Mi Único Cielo Eres Tú

Luego de aquella noche, Ethan no volvió a aparecer por la mansión, y Adalyn se sintió muy agradecida porque eso hubiera ocurrido.

Las cosas volvieron a la normalidad, ella iba a la universidad como de costumbre, volvió a tener con su guardaespaldas la misma relación tirante que los llevaba muchas veces a confrontarse y cuando eso pasaba, la muchacha simplemente lo dejaba abandonando en la casa y se iba sola en su automóvil.

Precisamente Adalyn se encontraba charlando con su amiga Katrina, contándole porque había llegado sola y mientras ella le recriminaba que estaba siendo demasiado dura con Azael. La muchacha no pudo evitar sentirse frustrada una vez más ya que por más que pensaba y pensaba no llegaba a comprender como Azael seguía logrando llegar antes que ella a la universidad. Para peor las tres chicas que había visto rodeando a su guardaespaldas durante semanas, apenas llegaba el mediodía corrían hacia él invitándolo a almorzar con ellas. El muchacho, obviamente primero se acercaba a Adalyn para avisarle que había aceptado la invitación. Pero que se mantendría atento.

-Voy a dejarla descansar de mi presencia unos momentos- dijo ese día en especial, ella arqueó una ceja y frunció el ceño sin comprender.

-¿Qué? ¿Cómo?- preguntó.

-Sus compañeras me han invitado a almorzar, quieren aprovechar para hacerme algunas preguntas sobre mi empleo, para un trabajo que tienen pendiente- le explicó él, ella hizo una mueca de disgusto, ya que estaba más que segura de que no existía tal trabajo- Además, después de todo yo también tengo que comer - agregó el muchacho y se alejó dejándola sin reacción debido a que su cerebro se había quedado en blanco.

-¿Todo bien?- preguntó Katrina cuando llegó a su lado y la vio como ida.

-Sip, eso creo- respondió la muchacha algo confundida.

-¿Dónde está el bombón?- indagó la muchacha mirando para todos lados sin poder ver a Azael por ninguna parte.

-Se fue...- respondió Adalyn

-¿Cómo está eso?- volvió a preguntarle su amiga.

- Allí, mira- le dijo y le señaló hacia el fondo del comedor donde un grupo de chicas que compartían clases con ellas estaban reunidas en una mesa, cuando una de ellas que estaba de pie se sentó, a Katrina casi se le cae la mandíbula de la impresión.

-¿Qué hace él allí?- indagó dándose vuelta para mirar a su amiga de frente.

-Pues...él dijo que ellas lo invitaron a almorzar, que le iban a hacer preguntas sobre un trabajo que hay que entregar- dijo la muchacha- y que él también necesitaba comer...

-¿Qué?- espetó su amiga- ¿Y lo dejaste irse con todas esas así como si nada?

-Y sí, después de todo yo quería que él me dejara en paz- replicó Adalyn comprendiendo lo buena que era aquella situación.

-¡Pero no así!- exclamó su amiga- A la única persona a la que se lo puedes entregar es a mí,a nadie más.- agregó, entonces Adalyn la observó y comenzó a reírse a carcajadas llamando la atención de quienes estaban a su alrededor.

-¡No puede ser!- exclamó mientras se calmaba de aquel ataque de risa- ¿Te gusta mi guardaespaldas?

-Sí, ¿y qué tiene?- respondió Katrina encogiéndose de hombros- Y no soy la única- acotó señalando a todas las mujeres a las que tenía casi babeando el muchacho- ¿Acaso a ti no te gusta?- le preguntó.

-Pues no- respondió Adalyn- ¿como me va a gustar si lo único que me interesa es que él desaparezca de mi vida de una vez?

-Te diré amiga mía que debes estar demasiado loca o muy ciega para que no te guste semejante hombre- le increpó la muchacha. Mientras ambas desviaban la mirada hacia el grupo de mujeres que no paraban de reír, hablar, e incluso aprovechar la mínima oportunidad para toquetear a Azael.

Él por su parte estaba divirtiéndose disfrutando de todas aquellas atenciones y por unos momentos comprendió lo que sentían los hombres a los que se los conocía como Playboys cuando tenían la atención de las mujeres.

