Enamorándome De Ti

Capítulo 20: Amigos

Antonio

Salgo temprano para Daroca, solo quería llegar primero que ella y esperarla allá.

Cuando ella llega, yo estoy organizando algunas cosas con los trabajadores y nos estamos conociendo.

Al terminar todo, nos dirigimos al hotel en donde me hospedo, porque iremos a almorzar, un almuerzo preparado por la compañía de Emilia.

Veo que está muy animada charlando con algunos trabajadores mientras comen, y escucho que le recomiendan ir a conocer el lugar. Y por supuesto, yo también iría.

La espero en la salida, y ella me ve y cambia su expresión, no le pareció gracioso verme en ese lugar.

Emilia: ¿Qué haces aquí?

Pregunta ella con el ceño fruncido.

Antonio: aquí me hospedo, ¿por qué? ¿A dónde vas?

Pregunté, aunque ya yo sabía la respuesta, y no era casualidad que yo estuviera ahí.

Emilia: a cualquier lugar, lejos de ti.  Permiso.

Esta mujer es demasiado.

Antonio: ¿por qué me evitas?

Emilia: no te estoy evitando, solo que no quiero más escenas bochornosas, sabes que eso nunca me ha gustado.

Ah, ese era el problema.

Antonio: ya te pedí disculpas, y te dije que eso no se iba a volver a repetir.

Emilia: ok, no hay problema, ahora, si me permites, debo salir.

Antonio: pero, ¿a dónde vas? No conoces este lugar.

Emilia: pues, precisamente, voy a eso, a conocer el lugar.

Antonio: bueno, yo también voy a hacer lo mismo, que te parece sí, vamos juntos.

Seguí insistiendo, pues quería acompañarla.

Emilia: es mejor que vayamos por separado, y así cada uno conoce el lugar por separado.

Y sigue evitándome, creo que ya habíamos aclarado el asunto anterior.

Antonio: y sigues evitándome. ¿No crees que es mejor que empecemos a llevarnos bien como antes? Ahora estamos trabajando juntos, y lo mejor para todos, es que, no haya conflictos entre nosotros.

Yo quería que ella y yo pasáramos más tiempo juntos, sé que no podemos estar juntos, pero aprovecharía cada momento para estar cerca de ella.

Emilia: ok, podemos ir juntos, tienes razón.

Sí, aceptó, salimos a pasear, reímos, caminamos, hasta jugamos; nos divertimos mucho.

Tanto, que no nos dimos cuenta de que el tiempo ya había pasado demasiado y ella tenía hambre.

Se acercó a un lugar donde venden comida callejera, y compro cada cosa que vio ahí, parecía una niña. Yo estaba encantado viéndola, cuando escucho que el señor que está vendiendo la comida, le pregunta que si no voy a comprar, pero me sorprende que le dice que yo soy su novio.

Río para mis adentros, me da gracia que piensen que soy su novio, pues quiero ser más que eso.

Pido igual que ella y nos dirigimos a sentarnos para comer lo que hemos comprado.

Ella inicia con las preguntas.

Emilia: oye. ¿Cómo que tu novia?, mm, tienes una esposa en casa y no deberías tener noviecitas por ahí.

 Aquella pregunta me hizo reír mucho, pues, aunque ella no sabía, yo sí quería que fuéramos más que novios.

Antonio: Jajajajajjaja, solo me pareció chistoso y no quería contradecir a ese señor. Además, todo el mundo sabe que tú y yo fuimos esposos.

Emilia: sí, pero ya no somos nada y no hay nada que nos una, además, ¿Qué crees que pensaría Jimena si se entera de esto?

¿Por qué siempre debe sacar a relucir a Jimena en nuestra conversación?

Antonio: pues, no quiero pensar en ella ahora y tampoco en eso, quiero estar aquí y pensar en lo que está sucediendo ahora y sobre todo, concentrarme en el trabajo. ¿Cómo están tus hijos?

Emilia: bien, están con mi mamá y la niñera, cada fin de semana, iré para visitarlos. Tú deberías hacer lo mismo.

Antonio: ¿qué?, ¿visitar a tus hijos?, ¿no, que no son míos?

Solo quería que se enojara un poco conmigo, enojada se ve más bonita.

Emilia: no seas tonto, no es a eso que me refiero, sino que deberías visitar a tu hijo, así como yo a los míos, después de todo, estaremos aquí por 3 meses, y no sabemos qué pueda suceder.

Antonio: si, en eso, tienes razón, no sabemos qué pueda pasar durante estos tres meses, que estemos trabajando en este lugar.

Yo estaba pensando que nos podíamos acercar más cada vez y más al estar más tiempo juntos.

Emilia: ¿y cómo van las cosas con Jimena?, ¿le pudiste contar lo que pasa con mis hijos y que tú no eres el padre?, ¿le dijiste por qué estábamos almorzando aquel día?

Antonio: si, ya todo está claro, no te preocupes, no volverá a ocasionar problemas. Y pensando en eso, me debes un almuerzo, pues, ese día no terminamos de comer.

Emilia: ¿por qué lo haces? ¿Por qué te empeñas en seguir persiguiéndome? Solo quiero que todo quede en el pasado.

Quería decirle que era porque me gusta, estoy enamorado de ella, pero no me atreví, yo soy un hombre casado y que tiene una familia, y ella no se merecía ser mi amante.

Preferí, guardar silencio.

Antonio: sí, todo está en el pasado, no te incomodes, es solo que, quiero que nos llevemos bien, solo quiero que seamos amigos.

Esto, también era cierto, yo quería que fuéramos amigos, ya que en el pasado, no pudimos ser eso, y solo nos forzamos a casarnos.

Emilia: yo no tengo problema con que seamos amigos, pero, no quiero causarte molestias en tu matrimonio.

Ella también tenía razón, aunque yo ya aclaré las cosas con Jimena, sé que no se quedará quieta, al saber, que Emilia y yo somos amigos y estamos juntos, es por eso, que ella no sabe absolutamente nada sobre esta sociedad. Ella piensa que estoy en un viaje de negocios con otras personas y no con Emilia.