Isabella Villareal se encuentra envuelta en una grave situación, solo ve una salida, necesita un arma para salvarse y cobrar lo que le han hecho, Alessandro Castillo es justamente lo que ella necesita, pero ¿acaso podrá ella utilizarlo a su antojo? ¿será él la arma que ella necesita o por el contrario una en su contra?
Descubramos que nos trae EL TRATO, ¿VENGANZA O AMOR?
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Capitulo 20
Alessandro solo la observa, que gran actriz piensa, de verdad que hasta él se creyó esa mirada tan dulce, si no la conociera caería redondito, como parece le está pasando a su abuelo, quien la está observando detenidamente.
- Ay por Dios, no le han ofrecido nada, esperen un minuto. – Se levanta rápidamente Isabella, mientras Federico no ha podido emitir palabra alguna.
Al abrir la puerta Isabella se encuentra con Beto, quien lleva la bandeja en sus manos.
- Beto, ¿por qué no me dijiste que teníamos visitas? – Susurra Isabella para que Federico no la oiga.
- Señora justamente la iba a detener para decirle, pero usted no me tiempo. – Se excusa Beto y es que es verdad Isabella paso directamente al estudio.
- Está bien, ya no importa, ven dame la bandeja ya los llevo yo. – Dice Isabella.
- Como diga señora, ¿todo está bien? – Consulta Beto, Isabella entendiendo a lo que se refería le respondió.
- No lo sé, pero no te preocupes, intentare sacar adelante la situación. – Le sonríe con seguridad Isabella, dejando a Beto más tranquilo parece que su señora, no es de las que se asusta fácilmente.
Isabella ingresa nuevamente al estudio con la bandeja en la mano y una amable sonrisa, ya salió de su sorpresa y puesto en marcha su nuevo plan, Federico podría ser un gran aliado a su favor si logra ganarse su aprecio, según lo que sabe de él, quiere mucho a Alessandro, así que, si ella es una esposa devota, puede ganarse su apoyo.
- Aquí está el café, tome señor Federico. – Dice Isabella manteniendo su sonrisa mientras le sirve el café a Federico para luego acercarse a Alessandro. – Mira cariño este es el tuyo. – Añade con dulzura Isabella para pasar a sentarse al lado de su esposo y tomar su brazo cariñosamente.
- Gracias cariño. Como siempre tan atenta – Responde Alessandro sin mayor expresión en su voz, pero con tranquilidad, mostrándose cómodo con ella a su lado, dejando a Federico sorprendido por la interacción de la pareja.
Por su parte, Isabella sabe que se está burlando de ella, pero no le importa mucho, en ese momento su prioridad es que Federico quede encantando con ella.
- Aria, ¿verdad? – Reacciona por fin Federico.
- Así es don Federico. – Mantiene su porte amable Isabella.
- Muy bien, ¿Dónde se conocieron?, ¿Cuándo se casaron? – Pregunta Federico, aun con lo que ve no puede creer que Alessandro se haya casado.
- Pues vera, yo trabajo en una cafetería cerca de la empresa de Alessandro, donde él iba seguido, yo siempre lo veía de lejos, pues no es un secreto que es muy guapo, además ese porte tan elegante e indiferente, aunque yo sabía que nunca se fijaría en mí, pero un día iba distraída y sin querer me tropecé con un señor que se enojó mucho, el cual empezó a insultarme y quería golpearme, Alessandro estaba ahí y me defendió, desde ese día nos empezamos a acercar y bueno aquí estamos hoy felizmente casados, eso para no hacerle larga la historia. – Cuenta con emoción Isabella como recordando aquel momento, dejando sin palabras a Federico y a Alessandro también, quien mentalmente se recuerda tener cuidado con su esposa, pues si no fuera porque el sabe que nada sucedió así le hubiera creado totalmente.
Después de escuchar la historia Federico voltea a ver a Alessandro y este asiente en respuesta como indicando que efectivamente así ocurrió todo. Isabella, cree que lo mejor es retirarse ya, es mucho por el momento ya tendrá más oportunidades después para acercarse a Federico.
- Bueno, creo que los interrumpí, así que los dejo seguir su plática, señor Federico prometo visitarlo después para presentarme correctamente, me despido, si necesitan algo estaré afuera, cariño te veo más tarde. – Sonríe Isabella despidiéndose.
Una vez afuera suelta un gran suspiro y puede ver como alguien como de la edad de Beto se le acerca.
- Buenas noches señora. – Saluda respetuosamente Walter, quien se había quedado de piedra cuando la vio bajar las escaleras tan tranquilamente para dirigirse al estudio, peor aun cuando Martha le indico que ella era la señora de la casa, esposa de Alessandro, de verdad que no lo podía creer, por eso no se aguantó la curiosidad y se acercó para conocerla.
- Buenas noches, disculpa, tu ¿eres? – Consulta Isabella, observando al hombre pues hasta ahora no lo había visto.
- Disculpe mi falta de respeto señora, yo soy Walter y soy el mayordomo del señor Federico, abuelo del joven Alex, como me imagino ya se enteró, yo vine para acompañarlo. – Explica Walter rápidamente.
- Oh ya veo, mucho gusto Walter, mi nombre es Aria, soy la esposa de Alessandro. – Isabella se acaba de dar cuenta de que ya le es sencillo presentarse como la esposa de Alessandro, aunque bueno eso es completamente cierto.
- Ya veo, señora realmente es un placer conocerla, me alegra mucho que el niño Alex se haya casado con una mujer tan hermosa y amable como usted. – Expresa sinceramente Walter, pues puede ver que la mujer frente a él es muy respetuosa, dulce y amable, claro que no la conoce lo suficiente para también saber que puede ser un demonio si se lo propone, eso sí es muy justa, con las personas amables ella también lo es.