Adalyn, reflexionó y analizó las palabras de su amiga, intentó ver a su guardaespaldas con otros ojos, pero no consiguió hacerlo, así que se encogió de hombros y se dispuso a almorzar, con la enorme satisfacción de que al menos por una hora Azael no estaría vigilándola.

Adalyn terminó su almuerzo con elegancia, dejando la mesa con paso decidido. Mientras se dirigía hacia la mesa donde su guardaespaldas estaba sentado, notó que más chicas se habían agrupado a su alrededor, demasiado cerca. Le preguntaban cosas, reían y hasta se atrevían a tocar sus músculos. Sin embargo, Adalyn caminó hacia él como si las risas y conversaciones a su alrededor fueran inaudibles. Ignoró la presencia de las chicas, como si estuviera completamente ajena a la atención que despertaba el muchacho. Azael, por su parte, mantuvo una expresión profesional, aunque no pudo evitar notar la situación incómoda. Al llegar a la mesa, Adalyn miró directamente a Azael y le dirigió una sonrisa sutil.

-¿Listo para continuar con el día?- preguntó la muchacha, como si nada extraordinario estuviera sucediendo a su alrededor. Él asintió, disimulando la satisfacción que sentía al verla acercándose a él por su propia cuenta, mientras tanto se levantaba para seguir a Adalyn. Las chicas que lo rodeaban quedaron desconcertadas ante la indiferencia de la joven, quien tras pronunciar un par de palabras continuó su camino, dejando a su guardaespaldas atrás. Aunque la escena sugería que ella no se dejaba afectar por las distracciones, algo en su mirada dejaba entrever que estaba más consciente de su entorno de lo que aparentaba.

Al verla pasar, Azael la observó, se puso de pie y caminó detrás de ella dándole un poco de espacio. Mientras tanto, Katrina iba a su lado refunfuñando a más no poder, ya que para ella Adalyn debía "disfrutar" de aquel bello hombre.

El día de clases acabó, pero esta vez Adalyn no huyó, se quedó en el estacionamiento esperando a Azael para regresar a casa. El tiempo pasó, lento muy lento, cuando la muchacha se dio cuenta de la hora, se bajó de su automóvil y caminó nuevamente hacia el campus, miró a los alrededores pero no lo encontró, se adentró por los pasillos, escuchó algunas risas divertidas y no dudó en acercarse al lugar de donde provenían, se abrió paso entre ellas y se quedó de pie observando , con un dejo de enojo y no sabía que más en el pecho, ¿Estaba celosa?¡ No, eso jamas!.

-Disculpen- dijo llamando la atención de las muchachas y Azael- Pero me parece que estás en horario de trabajo ¿o me equivoco?- indagó observando a su guardaespaldas quien la vio extrañado de su actitud.

-Es verdad- dijo él poniéndose de pie- Lo siento chicas, pero el deber me llama- agregó y tras dejarle a las jóvenes un beso volador caminó detrás de Adalyn quien refunfuñaba ante la actitud despreocupada de su guardaespaldas. ¿Acaso no se suponía que él estaba para protegerla?

-¡Nos vemos en la fiesta de Jake!- le gritó una de las compañeras de la muchacha.

-¡Claro que sí! Allí estaré- respondió Azael, luego detuvo su andar- ¡Un momento!- exclamó logrando que la muchacha se detuviera.

-¿Qué se te ofrece?- preguntó ella dándose la vuelta, fulminado con la mirada al joven que la seguía por el campus universitario, él se veía ¿contento de lo que estaba haciendo? y por la expresión estoica en su rostro la muchacha comprendió que no sería la primera vez que tendría que soportar una situación semejante.

-Yo conduzco- afirmó Azael subiendo del lado del conductor sin recibir de la muchacha ni una sola palabra.

-Creo que ya me volví loca- pensaba la muchacha mientras iban camino a la mansión- Aunque ¡ Esto que pasó es genial! Si él desvia su atención a las otras chicas yo voy a poder disfrutar de la fiesta en paz- fue su deducción y una sonrisa llena de satisfacción se dibujó en su rostro.