La Hija Del Capo Mayor.

Punto de vista de Maximiliano.

Paola tomó mi camisa blanca y se la puso. cubriendo su divino cuerpo. Era una niña sumamente hermosa, su rostro angelical no combinaba con su perfecto cuerpo.

Era como un ángel y un demonio al mismo tiempo. Ninguna mujer había despertado lo que ella despertó en mí en solo un rato.

Su entrega fue distinta al de otra mujer. Me volvió loco, nunca pensé decir esto. Pero, me ha vuelto adicto a su piel, a sus beso, a su rebeldía.

Es mi muñeca con rostro de Ángel y cuerpo de demonia. Al terminar de ponerse la camisa, me la modela, haciendome desear quitarsela y volver hacerla mía.

______ ¿Cómo se me ve? ____ Levanta un poco más la camisa de la parte de abajo.

Con un paso largo, llegue hasta ella. La cargue entre mis brazos, poniendo mis manos en sus nalgas.

Mis labios sellaron los de ella con locura. Deseaba hacerla mía, hasta que su cuerpo quedará agotado.

La lleve a la ventana que tanto le gustaba, la puse en el piso, girando su cuerpo. Sus pechos de pegaron con el cristal de la ventana, y subí la camisa un poco por detrás.

Volví hacerla mía, hasta que terminó de suplicarme que me detuviera. Al terminar, nos trajeron una comida ligera.

Mandé comprar un nuevo vestido, más conservador. Algo totalmente diferente a que traía puesto.

Ni loco iba a permitir que mi mujer salga desnuda de esta habitación y se robe la mirada de todos como los hizo cuando llegó.

Paola fue al baño, antes de irnos. En ese momento entró Cristal. Con la mirada recorrió el desastre al interior de la habitación.

No era difícil adivinar lo que había sucedido ahí. En más de una ocasión ya había sucedido. Cristal era una más de mis tantas amantes.

Ella llevaba a años trabajando en este restaurante. Cada vez que venía, era ella la que me atendía.

Me hacía pasar un buen momento como muchas otras. Era fuego en la cama, pero, ahora no se le puede comparar con mi muñeca.

Ella sí que me hace enloquecer. Es fuego vivo que me quema con solo besar mis labios.

Es la única a quien le echo el amor más veces en un solo día.

______ Mandaré a una mucama para que deje limpio. ____ Susurró, Cristal.

Toma una botella de coñac, sabe bien cual es el que me gusta. Lo he repetido cada vez que vengo a comer.

Se acerca a mí, llenando el vaso que tenía en mi mano.

______ ¿Quién es ella? ___ Se atreve a preguntar.

Bebí un ligero trago de coñac y contesté.

________ Qué te importa.

________ No eres nadie para darte explicaciones.

______ Ahora, lárgate, no quiero que te vea aquí. ____ Señalé la puerta de salida.

Se pone de rodillas delante de mí. Usando el mismo maldito truco que usó Patricia el otro día.

_______ Sé que no soy nadie para ti. Que solo me usas cuando se te da la cana. Pero, nunca me habías tratado como ahora.

_____ Pues vete acostumbrando, querida.

_____ Este demonio Italiano, ya tiene domadora. Y Creerme que no eres tú.

De la nada, Paola salió del baño, poniéndole un alto a Cristal. Cristal voltea torpemente a hacia donde estaba mi muñeca y la ve desafiante.

_____ Mujeres como tú han pasado por su cama en muchas ocasiones.

______ Tarde o temprano se va a aburrir de ti y buscará a otra.

Cristal se levanta, sin quitarle la vista de encima a mi muñeca. Deseaba sacarla a patadas de esta habitación.

Controle mis deseas, queriendo ver la reacción de mi niña. Necesitaba saber de qué está hecha.

Dibuja una pequeña sonrisa entre sus labios. Caminando hasta nosotros, pasa a un lado de Cristal y se pone a mi lado derecho.

Sus manos acarician mi hombro por encima de mi camisa, siento un ligero pellizco. Me daba gracia; su manera de actuar. Quería parecer una mujer adulta, pero, seguía siendo esa niña caprichosa.

_____ En algo tienes razón. Muchas mujeres han pasado por su cama, incluyéndote a ti.

______ Pero, ninguna como yo.

_______ Ahora lárgate, tienes que ir buscando un nuevo empleo. No te quiero volver a ver aquí.

Cristal abre su boca, incrédula con lo que escuchó. Ella misma se lo ha buscado, nadie le dijo que viniera aquí.

Cristal me voltea a mirar, buscaba un poco de mi ayuda.

________ ¡Lárgate! _____ Levanté fuertemente la voz.

Sin tener otra opción sale de la habitación. Al quedar solos, Paola se pone delante de mí. Observó lo bien que le quedó el vestido que mandé comprarle.

Con cualquier cosas que se ponga se ve hermosa, sexy, me vuelve esclavo a ella. ¡Eso sí! La prefiero verla desnuda, besar cada rincón de su cuerpo.

Paola se sube el vestido y abre sus piernas para sentarse en mis piernas. Sus manos se enredan en mi cuello y acerca su rostro al mío.

Rozó sus labios con los míos, desvía su boca a mi oído, y me dice.

_______ Ponle límites a tus amantes o tendrás que ir al cementerio a recordar sus buenos momentos.

Al terminar de decirme eso, pasó su lengua por mi oído. Se levantó de mis piernas y sin volver a mirarme sale de la habitación.

Salí detrás de ella, no sé como diablos le hizo para caminar tan rápido, alcancé hasta el auto.

Está junto al auto cruzado de brazos. Se veía extremadamente sensual cuando está enojada.

Abrí la puerta del auto, ella entró sin dirigirme la palabra. Durante todo el camino no paró de hablar.

Así fue hasta llegar a la mansión de mis padres.

Dejé a Paola en la entrada de la mansión. No puede quedarme más tiempo con ella, tenía que hacer cosas muy importantes.

En unos días llega un cargamento de coca muy importante y debo hacer todo para que nada salga mal. También falta tan poco para nuestra boda.

Debo dejar todo arreglado si me quiero tomar una semana de luna de miel con mi esposa.

Al caer la noche, ya casi de madrugada, volví al departamento. Al entrar a mi recámara, me sorprendió ver a Cristal acostada en mi cama.

Fruncí el ceño, molesto por la manera en como ha entrado a mi dormitorio. Aunque, no podía negar que se veía espectacular.

Usaba un mini vestido blanco trasparente, toda su piel se trasluce. Su largo cabello rojo caía por sus hombros. Su par de ojos verdes, me invitan a mi cama.