemente. Un anciano gruñón pero sabio, que cuidó muy bien de Cai y Mei, y que con una sola mirada basta para regañarnos. También es el sacerdote que llegó empujando la silla de ruedas de Odette al funeral de mi padre.
Volví mi cuerpo y, solo lo miré.
—¡Saluden! —ordenó fervientemente.
Chasqueé la lengua.
¿Por qué debo obedecer a un anciano que ni siquiera conozco?
Eso lo ofendió.
Agarró la vara con la que se ayudaba a sostenerse y caminó frenéticamente hacia nosotros.
Pero la duquesa viuda se interpuso.
—Oh, sumo sacerdote Mozi, lo lamento—lo calmó —ya sabe que aún son jóvenes. Además, acabamos de llegar a Hwanhuan, no creo que deba pegarles, ¿verdad?
—¡Les he ordenado que saluden! ¡No deben ser maleducados!
Tch, ¿Son todos los ancianos así?
—¡Y tú! —señaló a Cai con la vara —¡Quita ya esa mano de encima de la princesa Gwshan!—gruñó.
Cai solo tenía la mano alrededor de mi cuello, de manera juguetona.
—¿Acaso no me escuchas? ¡La princesa Gwshan se comprometerá pronto! ¡Y tú también seguramente! Así que eso no es sagrado delante de nuestros ancestros.
Ah, ¿Qué demonios está diciendo este loco?
Cai refunfuñó y, me quitó el brazo de encima.
—¡Den respeto a su tío y saluden! —volvió a gruñir.
Entonces, nos inclinamos ligeramente al mismo tiempo. Y, nos volvimos para entrar ahora sí, en compañía de la duquesa viuda.
—¡Princesa Gwshan! —esa molesta voz resonó otra vez.
Maldición.
¿Qué mierda quiere?
Se retorció y tronó su espalda. Caminó con poca dificultad y comenzó a empujar la silla de ruedas del malnacido hermano de Odette.
—Llevaré a la duquesa viuda y al príncipe adentro. Su alteza; la emperatriz necesita hablar con usted. La esperamos adentro.
Me mordí los labios.
En primer lugar, ¿Quién invitó a ese estúpido sacerdote a venir? Es un maldito entrometido que se invitó solo, ¿y debo obedecerlo? Ni siquiera obedezco a Odette.
Ignoré lo que dijo y, me volví otra vez para entrar.
—¡Princesa Gwshan!
Reí. Ese anciano no podía hacer nada más que gritar estéricamente.
Solté un suspiro.
¿Por qué los ancianos están tan intrincados en hacerme irritar?
—¿Mo...zi?—miré al sacerdote —¿Es ese tu nombre?
Se volvió a ofender.
Volvió a caminar frenéticamente hacia mí con la vara en las manos, pero dos hombres, de mis sirvientes; los detuvieron con facilidad.
—¡Princesa Gwshan! ¡Le recuerdo que debe llamarme como corresponde! ¡Una princesa siempre debe mostrar respeto a sus mayores!
Me crucé de brazos y con una sonrisa esbozada en los labios; me le acerqué.
—Es el sumo sacerdote que ha permanecido fiel a Gwshan y, por supuesto todo el imperio Gwshan lo respeta —la sonrisa se me esfumó —Sin embargo, aquí en Hwanhuan, solo es un extranjero que visita en nombre de "La princesa Gwshan", así que, ¿puede comportarse?
Se quedó boquiabierto. Me miró extremadamente estupefacto.
La duquesa viuda también estaba sorprendida.
Miré a los hombres que lo sujetaban.
—Llévenlo adentro.
Entonces, el sacerdote comenzó a recitar palabrería y rezos extraños que pedían misericordia por mí; mientras los hombres se lo llevaban.
Já, estúpido.
Entraron, dejándonos solas a Odette y a mí.
Yo, también tengo algo que preguntarle.
No sabía a dónde dirigir sus ojos.
—Métanla.
Otros dos hombres fornidos se acercaron a Odette y la agarraron bruscamente por los brazos, levantándola de la silla de ruedas y metiéndola forzosamente al palanquín estacionado.
La escuché gritar en protesta.
Los hombres ni siquiera tuvieron cuidado con sus piernas y la tiraron bruscamente adentro.
Después me asistieron a mí, con cuidado para entrar al mismo.
Odette estaba tirada al piso del palanquín, con dificultad para sentarse.
Tch, no seas tan dramática. No les ordené matarte ni nada por el estilo.
—¿Conoces esto?
Me quité el clip de cabello redondo y dorado que, se encontró en la misma habitación donde estaba el cuerpo de papá. Básicamente, el objeto del crimen.
Desvió la mirada.
La vieja conoce algo.
Al verla patalear para sentarse, suspiré.
—Ayudaré.
La agarré del cuello; enterrándole las uñas en el pellejo y, ayudándola a sentarse al mismo tiempo.
—¿Contrataste a alguien para matarlo? —la apreté todavía más —¿Quién fue, madre?
Comenzó a darme golpes desesperados en la mano para que la soltase.
—Me importa una mierda si no me dices quién es tu otra hija antes de morir, pero si no me dices quién mató a padre, te ahorcaré y te sacaré los ojos, maldita vieja.
Solté unas risitas mientras le apretaba más el cuello.
—Más tarde me encargaré de enviar a esa persona al infierno para hacerte compañía.
—E-E-Es-oy —trató de hablar.
La solté y me crucé de brazos, sentada al otro costado del palanquín. La miré cómo respiraba frenéticamente y su piel buscaba regresar a su color.
No me interesa saber sobre su hija, mi media hermana o lo que sea, ya que, si me caso, será como si esa chica nunca hubiera existido y no me estorbará. Pero, no puedo dejar pasar la muerte de Runhui. Asesinaré de igual o peor forma a quien haya sido, y eso incluye sin duda al gusano retorciéndose que tengo en los pies.
—Es-Estoy e-embarazada.
¿Qué?