Siendo Esa Princesa

La vista del pasillo oscuro obligó a Diana a caminar tocando las paredes con las manos. No sab cómo llegó a este lugar, también se sentía confundida. Hace unos momentos, Diana todavía estaba en la habitación con Ashlan.

Sin embargo, ahora se encontraba en un lugar tan extraño.

-¿Hay alguien alli?

No hubo respuesta. Sólo se oía el eco de su propia voz llenando el oscuro pasillo. Por supuesto, Diana sintió pánico.

Además, ahora está verdaderamente sola en el sentido más estricto. Caminando durante mucho tiempo, confiando únicamente en su sentido del tacto y su instinto, Diana llegó a una habitación que sólo estaba iluminada por la luz de una vela encendida.

Se vio a una mujer parada en un balcón mientras miraba la luna llena perfectamente redonda en el cielo nocturno.

-¿Quién eres?- Diana intentó reunir el coraje para acercarse a la mujer.

Desde atrás, Diana parece familiarizada con su postura. Sintió que conocía muy bien a esta mujer. ¿Pero quién es ella?

-¿Por qué tardaste tanto en llegar?- La mujer se dio vuelta.

Y sus puntos de vista se cruzaron.

-Tú...

Diana no podía creer lo que veía. ¿Cómo pudo conocer a una mujer cuyo rostro y cuerpo eran completamente similares a los de ella? Eran como gemelas.

Y Diana estaba teniendo demasiados problemas para controlarse.

-¡He estado esperando mucho tiempo a que vinieras, Diana!- dijo la mujer con una sonrisa. Su tono sonaba elegante.

-¿Quién eres?- Diana susurró de nuevo.

-¿Cómo podemos parecernos tanto?- La niña intentó controlarse.

-Soy Diana Emerald. Tu yo del pasado- respondió la mujer.

-¿Mi yo del pasado?- Diana Esmeralda asintió.

-Sí. Tú y yo somos la misma persona. Simplemente vivimos en épocas diferentes- Al escuchar esta explicación sin sentido, Diana Steel se echó a reír.

No sabia si estaba loca o porque la cordura no existe en este extraño mundo.

-¿Por qué tuve que ser arrastrada a esta era y reemplazar tu papel, Diana? ¿No sabes lo difícil que es para mí vivir esta vida?

La chica que tenía la misma cara que ella seguía impasible. De pie con una sonrisa que no puede salir de su cara.

-Lo siento porque fui demasiada débil para terminar con una muerte trágica llena de arrepentimientos. Pero espero que puedas cambiar las cosas. ¡Sé grande y brilla! No seas como yo, que solo pude rendirme ante las circunstancias.

-Lo sé. Eres mucho más dura y fuerte de lo que pareces Diana- dijo Diana Esmerald con los ojos llorosos.

-Pero no quiero esta vida. Quiero mi antigua vida- respondió desesperado, casi gritando.

Diana Esmerald guardó silencio por un momento.

-Si quieres usar tu magia, primero acepta quién eres, Diana. Recuerda, tú y yo somos una. Somos la misma persona.

-¡No voy a discutir eso, Diana Emerald! ¡Lo que quiero discutir es por qué tengo que reemplazarte en esta vida!- gritó Diana Steel, que empezaba a emocionarse.

Una vez más, Diana Esmeralda no respondió a sus palabras. En cambio, la mujer se acercó a ella y abrazó su cuerpo por un momento.

Como si encontrara una parte perdida de sí misma, Diana, que inicialmente se sentía muy enojada, ahora poco a poco está empezando a calmarse.

Por alguna razón, se sentía tan segura y cómoda en los brazos de Diana Emerald.

-¡Recuerda, Di! Tienes que aceptar quién eres si no terminarás como yo. ¡Adiós!

Después de decir esas palabras, Diana Emerald retrocedió hacia el balcón. Diana Esmerald se arrojó desde el balcón. Rápidamente, Diana Steel corrió hacia allí.

Sin embargo, cuando miró hacia abajo, no pudo encontrar el cuerpo de Diana Emerald allí abajo.

-Diana...- gritó Diana Steel cuando despertó.

