EL TRATO DE NUESTROS PADRES

al llegar a las puertas de la mansión estaba a punto de ingresar el auto, cuando, de pronto una caravana de autos blindados salían dirigidos a la puerta. autos de un modelo que no se veía regularmente en el estado Z. eche el auto de reversa para permitirle el paso, a la caravana. Jacobo curioso, como siempre pregunto.

— elina, ¿viste esos autos?, se nota que no son de por aquí ¿serán extranjeros?. — Jacobo pregunto curioso.

— sí los vi. posiblemente sean extranjeros, pero no creo que sea de nuestra incumbencia. simplemente ignóralos y vayamos adentro. — respondí mientras manejaba adentrándonos a la mansión.

ya eran a las 9:00 a.m, le dejé mi auto a uno de los guardaespaldas para que lo llevaran al estacionamiento, mientras con Jacobo y yo caminabamos hacia la entrada de la mansión. De camino a la sala nos encontramos con Javier, el era el hombre más Leal a mi padre. Y no solo era la mano derecha de mi padre, si no que también el había sido mi tutor en la infancia. Lo respetaba tanto como a un segundo padre. Javier se acercó a nosotros, nos saludó dándonos la bienvenida.

—hola, buenos días señorita elina, joven Jacobo bienvenido. — se acercó con una simpática sonrrisa.

— hola, Buenos días Javier. — sonreí saludándolo.

— hola, buenos días Javier. — saludo mientras se cubría la nariz, con una toallita húmeda.

Javier llegó hasta nosotros. mostró una cara incrédula al mirar a Jacobo que se cubrirá las narices con la toallita húmeda, me miró, aclaró su garganta y me dijo que mi padre me estaba buscando. Que me esperaba en su oficina. Dijo que había ido a tocar a mi habitación pero no me había encontrado, por ende había pensado que había salido muy temprano por la mañana. Javier recorría la vista sobre Jacobo, el dejo salir una sonrisa, negando suavemente con la cabeza un poco. por su expresión pude notar que él había notado que yo había sido la que golpeo a Jacobo. él no preguntó simplemente mostró esa sonrisa. jacobo por su parte agachó la cabeza y trató de ocultarse. me despedí de ambos y me dirigí a la oficina de padre, toqué la puerta antes de entrar. papá del otro lado de la puerta me permitió ingresar. jire la manija de la puerta para entrar a la oficina, ahí estaba él, revisando algunos documentos como siempre. checando que todo estuviera en orden. mi padre tiene aproximadamente 50 años, a pesar de su edad se ve bastante joven.

sin duda mi padre era el hombre ideal para cualquier mujer. pero, por supuesto que no dejaría que cualquier mujersuela lo sedujera. no dejaría que ninguna mujer tratara de aprovecharse de él, lo defendería A capa y espada. aunque eso no era necesario, pues mi padre era buena persona pero no era un tonto, para dejarse engatusar por cualquier mujer. después de la muerte de mi madre él no volvió a sentir ningún interés por otras mujeres, se dedicó a cuidar de mis hermanos y de mí. volviendo al asunto de la oficina, papá dejo a un lado los papeles, y pozo sus codos sobre el borde del escritorio y me miró, con esa cara seria, y mirada fría, llena de autoridad. papá me invitó a tomar asiento, me senté reposando mis codos sobre el borde del soporta manos de la silla. papá era muy serio en este momento, pude darme cuenta que quería hablar conmigo de algo muy importante aunque no estaba segura de lo que era exactamente. Y me inquietaba el hecho de pensar que pude haber hecho algo mal con la entrega del armamento. estaba nerviosa,y miraba fijamente los labios de mi padre esperando a que las primeras palabras salieran antes que mi corazón dejará de latir por la inquietud y los nervios.