Entre La Pasión Y El Deber (Parte 2)

—Esto debe ser una maldita broma —espetaba Saskia al ver su tablet.

—Que pasa prima —decia Luciano, al ver la cara de su prima, sabía que algo estaba mal, por su mirada, una mirada que se oscureció, sus puños apretados, y su mandíbula se tenso, Saskia aventó todo a su pasó y parecía que explotaría de la furia, Luciano la veía sin entender nada, tomo la tablet y había un expediente abiertos era el expediente de una mujer, la miraba jurando que su rostro se le hacía familiar, pero no recordaba dónde la vio —¿Quien es? —decia Luciano detenido del brazo a su prima que había golpeado la pared —te estás dañando, quien demonios es, que te puso a si —ponia un pedazo de tela sobre la mano de su prima, para evitar siguiera sangrando.

—Es... Es Mía, mi compañera de habitación en la academia y a la hija de perra que le abrí mi corazón —sus lágrimas empezaban a recorrer su mejilla, su corazón dolía como nunca antes había dolido.

Saskia y Luciano planearon traer a Mía y hacerla confesar todo lo que hizo y por que lo había echo, pero fue demasiado tarde ella ya no estaba en la academia, Saskia se sentía culpable por no detectar a tiempo que Mía no era sincera con ella, que la estaba usando para llegar a su familia, su corazón dolía, pero dolía más saber que confío en quien no debía, en ese momento se juraba a ella misma no volver a confiar en nadie más, ni le abriría su corazón a nadie más, a ninguna otra mujer.

Por fortuna Isabela había salido bien de la operación el peligro habia pasado, ahora solo le quedaba recuperarse, Guzmán estaba a su lado cuidando de ella, junto a Hannah, mientras los demás buscaban información de Mía, y daban con su paradero, pero parecía que la tierra se la habia tragado.

—Tiene que aparecer esa hija de perra....

—Sas cálmate hija —le decía Alessandro a sus hija

—No puedo, ella es la culpable de que dañaran a Isa, y yo también por confiar en ella —se reprochaba Saskia

—No, deja de culparte, tu solo abriste tu corazón, no puedes ir por la vida culpandote por lo que los demás hagan, hija tu solo deseaste amar y ser amada, no podías saber que esto pasaría —le hacia entender Alessandro a su hija mientras la abrazaba con fuerza, ella se desmorrono en los brazos de su padre, no habia podido llorar hasta ese momento, lloro en los brazos de su padre como una niña chiquita, se sentia protegida, su padre acariciaba su cabello tratando de consolar a su hija, y a su corazón roto. —Te juro que daremos con quién daño a Isabel, pero tú debes sanar tu heridas curar tu corazón, lo necesitas hija —todos se mantenían en silencio, podían entenderla, y todos estaban dispuestos a apoyarla a salir de esto, por qué eran una familia, y ellos siempre se cuidaban y apoyaban entre si.

—Saskia creeme que el tiempo cura las heridas y la vida siempre te premia con algo mejor —le decía Stefani mirando a Massimo y Luciano quienes le sonreían, Saskia miro a Stefani y sonrió.

—Gracias Tía, de verdad gracias por estar conmigo —Stefani la abrazaba.

—Siempre estaremos para ti, y para todos sin importar nada —despues de eso Fernando llegaba con buena noticias para todos, en especial para Saskia.

—Tengo información —les decía Fernando.

—Habla Fer —exigia Stefani, Fernando les mostraba la tablet, dónde se veían unas fotos, y una ubicación.

—Es ella —exclamaba Saskia —donde es ese lugar —preguntaba a todos.

—Es en Nueva York —hablaba Stefani.

—¿Qué? —decian todos al unisono, pero Stefani veia a Fernando.

—Avisa a los hombres que tenemos allá, creo que a la que buscan es a mi —ordenaba y explicaba Stefani

—¿Por qué a ti mamá? —preguntaba curioso Luciano a su madre.

—Hijo allá inicie mi organización, y hasta después de casarme con tu padre, muchos supieron de mi, pero no todos y no sabían dónde estaba —explicaba —hasta hoy al parecer —Stefani planeaba un ataque, mientras los demás preparaban todo para ir a Nueva York, Saskia era la primera en querer ir hasta allá, necesitaba ver a Mia a la cara y saber por qué la dejo enamorarse de ella, para que hacerlo si al final la lastimaria.

—Prima estás bien con esto.

—Si, si Luciano, necesito hacerlo

—Estare a tu lado, pase lo que pase Saskia —se abrazaban demostrandose que tenían el apoyo mutuo entre ellos, y que jamás se dejarían solos.

Por otro lado Guzmán cuidaba de Isabel, la ayudaba en todo, y ella estaba feliz de tenerlo a su lado, pero le daba miedo arrastrarlo a la vida en la que ella creció, no quería que le hicieran daño a el.

—Guz —hablaba Isabel.

—Que pasa Amor, te duele algo —su voz tenía un tono de preocupación y se acercó a ella de inmediato.

—No te da miedo estar aquí conmigo, ahora que sabes la verdad.

—Sabes mi padre decía que cuando amas de verdad, nada importa más que la mujer que ames, a si tengas que bajar al infierno por ella, lo harás cuando sabes que ella es la indicada.

—Y para ti soy la indicada —preguntaba Isabel con un tono de voz melancólico.

—Si, desde la primera vez que te vi sentada en la cafetería, perdida en tus pensamientos, te veías tan linda a si y hasta el día de hoy sigo creyendo lo mismo, eres la mujer más hermosa que e visto, y la mujer que quiero en mi vida, sin importar nada a si tenga que estar en medio de la guerra por defender tu honor —Isabel besaba a Guzmán con pasión, su corazón latía con una fuerza incontrolable, ella también estaba enamorada de él.

—Te amo Guzmán.

—Te Amo más mi chica fuerte y valiente.