-¿Reina?- Ashlan, que se estaba cambiando de ropa, inmediatamente se acercó a Diana, que de repente se puso histérica.

-¿Una pesadilla?- preguntó brevemente.

La persona preguntada todavía estaba intentando neutralizar su aliento. El sueño parecía realmente real.

-¿Era sólo un sueño?

-¿Reina?- llamó Ashlan una vez más.

Ahora, el apuesto hombre estaba sentado en el borde de la cama sosteniendo la mano de Diana.

Al darse cuenta de eso, Diana rápidamente retiró su mano con brusquedad. Por supuesto, esto dejó decepción en el rostro de Ashlan.

Fuera lo que fuese, a Diana no parecía importarle y no quería saberlo.

-¿Tuvo la Reina una pesadilla?- repitió la pregunta nuevamente.

-Sí- respondió brevemente Diana.

El sueño nuevamente le hizo tomar conciencia de quién era el hombre con el que estaba en ese momento.

Ashlan es un asesino que la matará un día.

-Reina, ¿estás bien?- Ashlan preguntó cuando Diana se levantó de la cama para ir al baño.

Diana se detuvo en seco. Se volvió para mirar a Ashlan.

-Estoy bien, Su Majestad. No necesita preocuparse tanto por la condición de su prisionera.

La palabra "prisionera" fue la clave para provocar las emociones de Ashlan. El hombre se levantó reflexivamente. Caminó rápidamente hacia la Reina y luego le sacudió la mano con cierta brusquedad.

-¡di de nuevo lo que acabas de decir!- desafió con una mirada furiosa.

Diana suspiró. Sus ojos verdes desafiaron valientemente al par de ojos grises frente a ella.

-No necesitas preocuparte mucho por la condición de tu prisionera- Ashlan dejó escapar un leve suspiro. Su mirada cayó por un momento.

-¿La Reina todavía está dolida por lo que dije antes?- Diana volvió la cara.

Esta vez trató de evitar los ojos de Ashlan porque de repente se pusieron tristes. Y eso hizo que Diana vacilara un poco.

-Independientemente de los planes que tengas sobre mí, al final sólo terminaré desterrada o asesinada. Entonces...

Diana intentó soltar la mano de Ashlan y lo logró.

-Es mejor para ti ser cruel como siempre que actuar así de amable.

Ashlan se quedó paralizado en silencio. No pudo hacer nada más que mirar a Diana, que ahora había desaparecido detrás de la puerta que conducía a los baños.

Por un momento, el hombre se sostuvo el pecho y sintió dolor. Sin embargo, aun así, sus labios todavía sonreían con una sonrisa que comenzaba a condensarse.

-Sí, es mejor así. Cuanto más lejos estés, más segura estarás. Lamento haber tenido la idea egoísta de abrazarte- Una gota de claridad escapó por el rabillo del ojo del hombre.

Intentó mantenerse fuerte como siempre. Agarró la máscara que estaba sobre la mesa. Se lo volvió a poner para cubrir un rostro que, según algunas personas, no era digno de heredar el trono.

......................

-¡Su Majestad! ¿Quien es ese hombre?-

Ashlan permaneció impasible. Su mirada fría le lanzó al Caballero Bennett una mirada de decepción.

-¡Es mejor que te quedes donde estás hasta que se demuestre verdaderamente que no estás involucrado en lo más mínimo en este asunto, Rick!

-No hagas nada relacionado con los intereses reales. Estoy suspendiendo tu puesto por ahora.

-¡Pero, Su Majestad!

-¿Te atreves a ir en contra de la decisión de tu Rey?- el caballero Bennett tragó saliva con dificultad.

Sus ojos se enrojecieron al ver la profunda decepción visible en los ojos de su primo.

-¡Perdóneme, Su Majestad!- dijo mientras se arrodillaba ante el Emperador.

-¡Vete! No abandones tu casa hasta que este problema esté completamente resuelto

-Sí, Su Majestad. ¡Perdóneme!

El Caballero Bennet permanecio en la misma posición hasta que Ashlan se fue y lo dejó en la habitación.