Cuando una mujer está dispuesta a hacer cualquier cosa por salvar a su hijo, está dispuesta hasta comprar un esposo y un padre para su hijo
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Los días transcurrían y la figura de Amelia ya revelaba su estado de gestación. Ese día irían junto a su madre a un negocio del pueblo a recoger unos encargos que habían realizado la semana anterior para preparar las sábanas y ropa para la cuna del bebé.
En la tienda de telas del pueblo.
Lorena, vendedora - señora Amelia llegaron todos sus encargos, las telas están preciosas para qué las usarán.
Lourdes- esas telas serán para la ropa de cuna de mi nieto.
Lorena, vendedora - está embarazada señora Amelia.
Amelia- si estoy embarazada y si Dios quiere dentro de poco tendré mi primer hijo.
Lourdes- y yo mi primer nieto.
Lorena, vendedora - muchas felicidades que salga todo muy bien y veo que su bebé será muy bienvenido.
Lourdes- así será.
Después de salir de la tienda ambas mujeres se dirigieron a la empresa de Los Robles, Amelia solo fue una vez con su suegro, pero no había muchos trabajadores en esa ocasión.
Lourdes - buenas tardes, quisiéramos que le avisará a Don Renato Robles que estamos acá para que nos pueda recibir.
Recepcionista- creo que eso será imposible, Don Renato solo recibe personas con cita previa a no ser que sean clientes y yo los conozco a todos ellos y ustedes no lo son.
En ese momento Renato aparece en recepción.
Renato - que sucede señorita.
Recepcionista- les estaba explicando a estas señoras que usted solo recibe a personas con cita previa y ellas no la tienen.
Renato- ellas no necesitan cita, ella es mi esposa y mi suegra por ende está empresa es tan suya como mía y antes de tomarse atribuciones que nadie le ha dado a usted, creo que debe mejorar el trato a las personas que atiende sino que imagen tendrán de nuestra empresa si usted es la primera impresión de ella.
Amelia y su madre siguieron erguidas a Renato mientras que la recepcionista y otros empleados observaban los acontecidos.
Amelia- Renato no crees que fuiste muy duro con la recepcionista.
Renato - Amelia hoy no es la primera que la sorprendo a la recepcionista en actitudes poco gratas hacia las personas, la empresa está recién recuperando la confianza de los clientes y con actitudes como la suya no nos favorece mucho.
Lourdes- yo creo que debes estar atento además creo que sus intereses van más allá de lo laboral , creo que tú me entenderás Renato.
Renato- lo entiendo señora Lourdes y no se preocupe que yo sé darle su lugar a mi esposa.
Amelia- de que hablan ustedes.
Lourdes- nada cariño, solo es un chiste entre nosotros.
El resto de la tarde Amelia y su madre estuvieron en la empresa y a la hora de marcharse lo hicieron junto a Renato, pasaron a dejar a la señora Lourdes a su casa y aprovecharon de cenar en ese lugar, para luego volver a su casa.
Renato notó un poco pensativa a Amelia en el camino de vuelta a casa y una vez ya acostado intento conversar con Amelia.
Renato- Amelia te noté muy pensativa de regreso a casa, puedes contarme que te sucede.
Amelia- no me sucede nada solo que estoy muy cansada.
Renato - Amelia llevamos unos meses conviviendo y he podido conocerte un poco y sé reconocer cuando no me dices la verdad.
En ese momento Renato se levanta de su cama y se dirige a la cama de Amelia le toma las manos y la mira a los ojos , ante esto Amelia no pudo disimular más y comenzó a llorar.
Renato - Amelia confía en mí, cuéntame qué sucede.
Amelia - no puedo decirte lo que me sucede, es algo muy personal .
Renato- decidimos criar a nuestro hijo juntos y hacer lo mejor por él , yo creo que eso es razón suficiente para apoyarnos mutuamente.
Amelia- por favor no insistas, lo que me sucede no puedo contarlo y mucho menos a ti , perdona ahora tengo sueño y necesito dormir.